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LA PRESIDENTA DE AESTE VE UNA "OPORTUNIDAD DE CAMBIO" TRAS LA PANDEMIA

Natalia Roldán: "Somos un sector de cuidados que apuesta por la calidad"

Natalia Roldán, presidenta de AESTE y subdirectora general de EULEN Servicios Sociosanitarios.
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Natalia Roldán, presidenta de AESTE y subdirectora general de EULEN Servicios Sociosanitarios. (Foto: GRUPO EULEN)
jueves 15 de julio de 2021, 20:16h

La Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE) tiene claro que "en el cuidado de las personas mayores nos encontramos en una situación de cambio que, sin duda, está permitiendo avanzar hacia un modelo diferente". Así lo explica en una entrevista a Dependencia.info su presidenta Natalia Roldán Fernández, que subraya que hablamos de "un sector de pasado, de presente pero, sobre todo, de futuro".

Sin embargo, opina que "aún queda mucho por avanzar, no ya en la gestión de la pandemia como tal, sino en el modelo hacia el que queremos dirigirnos". Partidaria de "darle la vuelta a esta situación y ver una oportunidad de cambio y mejora en todo lo que ha pasado", Roldán anima a las administraciones públicas y la sociedad, en general, a "apostar por un sistema de atención a personas acorde a las nuevas realidades sociales y económicas del país".

Cree que "es hora de mirar al futuro para avanzar, con la experiencia adquirida, hacia un modelo residencial más completo, más preparado y sobre todo, adecuado a la realidad actual". La portavoz de la patronal empresarial destaca que "el cuidado de los mayores fue siempre una prioridad" y recuerda: "Somos un sector de cuidados que apostamos por la calidad".

Por ello, insiste: "Es básica una dotación presupuestaria para que el sector de la dependencia dé respuesta a las urgentes necesidades que se le plantean y hacer efectivo el Plan de Choque".

¿Cómo ve el sector de los cuidados a las personas mayores? ¿Hemos vuelto a la normalidad?

En mi opinión, nada ha vuelto a la normalidad, entendiendo por normalidad la manera en la que vivimos con anterioridad a la Covid-19. Sin embargo, mi percepción es que en el cuidado de las personas mayores nos encontramos en una situación de cambio que, sin duda, está permitiendo avanzar hacia un modelo diferente.

La situación que se nos presentó a mitad del año 2020 ha supuesto, para este sector, una oportunidad, al evidenciarse cuales eran las deficiencias que, por otro lado, venimos trasladando desde hace años. Ello, ha permitido que se ponga el punto de mira en nuestro sector. Un sector de pasado, de presente pero, sobre todo, de futuro, como es el cuidado de las personas. Lo que realmente nos inquieta es que haya tenido que ser una pandemia el detonante para lograr esta visibilidad.

En la actualidad, seguimos trabajando bajo situaciones preventivas y de pre-alerta en coordinación con las CCAA. Nos encontramos en un punto muy diferente del que hemos estado este último año, en el que, sin duda, la vacunación y el aprendizaje del pasado, suponen hitos de relevancia para la situación actual. Sin embargo, entendiendo que en todos los centros residenciales la situación se va normalizando, aún queda mucho por avanzar, no ya en la gestión de la pandemia como tal, sino en el modelo hacia el que queremos dirigirnos. Situación similar ocurre en lo que afecta a servicios de apoyo domiciliario, fundamentalmente en lo que a Centros de Día y Servicios de Ayuda a Domicilio se refiere.

El virus se cebó con las personas mayores que vivían en las residencias… ¿Qué hemos aprendido de la experiencia vivida?

Tal y como he comentado anteriormente, la situación que nos encontramos a mitad del año 2020 fue una situación para la que absolutamente ningún sector estaba preparado. El virus fue mucho más virulento con las personas mayores, no ya porque vivieran en una residencia, pues también afectó a aquéllas que se encontraban en sus casas, sino porque, tal y como se ha evidenciado, hablamos del sector más vulnerable de toda la población española, no solo frente a este virus, sino ante cualquier impacto en las condiciones habituales de vida, por su situación de fragilidad.

