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Una cuestión de uniformes en residencias y ACP

Una enfermera con uniforme ayuda a una persona mayor.
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Una enfermera con uniforme ayuda a una persona mayor. (Foto: Freepik)
Por Dependencia.info

En la residencia las Marismas, de la que, por cierto, eres directora, lleváis un tiempo dándole vueltas a la cuestión del uso de uniformes por parte del personal. Has seguido consultando con empleados y con otros directores de residencias cercanas con los que quedas cada cierto tiempo para intercambiar opiniones y hacer un poco de “terapia de grupo”.

El último encuentro te ha dejado con una idea en la cabeza que no para de darte vueltas. Una directora dijo que, en el camino hacia la Atención Centrada en la Persona (ACP) se estaba planteando que las trabajadoras dejasen de llevar un uniforme y se pusiesen únicamente un pequeño pin en ropa de calle para poder ser identificadas por los familiares. Te ha comentado que algunas residencias de mayores que apuestan por aplica modelos basados en ACP potencian que los cuidadores dejen de utilizar uniformes trabajando en ropa de calle; otras sólo usan para algunas actividades una especie de delantales; otras han optado por disponer de uniformes diferentes que tienen un aspecto totalmente “casero” y otras van avanzando en el camino de la ACP sin quitar los uniformes.

Ahora eres tú quien te planteas preguntas. ¿Podría optar una residencia sencillamente por quitar los uniformes? ¿Cómo respondería el personal? Pero ¿No está obligada la residencia a facilitar el uniforme a los empleados de determinadas categorías?

Antes de llegar a una decisión quieres conocer los obstáculos a los que te puedes enfrentar por lo que decides ampliar la muestra y visitar otras residencias con las que tienes relación y cada cual te va dando argumentos a favor y en contra.

Para ello te pones a buscar en internet y encuentras varias informaciones que te llevan a pensar que quitar el uniforme puede ser bueno. En Francia el estudio STRECLO demostró que no llevar uniforme reduce la “distancia institucional”, en otros países hay residencias que proclaman en su página web el “por qué no llevan uniforme”. También has encontrado en un blog la explicación (enlace) de una experiencia.

La Fondation Médéric Alzheimer, en Francia ha desarrollado el modelo Eva’lzheimer. Su objetivo es adaptar las prácticas de cuidado y el diseño ambiental a la persona con demencia institucionalizada. El modelo supone que factores no farmacológicos como el diseño de interiores y las prácticas de cuidado pueden ayudar a reducir los síntomas de las personas con enfermedad de Alzheimer (EA), en eso se parecen mucho a lo que defienden desde la Universidad de Bradford desde tiempos de Thomas Kitwood . El modelo no solo adopta una Atención Centrada en la Persona ACP, también incita a los cuidadores a considerar la persona con demencia como alter egos de las personas mayores que necesitan un apoyo más exhaustivo a lo largo de la vida diaria.

Para realizar su estudio, los cuidadores en dos unidades de convivencia decidieron independientemente no usar uniformes, las cuales sirvieron como grupo experimental, mientras que las otras dos unidades fueron elegidas para servir como grupos de control, con la hipótesis de que no usar uniformes sería más congruente con un diseño ambiental doméstico. Por lo tanto, los experimentadores plantearon la hipótesis de que no usar uniformes influiría positivamente en la calidad de la atención y, por lo tanto, en la calidad de vida de los residentes en las unidades de convivencia.

Se utilizaron las escalas de medidas de calidad de vida además de observaciones del personal de las unidades que eligió no usar uniformes.

Estos fueron los resultados

  • Los residentes reconocen a los cuidadores y los felicitan por su atuendo. Los cuidadores informaron que los residentes no tuvieron ningún problema para reconocerlos. También se observó que los residentes eran sensibles a la forma en que se vestían los cuidadores y a menudo los felicitaban por su apariencia. Esto fue muy apreciado por los cuidadores, debido al esfuerzo que habían hecho para elegir su ropa y, a menudo, resultó en el regreso del cumplido y las conversaciones sobre la ropa. También se informó que algunos de los residentes incluso intentaron deducir el estado de ánimo de los cuidadores de acuerdo con la forma en que estaban vestidos y los colores que llevaban.
  • Los residentes ajustan sus comportamientos de acuerdo con el contexto social. Se reconoció que los residentes tendían a comunicarse menos con los cuidadores para pedir un servicio que para entablar una conversación. En general, cuando los cuidadores estaban vestidos de calle, parecían percibir a los residentes como menos exigentes y más independientes. Los cuidadores informaron que los residentes se dedicaban más fácilmente a las actividades cotidianas, como barrer, colocar o limpiar la mesa, ayudar con pequeñas tareas de cocina (por ejemplo, preparar aderezos, preparar un pastel o preparar entrantes), doblar la ropa y preparar su camas. También se informó que la comunicación era menos formal cuando los cuidadores no usaban uniformes que cuando los usaban.
  • A las familias les lleva tiempo acostumbrarse. Al principio, algunos cuidadores informaron que los familiares de ciertos residentes no los conocieron y pensaron que no había cuidadores presentes en la unidad. En consecuencia, algunos de ellos fueron a quejarse directamente a la enfermera jefe y / o a la dirección. Cuando la enfermera jefe y / o la dirección fueron a la unidad con ellos para asegurarse de que los cuidadores estaban con los residentes, les mostraron a las familias dónde estaban los cuidadores. Por lo tanto, se decidió usar tarjetas de identificación para el beneficio de las familias. Las familias, que inicialmente no estaban entusiasmadas con los cuidadores sin uniforme, expresaron su satisfacción con esta práctica. Los cuidadores informaron tener un contacto más general con las familias residentes y en términos más cordiales y agradables.
  • Los cuidadores se sienten más cómodos e interactúan más con los residente. Los cuidadores informaron que sentían más bienestar y comodidad interactuar con los residentes cuando usaban ropa de calle y se sentían más cercanos a los residentes y sus necesidades, más cómodos conversando sobre temas íntimos. También informaron estar más cómodos alentando a los residentes a participar en actividades de ocio y / o cotidianas. Los cuidadores que vestían ropa de calle indicaron que algunos de sus compañeros de trabajo en otros servicios reaccionaron negativamente ante ellos por no usar uniformes, algunos asumieron que realmente no estaban trabajando y otros creyeron que el personal administrativo mostró preferencia por estos cuidadores. Los cuidadores de las unidades de convivencia que llevaban ropa de calle generalmente interpretan estas actitudes como celos.
  • La mayoría de los cuidadores estuvieron de acuerdo en que usar los mismos uniformes para el cuidado personal y en las comidas no era higiénico, aspecto que ocurría anteriormente al usar siempre el uniforme. La mayoría de los cuidadores informaron que ellos mismos no aceptarían ser atendidos de esta manera, ni les gustaría a sus familiares. El uso de uniformes se requirió para los momentos cuidado e higiene personal.

En este enlace puedes leer las conclusiones del estudio

Así que lo que parecía una cuestión de elección del equipo tiene bastante más relevancia de la que te pensabas.

¿Qué harías tú?

Caso práctico redactado por Josep de Martí, Jurista y Gerontólogo

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