El fundador de Inforesidencias.com, Josep de Martí, escribía la semana pasada un artículo de opinión sobre las dificultades que encuentra el sector de la atención a las personas mayores para encontrar enfermeras que quieran trabajar en sus centros. En '¡Más profesionales de la Enfermería! Pero, ¿cómo?', hablaba, entre otras, de la opción que es “traer enfermeras” del extranjero.
Juan Pablo Correa, asesor de integración digital y nuevos proyectos de Inforesidencias.com, escribe esta semana como contrapunto a la tribuna de Josep de Martí.
He sostenido debates privados con Josep de Martí y he realizado reflexiones internas sobre el reclutamiento de profesionales sanitarios en otros países. A petición suya, me gustaría compartir mi punto de vista al respecto, teniendo en cuenta mi experiencia personal como inmigrante que ha trabajado en este sector durante varios años.
Este tema me afecta de manera personal, ya que soy colombiano y vine a España en busca de mejores oportunidades laborales y educativas. A primera vista, apoyo la idea de ampliar estas estrategias para permitir que más profesionales encuentren condiciones de trabajo dignas en otros países. Sin embargo, la realidad en Colombia me genera algunas dudas. En primer lugar, el gobierno colombiano ha mostrado poco interés en este tema, priorizando la financiación del sistema de salud, que ha sido objeto de discusiones y proyectos de reforma, especialmente tras el cambio de gobierno hacia la izquierda en los últimos meses.
Aprovechando estos cambios, países como Alemania y otros países están atrayendo a profesionales colombianos con condiciones que parecen ser ideales para ellos. Cuando menciono esta situación en mis redes sociales, algunas personas expresan su frustración por la falta de oportunidades laborales dignas en Colombia después de haber invertido un esfuerzo significativo en su educación médica o en enfermería, que, a diferencia de España, a menudo implica asumir un crédito educativo. Esto me lleva a cuestionar si no estamos aprovechando una situación complicada y si, en lugar de resolver el problema, simplemente estamos trasladando la escasez a otro lugar.
Estoy de acuerdo en la necesidad de implementar medidas para reclutar profesionales sanitarios en países con escasez de personal, pero considero fundamental seguir un protocolo ético. Personalmente, creo en la importancia de aprovechar los antecedentes existentes sobre el problema de reclutamiento de profesionales de la salud en otros países, como el Reino Unido y Estados Unidos, donde este tema ha sido ampliamente discutido y experimentado. En España, estamos comenzando a vislumbrar esta situación, por lo que resulta crucial aprender de esas experiencias previas y no reinventar la rueda. De esta manera, podremos abordar de manera efectiva esta problemática y evitar errores que se han cometido en el pasado.
En mayo de 2004, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó la resolución WHA57.19, solicitando a la OMS que desarrollara, en consulta con los Estados miembros y todos los socios relevantes, un código de práctica sobre la contratación internacional de personal de salud. Tras un proceso de consulta global, se completó el primer borrador del código en agosto de 2008. En enero de 2010, la Asamblea Mundial de la Salud finalmente adoptó el Código Global de Práctica de la OMS sobre la Contratación Internacional de Personal de Salud, con la participación de los 193 Estados miembros.
Los países, incluyendo a Colombia, que han firmado este código de conducta se comprometen voluntariamente a seguirlo y uno de los puntos más destacados es evitar reclutar en áreas con escasez de profesionales sanitarios. Colombia enfrenta desafíos similares a muchos otros países en términos de deficiencias institucionales, lo que dificulta la conciencia plena sobre nuestros propios recursos humanos. La falta de sistemas de información sólidos contribuye a una imagen poco clara de la situación y las bases actuales.
Sin embargo, según datos de la OCDE, Colombia se encuentra rezagada en comparación con otros países en términos de profesionales sanitarios por cada mil habitantes, ubicándose en posiciones inferiores de la lista y muy por debajo de España. Además, debido a la geografía accidentada del país, existen numerosas regiones remotas que carecen de servicios de atención primaria y no cuentan con los profesionales necesarios para satisfacer la demanda, una realidad a la que también se enfrentan en países como Finlandia, donde actualmente resido. Esto nos lleva a considerar que es un problema global, aunque en el caso de Colombia, parece ser especialmente crítico.
En conclusión, quiero enfatizar que no me opongo al reclutamiento de profesionales sanitarios en otros países. De hecho, estoy involucrado en un proyecto piloto para traer enfermeros/ras filipinas a España. La elección de Filipinas se basa en el hecho de que este país ha abordado de manera efectiva las recomendaciones de la OMS y ha establecido como política de estado la exportación de talento humano. De hecho, hay más profesionales de este tipo en Filipinas de los que la demanda interna puede absorber. En el caso de Filipinas, se ha implementado una medida interesante al hacer corresponsables a las empresas contratantes de los costos migratorios. Esto incluye los vuelos, seguros médicos y de repatriación.
Así mismo, una forma que considero justa de reclutamiento es a través de un programa formativo que permita a estos profesionales venir a España y experimentar la forma en que se desarrollan los cuidados de larga duración en este país. En el caso de Colombia, la demanda de estos servicios es aún incipiente y precaria, similar a la situación que enfrentaba este sector en España antes de la implementación de la Ley de Dependencia. Un reclutamiento que ofrezca un itinerario formativo a cambio de un trabajo temporal por unos años podría capacitar a una primera generación de gerocultores colombianos, quienes podrían luego devolver este conocimiento práctico a su país.
Es esencial buscar soluciones éticas y sostenibles en el reclutamiento de profesionales sanitarios en otros países. Esto implica promover políticas y prácticas que fortalezcan los sistemas de salud en los países de origen, como propuso Josep en su tribuna, así como garantizar oportunidades laborales justas y trato equitativo para los profesionales sanitarios migrantes en el país de destino.
Propongo como primer paso abordar una meta más alcanzable, que es mejorar la transparencia en cuanto a la realidad de los profesionales de la salud en España que provienen de otros países. Es fundamental conocer su situación laboral actual, identificar las barreras que impiden que obtengan empleos dignos y explorar cómo se pueden mejorar sus competencias y situación legal para que puedan trabajar en igualdad de condiciones que los profesionales españoles.
Estas acciones se alinean con las recomendaciones de la OMS, que subraya la importancia de establecer fuentes de datos actualizadas sobre la migración de estos profesionales y hacer que esta información sea accesible y visible. De esta manera, los países interesados en estos procesos podrán tener una comprensión más clara de las situaciones a nivel global y tomar decisiones más informadas, evitando que las decisiones se basen únicamente en vínculos emocionales o históricos.
Si alguien está interesado en conocer en mayor profundidad el proyecto España/Filipinas puede contactarme a través de ESTE ENLACE
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