Concretamente el perfil de las personas usuarias de residencias ha cambiado mucho en los últimos años y nuestros residentes son, en su gran mayoría, usuarios con pluripatologías y polimedicadas, que ya, de por sí, les hace más vulnerables ante cualquier situación. Este cambio de perfil de personas no ha ido acompasado de un cambio en el modelo de atención, lo que se viene manifestando desde hace tiempo.

En el sector debemos ser capaces de darle la vuelta a esta situación y ver una oportunidad de cambio y mejora en todo lo que ha pasado, pero solos, iremos muy despacio. Las administraciones públicas y la sociedad, en general, debe apostar por un sistema de atención a personas acorde a las nuevas realidades sociales y económicas del país. En un principio se produjeron situaciones muy inciertas, con pautas muy cambiantes, comprensible todo ello bajo el contexto de resultar una enfermedad totalmente desconocida y sin patrón aparente. Sin embargo, el sector se adaptó rápidamente y se adoptaron medidas de contención que fueron dando su fruto, estableciendo protocolos muy estrictos que, con el gran esfuerzo humano que tuvo que hacerse, tanto por residentes como por nuestros profesionales, permitieron ir poniendo freno al avance de esta enfermedad en nuestros centros.

Es hora de mirar al futuro y dejar atrás los errores cometidos en el pasado, para avanzar, con la experiencia adquirida, hacia un modelo residencial más completo, más preparado y sobre todo, adecuado a la realidad actual. Es necesaria una reforma integral del sistema de atención a las situaciones de dependencia. Nos regimos por una Ley que data de 2006 y que ya nació infra-financiada lo que ha supuesto un estancamiento y, en muchos casos, una involución en el modelo de cuidados. Es necesaria la búsqueda de una verdadera coordinación sociosanitaria que garantice una continuidad asistencial, ya sea desde el ámbito residencial, ya sea desde el domiciliario.

Todas estas cuestiones han sido uno de los grandes caballos de batalla durante esta pandemia, puesto que no existieron protocolos estandarizados y en la mayoría de los casos se produjo una importante descoordinación. El futuro del cuidado de las mayores pasa por esta reforma que debe ser inminente y prioritaria para nuestro gobierno.

Esto también ha hecho que las residencias se hayan convertido en centro de atención para los medios de comunicación... ¿Cómo se está gestionando tanta presión mediática desde su patronal y qué lectura sacan de esta circunstancia?

Una vez pasada la que consideramos la mayor crisis afrontada en el sistema de cuidados hasta el momento, llegamos a una conclusión común: la falta de conocimiento de la sociedad en general en lo que refiere a personas en situación de dependencia, del sistema de cuidados y de la cartera de recursos de atención existentes a pesar de su tradicional existencia.

Hemos creado una sociedad con falta de espacio y de visibilidad para una etapa más de la vida. La realidad es que los mayores no han interesado, salvo desde el punto de vista mediático, hasta que estalló esta pandemia.

Durante meses, se nos vio como los grandes enemigos, llevando a cabo una demonización del sector que no era nada merecida, cuando la realidad es que llevamos años realizando el cuidado diario y la atención de personas mayores y de personas en situación de dependencia sin ningún tipo de reconocimiento. Mientras se realizaban esos juicios de valor, miles de profesionales del sector (equipos de auxiliares, equipos técnicos, personal de limpieza, gestores…) se levantaban, nos levantábamos, cada día con el único ánimo de seguir prestando la mejor atención posible en nuestros centros, a pesar de la situación de absoluto desconcierto e incertidumbre en el país.

La desgracia insustituible de las pérdidas que se daban, aumentaba nuestro compromiso y grado de implicación con nuestros mayores, realizando titánicos esfuerzos con la sola intención de aportar la mayor calidez en nuestros cuidados y proteger al máximo las vidas de los residentes.

