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¿Quién puede pagar envejecer?

María Leal Colino es CEO y Fundadora de Plennio.es
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María Leal Colino es CEO y Fundadora de Plennio.es (Foto: Plennio)
Por María Leal Colino
miércoles 29 de octubre de 2025, 13:51h
Según el último informe de la OCDE sobre cuidados de larga duración (LTC), en muchos países desarrollados envejecer con dignidad se ha convertido en un lujo. Y eso debería escandalizarnos.

Los datos son tan duros como las decisiones que muchas familias se ven obligadas a tomar. Una persona mayor con necesidades severas de cuidado puede llegar a gastar hasta siete veces su ingreso anual si no cuenta con apoyo público. Incluso con ayudas, los copagos siguen siendo inasumibles: en casi la mitad de los países analizados, una persona con ingresos medios destina más del 50 % de su renta disponible a costear su cuidado.

Esto no solo compromete la sostenibilidad económica individual. Tiene implicaciones sociales graves. El informe alerta de que casi la mitad de los mayores con necesidades de cuidado están en riesgo de pobreza en los países donde la financiación pública es baja. La longevidad, que debería ser una conquista social, se transforma en un factor de exclusión.

Las mujeres, una vez más, pagan la factura más alta. Por vivir más, por ganar menos, y por seguir asumiendo –en solitario muchas veces– el rol de cuidadoras informales. Este ciclo no solo las expone a la pobreza, también las empuja a abandonar el empleo o reducir su jornada, afectando su bienestar presente y futuro.

Pero el problema no se limita a ellas. El sistema depende de una red invisible de cuidadoras y cuidadores informales (casi siempre familiares) que lo sostienen a costa de su salud física, mental y financiera. Un 36 % reduce su jornada laboral. Otros simplemente abandonan el trabajo. El precio no es solo personal: lo paga también la productividad, el sistema sanitario y el mercado laboral.

¿Qué propone la OCDE?

El informe es claro en sus recomendaciones:

  • Aumentar el gasto público en cuidados: hoy representa apenas un 1,7% del PIB en promedio. Se sugiere avanzar hacia modelos sostenibles, con combinación de financiación pública y seguros de dependencia.
  • Reformar los copagos para no penalizar a quienes tienen ingresos bajos o medios.
  • Apoyar a los cuidadores informales, con subsidios, servicios de respiro, formación y medidas efectivas de conciliación.
  • Priorizar el cuidado domiciliario y preventivo, siguiendo modelos como Dinamarca, Noruega o Japón, que apuestan por atención en el hogar en lugar de la institucionalización.
  • Innovar en los modelos de atención, desde viviendas intergeneracionales hasta comunidades especializadas como los “pueblos Alzheimer”.
  • Coordinar salud y cuidados, para mejorar la eficiencia y la calidad de vida.

¿Por qué no lo estamos haciendo ya?

Porque seguimos viendo el cuidado como una cuestión privada, casi doméstica, cuando en realidad es un desafío estructural. Hablar de cuidados es hablar de economía, de salud pública, de igualdad de género, de envejecimiento digno y de sostenibilidad demográfica.

Y si no lo abordamos como tal, el coste humano y financiero será insostenible.

"Hasta el 70 % del ingreso disponible de una persona mayor puede destinarse a pagar cuidados en ausencia de apoyo adecuado." — OCDE, 2024.

Envejecer no debería ser una amenaza. Y cuidar no debería suponer un castigo. Nos urge repensar el modelo. Porque lo que está en juego no es solo la vida de nuestros mayores. Es el tipo de sociedad en la que decidimos vivir.

Fuente: Is elder care affordable? OECD Health Policy Studies, 2024. Disponible en: https://www.oecd.org/health/is-elder-care-affordable-9292c48d-en.htm

María Leal Colino es CEO de Plennio.com

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