En excelencia no importa el tamaño, toda residencia, pequeña, mediana o grande, puede tener un sistema de excelencia, centrada en los dos aspectos más importantes, la excelencia con las personas mayores que viven en el centro y la excelencia con las personas que trabajan en el centro. En esta ocasión, vamos a centrarnos en el primer aspecto y vamos a objetivar sus magnitudes.
El estudio de ALBOR CONSULTOR, con datos 2020 del CSIC (Envejecimiento en Red), nos aporta que en España en 2020 más de 383.890 personas mayores vivían en 5.569 residencias, que el 70,5% eran de titularidad privada y el 84,4% tenían 120 plazas o menos, siendo el tamaño medio de los centros residenciales de 69 plazas.
Vamos a explorar el camino de la excelencia, con el siguiente decálogo de excelencia con las personas mayores que viven en residencias:
El punto de partida para tener un planteamiento de excelencia con las personas mayores que viven en residencias, es tratar siempre a las personas mayores como iguales, considerarlas como clientes finales y tener un comportamiento ético, en todo momento y con todas las personas mayores. Ellas o sus representantes legales, deben ser quienes tomen las decisiones en todos los aspectos de su vida.
Excelencia implica conocer a cada persona, su historia, su proyecto de vida y comprometerse como organización, como centro y como profesionales, para darles de forma integral los apoyos necesarios según sus prioridades, expectativas y deseos individuales.
El reto de excelencia en un centro residencial, también implica hacer una buena valoración geriátrica integral, una buena planificación de apoyos y cuidados, aplicando criterios de individualización y de flexibilidad en la organización y funcionamiento diario.
Para profundizar los anteriores conceptos, os recomiendo revisar las siguientes publicaciones en la biblioteca ALBOR: https://alborconsultor.com/blog/
- Decálogo de excelencia con personas mayores en residencias.
- Transformación desde residencias en la postpandemia.
- Excelencia en servicios sociosanitarios.
- Escalas de valoración geriátrica.
También nos podemos aproximar al reto de excelencia con las personas mayores, desde el plano humanista y ético, del ser, el estar y el querer:
- Un ser humano que vive en un centro residencial, quiere ser y seguir siendo lo que es, que le traten de forma individual, como persona, quiere convivir, aportar, relacionarse con otras personas, sentirse valorado, apreciado, escuchado, quiere vivir plenamente y disfrutar cada momento cotidiano y cada día.
- Una persona quiere estar, estar en un lugar agradable, en un centro de vida, donde pueda seguir creciendo como persona, donde pueda estar en los lugares de su preferencia, realizar actividades significativas e ilusionantes, recibir los apoyos y cuidados que necesite y estar con las personas que sean relevantes en su vida.
- Adicionalmente al ser y estar, toda persona también quiere soñar, tener retos e ilusiones por delante, tener un proyecto futuro de vida, aprender, crecer, tener nuevas relaciones, objetivos, metas y sueños para realizar.
En resumen, es clave tener un enfoque de excelencia con las residencias en 3 ejes:
- En la forma en que vemos y tratamos a las personas mayores (sin estereotipos, con ética, como iguales y como clientes finales).
- En la forma en que prestamos los apoyos profesionales (desde la valoración geriátrica integral, la profesionalidad, con individualidad, integralidad y teniendo en cuenta sus preferencias y proyecto de vida).
- En la concepción del lugar y la forma de convivencia (la residencia es el hogar de las personas mayores, debe ser un centro de vida, con un ambiente agradable, organizado en pequeños grupos de convivencia y muy atractivo en la vida cotidiana).
El reto de excelencia se aborda de forma individual, es decir, en cada residencia y con cada persona mayor.
Alfredo Bohórquez Rodríguez. Presidente de ALBOR Consultor y autor del Método MnGE mini-Gestión Excelente