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¿Ingresaría Aristóteles a su madre anciana en una residencia de tercera edad?

Por Josep de Martí
martes 28 de noviembre de 2023, 10:35h
El director de Inforesidencias.com, Josep de Martí.
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El director de Inforesidencias.com, Josep de Martí. (Foto: JC/Dependencia.info)

Sigo con la serie de posts en los que quiero preguntar a los grandes filósofos qué opinarían sobre ingresar a un ser querido en una residencia de personas mayores. Después de haber publicado el post sobre Platón alguien me ha dicho que en su época no había residencias por lo que la pregunta no tiene demasiado sentido. Mi respuesta ha sido que, como yo tampoco soy filósofo, puede haber muchos otros sinsentidos en lo que escribo. Tomémoslo solo como un divertimento y como una forma de ayuda en ese momento difícil en el que alguien se plantea la necesidad de ingresar a alguien a quien se quiere en una residencia sin poder contar con su opinión por culpa del deterioro cognitivo.

Aristóteles murió a los 62 años y no he encontrado ninguna referencia a su madre. Lo que sí he encontrado es un pensamiento muy elaborado sobre ética en el que describe conceptos fundamentales para abordar la pregunta: ¿es correcto ingresar a una madre anciana con Alzheimer en una residencia de tercera edad?

Creo que es importante destacar algo de lo que Aristóteles habla mucho que es el "bien supremo", que él identifica con una palabra griega que suena muy bien "eudaimonia", que suele traducirse como "felicidad", “vivir bien” y según algunos, “florecimiento”. Aristóteles argumenta que todo lo que hacemos tiende hacia un fin, y ese fin es la eudaimonia. Pero, el motivo por el que esa palabra tiene diferentes traducciones es que tiene un matiz, no se refiere simplemente a una sensación momentánea de felicidad o bienestar, sino a una vida plena y virtuosa. Sería esa sutil diferencia entre decir “estoy feliz” y “soy feliz”.

¿Cómo se aplica esto a la decisión de ingresar a una madre con Alzheimer en una residencia? Si fuésemos Aristóteles nos preguntaríamos si esta decisión contribuirá al florecimiento y bienestar tanto de la madre como de la familia involucrada. Algunas reflexiones basadas en este pensamiento podrían incluir estas ideas:

- Bienestar de la madre: Si la enfermedad ha avanzado a un punto en el que la madre no puede cuidar de sí misma y la familia no tiene los medios o habilidades para proporcionar el cuidado necesario, una residencia especializada podría ofrecerle una mejor calidad de vida. Aquí, el "florecimiento" podría interpretarse como garantizar que reciba la atención, el cuidado y la dignidad que merece en esta etapa de su vida.

- Virtud de la prudencia: Aristóteles hablaba mucho sobre las virtudes, y una de ellas es la prudencia: la habilidad de tomar decisiones correctas en situaciones particulares. El hombre prudente es capaz de deliberar y juzgar de manera conveniente sobre las cosas que pueden ser buenas y útiles. La decisión de ingresar a la madre en una residencia debería tomarse con prudencia, considerando todos los factores y circunstancias y buscando lo que es mejor para todos los involucrados.

- Relaciones y comunidad: Aristóteles también enfatizó la importancia de las relaciones y la vida en comunidad. Si al ingresar a la madre en una residencia, se mantiene el vínculo y se visita regularmente, asegurando que sigue siendo parte activa de la comunidad familiar, esto estaría alineado con su pensamiento. No se trataría de "delegar" el cuidado y olvidarse, sino de encontrar un equilibrio que permita a todos los miembros de la familia florecer.

- Integridad y sinceridad con uno mismo: Es esencial, desde un punto de vista aristotélico, ser sincero con las propias capacidades y limitaciones. Si la familia siente que no puede proporcionar el nivel de atención que la madre necesita, sería más ético y virtuoso reconocerlo y buscar una solución que garantice su bienestar, en lugar de mantenerla en casa por un sentido de obligación, pero sin poder atenderla adecuadamente.

Cuesta mucho ponerse en la cabeza de alguien que murió hace tiempo. Cuesta especialmente cuando pensamos que esa persona tejió en su cabeza parte de las bases de nuestra filosofía actual. Y, aun así, sorprende como algo pensado hace más de veinte siglos puede ser útil para valorar nuestras decisiones de hoy. Está claro que, si pudiésemos tener Aristóteles a nuestro lado aconsejándonos, nos diría que la decisión de ingresar a una nuestra madre con Alzheimer en una residencia no se basaría simplemente en unos deberes o reglas rígidas, sino en una reflexión profunda sobre qué acción promovería el florecimiento y bienestar de todos los involucrados, no solo el de nuestra madre. Si llegásemos a la conclusión de que la residencia es el mejor lugar para garantizar la calidad de vida de la madre, y tomásemos la decisión con prudencia, amor y compromiso, estaríamos haciendo lo correcto.

Aviso: para escribir estos posts empecé leyendo artículos que encontraba en Google y acabé consultando también con ChatGpt. Quizás si hubiese estado más atento en el instituto y la universidad no lo hubiese necesitado, pero soy quien soy.

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