En todos nuestros centros, y así se trató de explicar desde AESTE, el cuidado de los mayores fue siempre una prioridad. Hemos contado con increíbles profesionales a los que, lejos de serles reconocido el gran trabajo y el esfuerzo ímprobo realizado, se les culpabilizó de una situación para la que, reitero nuevamente, ningún sector estaba preparado.

Por ello, estamos trabajando para trasladar, de forma fidedigna, lo que realmente hacemos. Entendemos que es prioritario conectar con la sociedad, darles a conocer el trabajo que se lleva a cabo en las residencias y conseguir una profesionalización del sector que conlleve, además, un mayor reconocimiento social del mismo.

Llevamos años diciendo que se trata de un sector de futuro y así es del todo evidente. La realidad es que la pirámide poblacional está cada vez más envejecida y el sector de los mayores es un sector esencial, y así debe empezar a considerarse, puesto que todos los mayores, actuales y futuros, deben contar con un sistema que les garantice la mejor atención, una atención de calidad.

¿Estamos ya preparados para evitar que mueran más personas en las residencias si se produjera un nuevo rebrote masivo, incluso de otro tipo de virus? ¿Son, definitivamente, las residencias hogares seguros?

En la actualidad se podría decir, no solo que las residencias son hogares seguros, sino que es el entorno más fiable.

En los centros residenciales se siguen escrupulosos protocolos que nos están permitiendo mantener esta enfermedad fuera de nuestros centros, únicamente con algunos pequeños rebrotes, pues el evitar los mismos al 100% no es posible en ningún ámbito. Sin embargo nuestros usuarios se encuentran conviviendo en entornos confortables y ciertos, con un índice de vacunación de casi la totalidad de las personas y con medidas de control exhaustivas, tanto para los nuevos ingresos, como para los actuales residentes, además de para el personal y las familias.

Por desgracia, ningún sistema de atención, ya sea social, ya se sanitario, puede evitar el fallecimiento de una persona, con independencia de la edad, máxime cuando concurren extremas circunstancias. Si alguien afirma que ello es posible, y con el perfil de cronicidad y fragilidad presentes en la mayoría de los mayores atendidos, es que habla con profundo desconocimiento. Sí bien es cierto, en caso de futuros rebrotes, te puedo asegurar que hemos aprendido de la experiencia vivida y somos conscientes que la anticipación, entre otras variables, es el aspecto más importante para minimizar consecuencias derivadas de los mismos.

Los centros residenciales, por supuesto que se encuentran preparados para afrontar, situaciones semejantes, de forma más consciente y eficaz. Pero de poco servirá un férreo proceso de atención intra-residencial si no se aborda la imperiosa necesidad de una coordinación hacia el exterior, unas actuaciones maduras de trabajo conjunto con el ámbito sanitario.

Las administraciones han prometido millones de euros para el sector… ¿es suficiente? ¿Servirá realmente para mejorar los servicios de atención y cuidado a las personas mayores?

Si una cosa venimos reclamando en este sector desde hace años, es la necesidad de financiación que permita acometer nuestras funciones de la mejor manera posible, incrementando la calidad y la especialización de los cuidados. Hay recursos, como el servicio de ayuda a domicilio, cuyo modelo apenas ha avanzado, desde sus orígenes.

No obstante, en la actualidad, nos encontramos en un momento decisivo en el que las reformas de nuestro sistema deben ser acometidas de manera urgente para lo que la financiación es una cuestión prioritaria. Es básica una dotación presupuestaria para que el sector de la dependencia dé respuesta a las urgentes necesidades que se le plantean y hacer efectivo el Plan de Choque.

Se están haciendo esfuerzos pero la financiación debe tener su propia hoja de ruta. Debemos invertir en calidad: calidad en la atención prestada y calidad en la generación del empleo que conlleva.

Nuestra propuesta pasa por enfocar una primera fase a la mejora del sistema actual, de manera que pueda estabilizarse y consolidarse, para continuar con el incremento de personas atendidas por el sistema de la dependencia.

