Esta problemática, que afecta a millones de personas y se relaciona con un aumento en la mortalidad, requiere atención urgente. CEOMA destaca que en España, uno de cada cinco adultos se siente solo, siendo la soledad crónica especialmente prevalente entre los mayores.
En apoyo al Día Internacional contra la Soledad no Deseada, la PMP destaca la necesidad de una estrategia intergeneracional y socialmente ambiciosa y enfatiza que es crucial integrar esta perspectiva en todas las políticas públicas, incluyendo vivienda, digitalización e inclusión social, para prevenir y mitigar sus efectos negativos en la salud y cohesión social.
La disfagia afecta a millones en España, pero muchos no están diagnosticados. Se requiere más sensibilización y recursos para integrar logopedas en el sistema sanitario y abordar este problema adecuadamente.
Iñaki Saralegui, médico de medicina paliativa, enfatizó la importancia de fomentar conversaciones entre pacientes, familiares y profesionales sanitarios para respetar sus valores y preferencias. Este enfoque no solo ayuda a anticipar decisiones sobre cuidados, sino que también evita conflictos familiares y asegura que las intervenciones respeten la voluntad del paciente.
El Documento Marco de Recomendaciones para el control de Infecciones Respiratorias Agudas establece medidas específicas para residencias de mayores, incluyendo el uso de mascarillas en casos sintomáticos. Las acciones varían según la intensidad de contagios, con énfasis en la higiene y ventilación, y revisiones de planes de contingencia.
Este tratamiento mejora la movilidad, fortalece musculatura, reduce el dolor y previene caídas, además de ofrecer beneficios emocionales como un aumento de autoestima y socialización. En residencias como Grupo Emera, se implementan planes personalizados que abordan necesidades específicas, ayudando en la rehabilitación de enfermedades comunes como artrosis, Parkinson y Alzheimer.
Integrar los cuidados paliativos con la bioética resulta fundamental para asegurar la dignidad y el confort de las personas con demencia en todas las fases de la enfermedad. Una atención integral no solo mejora la calidad de vida del paciente, sino también la de su entorno, reduciendo la angustia y la incertidumbre ante situaciones complejas y favoreciendo la deliberación y la toma de decisiones compartidas.