Como Trabajadora Social, con más de 15 años de experiencia, he trabajado en el sector del cuidado y atención a la Dependencia, en diversos servicios y recursos, durante toda mi trayectoria laboral. Mi propósito se ha dirigido siempre a favorecer la calidad de vida y autonomía de las personas en situación de dependencia o vulnerabilidad social, con las que establecía una relación de ayuda, basada en la confianza, aspecto que yo misma debía trabajar desde las primeras visitas o entrevistas.
En todas mis experiencias laborales, he crecido profesionalmente, trabajando codo a codo con grandes compañeros/ as de equipo, con ilusión y vocación de servicio, y sin dejar de formarme de manera continuada.
En mi último trabajo, como directora de residencia de personas mayores, tuve la oportunidad de liderar a un gran equipo, y fuí consciente de cómo los profesionales sociosanitarios, en este recurso, sufren un gran desgaste físico, mental y emocional.
Dentro del sector de cuidados y atención a la dependencia, quienes trabajamos en atención directa, conocemos y expresamos nuestra preocupación al respecto de la Salud y Bienestar de quienes cuidan.
De hecho, todos los profesionales que trabajamos en el sector de la Dependencia y atención directa a las personas en situación de vulnerabilidad, somos conscientes de cómo nosotros somos nuestra principal herramienta de trabajo, y el Burnout es la principal amenaza para la salud laboral de nuestros equipos profesionales.
Por ello, es vital abordar la formación profesional, fomentando en los equipos, el desarrollo de habilidades y competencias interpersonales, las actualmente conocidas como SoftSkills o habilidades blandas.
Hace ya casi 3 años, cuando nos golpeó la Pandemia, parece que se hicieron visibles con mayor énfasis, las acciones formativas y psicoeducativas, con los equipos interdisciplinares. El objetivo era ayudar a las personas en la transición emocional de una nueva realidad que nos aterraba, pues la incertidumbre era absoluta para todas y cada una de ellas, así como para usuarios y familias.
Desde entonces mi labor como profesional en el sector, ha ido dirigida en esta línea, al diseño y desarrollo de acciones formativas para reforzar las habilidades y competencias profesionales de los equipos interdisciplinares sociosanitarios.
Sabemos que los y las profesionales son el activo más importante que existe en los servicios y recursos de atención a la dependencia, ya que, la persona es quien establece la lación de ayuda, y consigo el apoyo y refuerzo a la autonomía y calidad de vida de quienes atienden.
¿No crees que para cuidar a los demás primero debes aprender a cuidar de ti mismo?
Todos hemos oído hablar del Salario Emocional, aunque quizás no todos sabemos a qué se refiere dicho término, o cómo podemos implementarlo dentro de la empresa. Es responsabilidad de todos los agentes implicados, crear esta conciencia de autocuidado, promoción y mejora en el desarrollo de competencias profesionales, especialmente de la empresa, en favor de retener al talento.
A través de la formación, tenemos una gran oportunidad de implementar un Plan de Bienestar y Salud para nuestros empleados/as, como estrategia de fidelización, así como, medida de prevención para reducir la incidencia de los riesgos psicosociales, absentismo laboral y rotación, dentro de éste ámbito de intervención.
Con ello, logramos establecer un vínculo y compromiso con nuestros empleados, ofreciéndoles la oportunidad de crecer personal y profesionalmente, junto al equipo y la empresa.
Actualmente, como docente del Servicio de Empleo Público Estatal y Valenciano, imparto formación profesional para el empleo, a través del Certificado de Profesionalidad Sociosanitario a Personas Dependientes en el Domicilio, me ocupo de que el alumnado tome conciencia de la importancia de aumentar su autoconocimiento, como una fortaleza que les ayudará a cuidarse, cuando perciban los síntomas del Burnout o quemazón profesional.
Como formadora y coach ejecutiva, puedo suscribir, que cuando una persona mejora se conoce y conecta con sus recursos y fortalezas, además de entrenar las habilidades interpersonales o SoftSkills, tales como Inteligencia Emocional, Empatía, Escucha Activa, Inteligencia Social, entre otras, mejora su efectividad y calidad en la intervención.
Si de algo estoy convencida, es de la importancia de reconocer a nuestros profesionales sociosanitarios en su labor, así como en la necesidad de que impulsen y mejoren sus destrezas y habilidades en todas las áreas del ser humano necesarias para poder desarrollar su actividad laboral con Salud y Sostenibilidad.
Mayte Soriano Castelló es Trabajadora Social, Coach Ejecutivo y Organizativo
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