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EL RINCÓN DEL DIRECTOR

Inspección, preocupación e indignación

Cuidadores en residencias.
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Cuidadores en residencias.
Por Dependencia.info
Opina sobre este caso práctico en la gestión de residencias y envíanos lo que harías tú.

Llevas diez minutos repasando el acta de la última inspección de servicios sociales que ha recibido la residencia Las Marismas de la que, por cierto, eres el/la director/a.

La residencia lleva funcionando quince años y nunca se le ha abierto expediente sancionador alguno. Sabes que los inspectores “siempre tienen que poner algo” en el acta y aún así, esta vez sientes una extraña mezcla de indignación y preocupación.

Un punto del acta dice lo siguiente:

“Cuando son las 10:47 horas observo que en la segunda planta hay dos salas de estar donde los residentes están solos sin recibir atención. En una hay 9 residentes y en la otra 12. En otra sala de la misma planta hay 15 residentes viendo la televisión acompañados por una auxiliar. Hay dos auxiliares más que están acompañando al lavabo cada una a un residente. Les indico que es necesario que siempre haya personal en la sala presente cuando haya residentes para garantizar la atención continuada y que, cuando acompañen a alguien al lavabo deben ser sustituidas de forma que se garantice la atención continuada”.

Al lado del párrafo y entre paréntesis, la inspectora ha apuntado un artículo de la normativa que obliga a las residencias a mantener, en todo momento, personal de atención directa.

Hace un par de años llevasteis a cabo unas obras en la residencia que consistieron, entre otras cosas, en dividir las grandes salas de convivencia que teníais en otras más pequeñas. Eso os ha permitido que los residentes puedan agruparse por intereses, actividades o nivel de dependencia. Los que se encuentran mejor pueden elegir a qué sala quieren ir. Ya no hay una gran sala con una tele encendida, lo que ha hecho que tanto los residentes como sus familiares y empleados estén más contentos y los que quieran ver el televisor tengan su propio espacio. El precio ha sido algo más de complicación a la hora de organizar al personal, ya que habéis intentado que en todas las salas haya siempre alguien.

Ese “siempre” no es algo absoluto ya que, las auxiliares, acompañan de vez en cuando a un residente al lavabo o a pasear un poco por el pasillo colindante. De todas formas, siempre hay tres o cuatro auxiliares en la planta.

La residencia supera la ratio mínima exigida por la normativa y la de los requisitos de concertación.

Lo que te genera la preocupación es que sabes que un acta que mencione un artículo de la normativa puede suponer el inicio de un expediente sancionador, algo que podría comportar, además de una multa, la suspensión del concierto o incluso su pérdida.

Lo que te genera indignación es que dos años antes otra inspectora te comentó que los grandes espacios de convivencia no tenían “dimensiones humanizadoras”, por lo que sería mucho mejor que la residencia dispusiese de varios espacios diferenciados y, si era posible, que en alguno se pudiera poner algo parecido a una cocina de forma que los residentes tuviesen “referencias hogareñas”. Esa misma inspectora nos recomendó pensar en ir adoptando los principios de la Atención Centrada en la Persona.

Sus consejos nos gustaron. Ya habíamos oído hablar de la ACP y convencimos a los dueños para que nos dejasen gastar en unas obras. Lo de la cocina lo descartamos después de consultarlo con la inspección de sanidad, que nos dijo que estaba totalmente prohibido cocinar en un espacio de convivencia.

Hemos hecho un pequeño cálculo y garantizar que siempre haya dos auxiliares por sala para que una pueda acompañar a algún residente al lavabo supone un incremento importante de personal.

Después de valorarlo y de volver a comprobar que tenemos más auxiliares de lo que nos pide la norma de acreditación decidimos llamar por teléfono a la inspectora.

Cuando conseguimos hablar con ella nos atiende muy amable y nos dice que no nos preocupemos. No piensa proponer ningún expediente sancionador. Dice que intentemos reorganizar el personal para que los residentes no se queden solos ningún momento y que ya lo verá en la próxima inspección. Cuando le decimos que la única forma que se nos ocurre de cumplir lo que nos pide es tirar paredes y volver a tener espacios grandes nos dice que eso no lo hagamos porque sería peor para los residentes. Insiste en que no nos preocupemos, sabe que cumplimos la ratio, pero insiste en que la normativa, además, pide mantener la atención continuada, cosa que de forma estricta no hacemos cuando acompañamos a alguien al lavabo y dejamos a los otros residente solos en la sala. Nosotros le decimos que eso de “dejar solos” no es cierto y que nos parece que cuando la normativa dice “atención continuada” se refiere a que siempre haya personal de atención a disposición. Si no fuese así, podría entenderse que los dejamos “solos” y desatendidos en el dormitorio cuando duermen o en el lavabo cuando hacen sus necesidades, algo que sería ridículo. Ella insiste en que no va a haber expediente sancionador. Le pregunto por qué a la anterior inspectora le parecía muy bien lo que a ella ahora le parece digno de poner en una acta y si existe algún criterio de inspección al respecto que pueda consultar, ella nos dice, algo menos amable que “quizás el año pasado no dejaron solos a los residentes durante la visita” y que no entiende por qué nos ponemos así cuando nos ha dicho varias veces que no van a abrir expediente sancionador”.

Ahora estamos más tranquilos pero no del todo. ¿Puedo pedir que en el acta sólo aparezca lo que de verdad sea importante? ¿Puedo exigir otra acta con el contenido correcto? Me gustaría poder enseñar mis actas de inspección para que todo el mundo supiese que en la residencia trabajamos bien, pero, si la inspectora pone “cosas así”, se me van las ganas.

Me molesta tener la sensación de que cada inspectora tenga su propio criterio y que, si ahora me la vuelven a cambiar, la próxima tome lo escrito por la anterior como algo malo y pueda llegar a recibir una sanción.

¿Qué hago? ¿Sigo el consejo telefónico de la inspectora y dejo las cosas tal cual? ¿Presento alegaciones por escrito y pido que se me comunique de forma expresa que no he incumplido norma alguna? ¿Pido a la inspección que reprendan a la inspectora por no hacer bien su trabajo?

Decido que lo consultaré con la almohada.

Ahora llevo diez minutos repasando el acta.

¿Qué harías tú?

Autor: Josep de Martí Vallés, jurista y gerontólogo. Director de Inforesidencias.com y Eai Consultoria. Profesor del Máster en Gerontología Social de la Universidad de Barcelona y del Postrado de Dirección de residencias en tres universidades.

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