¿Qué más hace falta? ¿Qué necesita el sector ya? ¿Cuáles son hoy las reivindicaciones del sector?

El sector necesita una reforma profunda, sin embargo podría destacar tres cuestiones que parecen prioritarias, además de la financiación sin la que no podría materializarse ninguna otra.

En primer lugar, y de forma general, es necesario que se produzca un reconocimiento y regulación de todos los sectores intrínsecamente relacionados con la salud que proporcione una visión integral y en el que se incluya a este sector como un aliado necesario. De hecho, ha sido evidente el papel fundamental de nuestra actividad en este año pasado.

En esta visión, es urgente que se materialice una colaboración público-privada, que permita la utilización de todos los recursos, humanos y materiales disponibles, públicos y privados. Durante esta pandemia se ha puesto en evidencia que el fomento e incentivación de la iniciativa privada debe ser una cuestión relevante, toda vez que el empresariado social, se ha revelado como es un aliado necesario para con el sistema público. Este concepto de colaboración no debe ser sólo aplicable en situaciones de crisis sanitarias, sino que debe ser la clave para la sostenibilidad de cualquier sistema.

Es en este ámbito, y por encima de todo, debe darse prioridad a la coordinación asistencial y al soporte de atención a la Dependencia que permitan una ejecución inmediata de las medidas que garanticen una continuidad asistencial y el desarrollo de un verdadero espacio de coordinación sociosanitaria fortaleciendo, así, los vínculos entre atención primaria, centros sanitarios, centros residenciales, y servicios domiciliarios, en función del paciente o persona usuaria.

En segundo lugar, reclamamos un sistema de acreditación que permita diferenciar los distintos modelos de residencias y cuáles están en disposición de atender a personas de alta fragilidad, configurando un sistema en el que convivan centros eminentemente sociales y centros sociosanitarios, con garantía de cobertura y continuidad asistencial. Se trata de dar respuesta a las diferentes realidades que conviven en nuestro actual sistema y en el que debe haber cabida para todos los modelos, pero también en el que se prioricen las necesidades del actual perfil de personas usuarias.

La última cuestión que debe ser abordada de manera inmediata, y que sin duda es otra de las mayores preocupaciones del sector, es el déficit de profesionales, sobre todo, de perfiles sanitarios, que afecta de manera muy directa y preocupante al sistema de atención a la dependencia.

Nos encontramos en un escenario de falta de profesionales a la que ya veníamos enfrentándonos, con anterioridad a esta situación, pero que no ha hecho más que agravarse, generando serios problemas estructurales, puesto que el sector de la dependencia se encuentra, además, a la cola de las preferencias profesionales, entre otras cosas, por el escaso reconocimiento social con el que cuenta este sector.

Desde AESTE, estamos trabajando con todos los agentes implicados, puesto que debemos recordar que el sector se encuentra sometido, además, de una alta regulación, a ratios de profesionales, y a perfiles definidos por las administraciones, para los que cada vez es más complicado su cumplimiento. Destacamos, como ejemplo, que se está desarrollando una Ley de ratios de enfermería que nos afectaría directamente, siendo este perfil de profesionales los de mayor dificultad para encontrar.

El sector de los mayores debe ser un sector que pueda conservar a sus equipos, generando expectativas de futuro, con trayectorias profesionales que puedan generar un compromiso, más allá de ese componente vocacional. Debe ser un sector que dé respuesta, con sus integrantes, a la realidad de las personas atendidas, siendo ésta diferente al del ámbito estrictamente sanitario. Y debe ser un sector coherente con la situación actual.

Por todo ello se precisan soluciones vinculadas a esta materia con la creación de figuras Intermedias, existentes ya en otros países europeos, que pudieran dar respuesta a una parte de este dificultad sectorial, y en cuyo desarrollo y competencias estamos trabajando sin el ánimo de interferir, de manera alguna, en el ámbito de las disciplinas existentes y, por supuesto, evitando toda situación que pudiera verse interpretada como intrusismo profesional. Se trata de dar respuesta, de forma temporal o de forma permanente, a una necesidad inminente que no puede esperar más.

