Al principio de la pandemia de coronavirus no sabíamos cómo se iba a crear el relato de lo que sucedía. Ahora que lo vamos viendo siento repugnancia por el papel que están representando los medios de comunicación, alentados en muchos casos por la incompetencia, si no mala fe de algunos administradores públicos y políticos.
Creo que todo empezó cuando la impresentable ministra de Defensa dijo aquello de los “cadáveres conviviendo con ancianos” en residencias, algo que después resultó ser una descripción torticera de un hecho terrible aunque puntual. El hecho de no haber dicho que los servicios funerarios estaban colapsados (era antes de que alguien pensase en convertir las pistas de hielo en morgues temporales) y que los cadáveres no “convivían”, sino que sencillamente estaban a la espera de ser recogidos, empezó a generar la idea de que las residencias estaban haciendo mal las cosas. En pocos días, si mirábamos el Telediario o cualquier otro noticiero televisado, acabábamos con la idea de que “si diez personas mueren en un hospital: es el virus; si mueren en una residencia: la residencia es sospechosa”.
Los políticos oportunistas que han antepuesto casi siempre sus intereses partidistas al bienestar de todos informaron mal diciendo que estaban dando material e instrucciones claras a las residencias cuando ambas cosas eran MENTIRA. Y los medios siguieron con el relato: “Si es cierto que las residencias están recibiendo material de protección, ¿por qué no se lo dan a los empleados?; si es cierto que hay unas instrucciones y una coordinación, ¿por qué siguen muriendo residentes y se concentran las muertes en esos establecimientos?”. Esas eran las preguntas que se hacían y se hacen los lectores y familiares de residentes alentados por lo que ven en los medios.
Hace tres semanas se podría haber generado un relato parecido al que se creó con los hospitales.
Para mí lo que habría que haber transmitido era la verdad:
Las residencias están haciendo un esfuerzo heroico. Son establecimientos creados para ser sustitutos del hogar con cierto apoyo sanitario, pero no son establecimientos sanitarios. Nadie ha pensado nunca que sean lugares donde se confina o se aísla a nadie, sino lugares de vida donde se convive. Centros abiertos donde continuamente entra y sale gente. En estos momentos difíciles vamos a pedirles que hagan un esfuerzo enorme y vamos a apoyarles con todo lo que podamos como hacemos con los hospitales. Es posible que se produzcan muchos fallecimientos en las residencias porque allí viven quienes son más vulnerables a la enfermedad, por eso vamos a intentar que las muertes sean las mínimas y las que se produzcan lleguen en las condiciones más humanas y dignas posibles.
¿Alguien ha escuchado esto en algún medio?
Yo no.
¿Algún político ha sido tan claro apoyando la labor que han hecho las residencias?
Yo no lo he oído.
Si comparamos cómo se ha mostrado a las residencias y a los hospitales el contraste se hace más sangrante.
Entiendo y apoyo que se haya loado la labor de médicos, enfermeras y personal sanitario. Cada día salgo a la ventana a aplaudirles y veo como muchos de mis vecinos hacen lo mismo. Respeto y admiro su abnegación y entrega en este momento.
Imaginemos que un día, al empezar la crisis, algún medio hubiese comunicado que en un hospital “no sé dónde” algunos médicos se habían llevado mascarillas a casa para sus familiares. Al cabo de otros días, que en otro hospital habían desaparecido “no sé cuántos” test diagnósticos. Que, a partir de ese día, cada noticia de hospitales y Covid-19 se hubiera acompañado de una sombra de duda sobre la labor del personal sanitario. Que después se hubiera descubierto que aquello no había pasado pero esa noticia ya no se hubiese comunicado. ¿Seguiríamos aplaudiendo? Muchos no. El poner el foco en un punto o en otro nos orienta y puede manipularnos. Eso es “el relato” y en eso los medios, a pesar de que las redes tienen mucha fuerza, aún mantienen mucha influencia.
A mí me daría igual que veinte médicos hubiesen actuado mal. Eso no empañaría la labor que están realizando desde los servicios sanitarios y sería terriblemente injusto que se pusiese el foco en ello.
Dicho esto, paso a casos concretos.
