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Covid-19 en residencias de EEUU: Humanizar la cultura de Atención Centrada en la Persona a pesar de la pandemia

Por Walter O. Coffey
miércoles 29 de abril de 2020, 04:08h
Walter Coffey
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Walter Coffey (Foto: Javier Cámara)

A medida que la crisis del COVID-19 continúa desarrollándose, es interesante comprobar como la sociedad se está preguntando "cómo cambiarán las cosas" y "qué seguirá" en el sector de servicios y residencias para adultos mayores. Durante más de 30 años, el viaje hacia el cambio de cultura de los servicios de envejecimiento en los Estados Unidos ha ido avanzando de un modelo médico/institucional hacia un modelo más centrado en la persona. Como sociedad llevamos trabajando intensamente para alejarnos de este frío modelo institucional de atención a nuestros mayores y centrarnos en las necesidades de las personas, es chocante, y bastante inquietante, escuchar algunos puntos de vista actuales que fomentan el miedo en relación con el modelo de atención a la persona, y piden volver muchos pasos atrás hacia un entorno de tipo hospitalario.

Los profesionales que trabajan en el sector del envejecimiento saben que volver a cambiar la atención a largo plazo de los mayores a un modelo similar a un hospital no solucionaría el desafío actual de estar mejor preparados para otra pandemia. Retroceder al modelo médico sólo "deshumanizaría" a las personas mayores y a quienes trabajan con ellas. No debemos olvidar que todos somos seres humanos. Todos tenemos el derecho de dirigir nuestras vidas y experimentar el bienestar, sin importar dónde vivamos. Incluso si llega el momento en que no podemos cuidarnos y vivir de forma independiente, seguimos queriendo tomar decisiones sobre nuestro cuidado y poder disfrutar de la mejor calidad de vida posible. Eso significa poder disfrutar de los placeres simples del hogar, mantener nuestras rutinas diarias y experimentar el bienestar a medida que envejecemos, sin importar cuánto apoyo clínico necesitemos. Pero, claramente, no es vivir en un entorno hospitalario.

Nuestra misión y los valores que nos mueven como profesionales del sector gerontológico, es cambiar esta perspectiva basada en el miedo que se está creando actualmente y continuar el camino emprendido hacia la atención y los servicios centrados en la persona. Una manera de continuar es considerar la idea de "cuidado". Debemos dar el paso a lo que el modelo de “La Alternativa Edén” (The Eden Alternative) se refiere como "cuidado genuino". El enfoque Edén nos ayuda a entender que la "atención" es más que un tratamiento médico. Edén en realidad define el cuidado como "ayudar a otro a crecer". Los seres humanos de todas las edades quieren ser nutridos y seguir creciendo. Hay más en la vida que sólo tratar nuestras necesidades médicas. A pesar de que es esencial, la atención médica no es todo lo que hay en la vida, la vida, ahora más que nunca desde que estamos confinados y lo hemos experimentado todos, es una suma de pequeños placeres cotidianos. Edén nos pide que creemos el ambiente para el "cuidado genuino", que es un paso más allá del tratamiento médico. Es responder al espíritu humano, no sólo al cuerpo humano. Sabemos que los seres humanos morimos por problemas médicos pero también morimos porque nuestro espíritu no está siendo nutrido.

En el sector geroasistencial nos esforzamos por equilibrar el lado clínico de la atención, por ejemplo, siguiendo las pautas de control de infecciones, con el lado espiritual de los adultos mayores que atendemos. El espíritu de los mayores se nutre cuando se trabajan las tres plagas que nos afligen a la sociedad actual: la soledad, la impotencia y el aburrimiento, y se debe trabajar en primer lugar mediante el contacto cercano y continuo con los demás, en segundo lugar estando activos o con alguna responsabilidad para seguir desarrollando la capacidad de dar y recibir, y en tercer lugar, la capacidad de experimentar la espontaneidad en nuestras vidas.

El personal que trabaja actualmente en organizaciones que siguen el modelo de atención centrada en la persona han comunicado que el hecho de estar centrado en la persona ha sido una gran ventaja durante la crisis del COVID-19. Dicen que no cambiarían nada sobre su modelo de atención y están orgullosos de la forma en que han servido y protegido a sus residentes, así como al personal durante este tiempo. Nos comentan, que al ser un modelo basado en las relaciones el personal conoce bien a los residentes, por lo que ha sido más fácil anticipar sus necesidades y apoyarles de diferentes maneras. La forma de organización hace que el personal este asignado y dedicado a unos residentes en concreto, y eso se ha traducido en que han estado mejor preparados para abordar problemas de soledad y sentimientos de aislamiento. Dado que las organizaciones centradas en la persona han empoderado al personal y a los equipos, tienen flexibilidad y espontaneidad en la toma de decisiones diarias con los residentes. Es más fácil reaccionar rápidamente cuando el mismo personal palpa que los residentes están molestos por algo o están experimentando un cambio en su condición, la reacción es mucho más rápida en estas circunstancias, y en momentos de pandemia, esta rapidez ha sido muy importante. Es vital tener en cuenta que hay mayor satisfacción tanto en los residentes como en el personal y menos rotación de estos últimos en organizaciones centradas en la persona.

Cambiar la cultura del sector geroasistencial consiste en ver y responder a cada individuo como ser humano, tanto aquellos que proporcionan el cuidado como los que reciben la atención. Durante una videollamada reciente, el Dr. Bill Thomas, cofundador de La Alternativa Edén, recordó al grupo que el lado clínico de la atención simplemente no es suficiente. No podemos dejar de ver a la persona a la que servimos como un ser humano pleno si solo vemos la parte hospitalaria. Continuó diciendo que incluso nos engañamos a nosotros mismos si simplemente tratamos a la persona a la que servimos como un objeto, sin conocerla realmente y sin estar significativamente comprometida con ella. Nos volvemos más centrados en la persona a medida que nos alejamos de un enfoque estrictamente médico para la atención en entornos residenciales. Nadie quiere vivir en un hospital o centro o incluso ser referido como un paciente en su casa. Queremos estar en casa dondequiera que vivimos, incluso en una residencia de ancianos.

Debemos seguir haciendo que la atención y los servicios centrados en la persona sean una realidad en todos los entornos donde los mayores viven y son atendidos. No podemos retroceder, sino que debemos avanzar con más intención que nunca para crear lo que queremos para nosotros y para los que amamos. Siempre debemos recordar que todos somos seres humanos y queremos experimentar una sensación de bienestar a medida que envejecemos.

Walter O. Coffey MPA, Gerontólogo, Formador en Atención Centrada en la Persona, Asesor de Cuidado de Ancianos/Demencia, y Educador Alternativo Edén Certificado. Socio Director, WD International Consulting.

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