De forma paralela estamos impulsando la necesidad de revisión de los procesos de homologación de títulos pues, a corto plazo, podría permitir hacer frente a la situación actual.

Se ha hablado mucho el último año sobre el cambio de modelo residencial, llevándolo hasta un cambio más amplio a todos los servicios asistenciales a las personas mayores… ¿Veremos a corto plazo estos cambios? 

En la actualidad y en prácticamente todas las CCAA se está trabajando en ese cambio. Por nuestra parte y de manera interna, estamos también profundizando en el diseño del sistema del futuro y del modelo al que queremos dirigirnos, pero no sólo en el ámbito residencial, sino también en el domiciliario con los servicios de teleasistencia, de ayuda a domicilio y de centros de día.

Hay transformaciones a corto y largo plazo que pueden ser de alto impacto sin necesidad de cambios profundos, al igual que es necesario reestructurar en profundidad otras cuestiones, entre ellas, el valor, lugar y reconocimiento que damos a nuestros mayores y a quienes apostamos, cada día, por ellos, con vocación de permanencia y de mejora continua.

Sin embargo y aunque algunas modificaciones ya se están intuyendo, se trata de un trabajo que conlleva una reflexión que debe ser materializada de formamadura pues la realidad actual, las infraestructuras existentes y los servicios vigentes, deben convivir, con los modelos de futuro. No debemos llegar al extremo empujados por una situación del todo excepcional, hay que escuchar y dar cabida en este proceso de evolución a los expertos, entre los cuales no sólo se encuentran los profesionales del sector y las entidades gestoras, ya sean públicas, ya sean privadas, sino también, las organizaciones de mayores.

¿En qué punto se encuentra el que será VIII Convenio Marco Estatal de Servicios de Atención a las Personas Dependientes? ¿Cuándo se actualizarán ratios y salarios, entre otras cuestiones?

En la actualidad es una prioridad desde AESTE activar el Convenio que se ha visto paralizado en demasía, fruto de la situación que hemos atravesado. Creemos que es el momento adecuado para proceder a impulsar un convenio más actual y acorde con el sistema hacia el que queremos avanzar. No obstante, todo este trabajo debe hacerse en consonancia con los cambios normativos que vayan produciéndose, el incremento de la financiación necesaria que permita llegar a mejor puerto y siendo conscientes de la dificultades actuales,

¿Qué opinan sobre los convenios autonómicos en el sector de la Dependencia? ¿Qué posicionamiento tiene su patronal concretamente al respecto del convenio autonómico catalán de la dependencia?

Es una cuestión innegable que cuando se negoció tanto el VI como el VII Convenio del sector, el ánimo de los agentes negociadores era dar prioridad a un Convenio Estatal, pero también es innegable que se está materializando una tendencia autonómica en sentido opuesto, que también hay que entender.

Recordemos que partimos de una Ley Estatal de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia, combinada con la transferencia de competencias, en materia de servicios sociales a las diferentes CCAA, lo que supone un hándicap para una atención homogénea. Esa es una de las cuestiones por las que, creemos, que la negociación del convenio debe activarse para ser capaces de volver a crear un convenio como marco de referencia, igual para toda la cartera de recursos del sistema de atención, apoyado en la idea de garantizar misma atención para las personas, y con una financiación acorde para generar mayor calidad del empleo en todo el territorio.

En cualquiera de los casos, ya sea un convenio autonómico, ya sea estatal, desde AESTE se apoyarán siempre criterios que permitan la clara interpretación de los mismos y una aplicación sostenible.

¿Cómo ve el sector dentro de 5 años? ¿Y de 10?

Un sector de calidad. Un sector de garantía para todas las personas atendidas. Un sector de confianza para la sociedad. Un sector de alta creación de buen empleo. En definitiva, un sector que genere orgullo de pertenencia, y riqueza social y económica para nuestro país.

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