¿No es noticia que unos familiares acosen, insulten y calumnien llamando asesina a la directora de una residencia? Para TVE (telediario del mediodía del 15 de abril) no lo es. Si lo es en cambio que unos familiares hayan acusado a la residencia de “tener más fallecimientos que los que son razonables” (aunque no saben exactamente cuántos han sido) y trabajar con menos personal del normal. ¿Nadie le ha dicho a los redactores que hay una pandemia que está obligando a hospitales, residencias y otros servicios esenciales a trabajar con una parte importante de su personal de baja?
En muchos medios se repite que las residencias no informan a los familiares de los residentes del número total de contagiados y fallecidos. Eso se muestra como una “desinformación”. ¿Se han informado los redactores de esas noticias? ¿Saben que alguna comunidad ha dado instrucciones sobre cómo informar (a cada familiar y residente “su” información personal y a la administración los datos agregados)? ¿Ha intentado algún paciente de un hospital preguntar cuántos contagiados hay en ese hospital y cuántos fallecimientos? Lo más seguro es que le hablen de él, pero no le den ninguna información de otros pacientes. Eso da igual. Los medios hablan de desinformación en residencias.
Otra cadena pública, TV3, 13 de abril, Telenoticies mediodía, noticia con un familiar airado que se queja de que tras la muerte de su padre la residencia le dijo que la causa había sido “parada cardio respiratoria” cuando después le dijeron que había sido “Covid19”. El director aparece unos segundos diciendo que al residente no se le había hecho la prueba. Cualquiera que vea la noticia entiende que la residencia tiene algo que ver con a quién se le hace o no el test diagnóstico, nada se dice de que esa decisión la toma Sanidad en cada comunidad. En la web del Ayuntamiento del municipio donde está situada la residencia hay un comunicado de Sanidad en el que se dice entre otras cosas que “En todo momento se han seguido los criterios de aislamiento, sectorización y protección que indican desde Salud Pública y que supervisa el EAP. También se aíslan los profesionales sintomáticos o por contacto y se hace una desinfección del centro. Cabe recordar que esta residencia dispone de una planta dotada de oxígeno”. ¿Le importa a alguien? El director de esa residencia y buena parte del personal que sigue trabajando llevan semanas durmiendo mal y sin poder tener una vida normal, más o menos igual que los médicos y enfermeras de hospitales. ¿Le importa a algún medio de comunicación?
Esto son sólo algunos ejemplos. Podría seguir.
Alguien me dirá que los medios también se han hecho eco de las residencias donde se han confinado empleados con los residentes para evitar que entre el virus, o de aquellas que están haciendo alguna actividad o iniciativa interesante. Son, sin duda cosas excepcionales y merecedoras de encomio. Pero, incluso en esos casos, se nota el sesgo negativo:
7 de abril, España directo TVE (enlace al vídeo en una entrada de Facebook), dan una buena noticia sobre una residencia en la que el virus no ha entrado. La presentadora empieza diciendo: “Pero no todas las residencias de ancianos han manejado mal la crisis del coronavirus, hay quien ha hecho bien los deberes…”.
Julia Otero, Onda Cero (enlace al audio en un post de Linkedin), entrevista a Carol Mitjana, directora de una residencia de Lleida confinada voluntariamente con los residentes. Después de loar su actuación, la locutora arremete contra otras residencias: “En un momento en el que hay tanto escepticismo respecto a como se trata a los mayores en muchos centros, porque en algunos no se estaban haciendo las cosas bien, también hay que enseñar la otra cara”. Recomiendo escuchar la entrevista. Me encanta como Carol Mitjana defiende, no solo su labor sino la de muchas otras residencias que actúan bien.
Respondiendo a la pregunta con la que he titulado esta tribuna: por esto me dan asco los medios durante la pandemia.
Quizás soy injusto y no estoy reflejando toda la realidad. Quizás generalizo demasiado y yo mismo estoy haciendo con los medios aquello que digo que ello hacen con las residencias. ¿Me estaré contagiando del mal que critico?
¡Por favor, si es así, que alguien me lo diga! Prometo aceptar la crítica.
Josep de Martí
Director de Inforesidencias.com
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