El “desatar” en residencias españolas se inició, de forma general y organizada, hace 16 años, con el nacimiento del Programa Desatar de CEOMA. En 2003 el uso en España era muy elevado, y era un tema del que no se podía hablar. El tiempo trascurrido hasta la actualidad, y los escasos cambios logrados, nos hablan del especial trasfondo cultural, y de actitudes, que el fenómeno de las sujeciones tiene en nuestro país.
De ser un tema tabú, las sujeciones han pasado a ser un tema del que se habla abiertamente, y de constante actualidad. Creo que es de justicia que se admita que el Programa Desatar ha sido determinante para que hoy día se hable de sujeciones con naturalidad, y para que se haya pasado de un punto de no retorno en el proceso de erradicación del uso rutinario y por conveniencia de sujeciones en el ámbito de las residencias españolas.
Hoy día, se puede decir que se ha producido un descenso cuantitativo del uso de sujeciones en España, y que estamos ya a buena distancia de los primeros datos que tuvimos que nos colocaron en el primer puesto del ranking mundial. Como las sujeciones en residencias se utilizan en personas con demencia, y la proporción de personas que viven con demencia en las residencias generalistas de España ha aumentado, ha habido un pequeño repunte general de prevalencia de uso de sujeciones en los últimos 5 años.
En el Programa Desatar conocemos de 100 centros totalmente libres de sujeciones, 30 de los cuales ya han cumplido más de 5 años de antigüedad. Con su existencia y seguimiento, hemos aprendido que la prevalencia de uso de sujeciones es un termómetro de cómo se hacen las cosas en el cuidado a personas con demencia. Un indicador, de oro, para evaluar indirectamente la calidad asistencial a personas con demencia, y para evaluar el grado de aplicación del modelo de Atención Centrada en la Persona, y la incorporación de nuevas tendencias como el “positive risk taking”, los programas de reducción de uso de fármacos psicotrópicos, y aplicación de TNF´s enfocadas a fases avanzadas y SPCD. Centro libre de sujeciones, es un estándar de oro de calidad asistencial, pues es una realidad que, tanto para lograrla, como para mantenerla en el tiempo, requiere que los equipos asistenciales de los centros estén continuamente en el empeño de no llegar a, o mantener, una sujeción, lo que se traduce en que han sido transformados. En resumen, ir a por todas es un motor de cambio radical, que se traduce en centros mejores y más adecuados, y además se induce a un cambio cultural, que lleva a aceptar una cuota de riesgo como parte esencial de un buen cuidado.
En negativo, en cuanto al presente se refiere, decir que,
- La aproximación dominante actual es de reducción de uso, a pesar de que la erradicación total es posible y de que el esfuerzo, para lograrla y mantenerla, es más limitado en el tiempo. Se acreditan centros por participar en programas de reducción de uso, y se da puntos por tener un programa de reducción sin más en los requisitos para conciertos públicos, lo que ha resultado en que ir a por todas ni se lo planteen.
- Se ha producido un blindaje defensivo de la prescripción de sujeciones, para lo cual ha sido necesario volver a alimentar los viejos mitos que las justificaban. La seguridad es un argumento poderoso en un país sobreproteccionista, y sigue valiendo en España para defender el uso y abuso de sujeciones.
En cuanto al futuro se refiere, decir que el considerar como mérito en los conciertos públicos los programas de reducción de uso de sujeciones, se extenderá a todas las comunidades autónomas, ya que es fácil y escasamente comprometido.
Han surgido iniciativas políticas para que desde las administraciones hagan cosas que se traduzcan en reducción-erradicación del uso de sujeciones en residencias. Está por verse el efecto que esas acciones producen. Es el caso de la PNL del partido “Ciudadanos”, que fue aprobada en la mayoría de los parlamentos autonómicos.
Hay motivos, respecto del futuro a corto plazo, para ser pesimista en cierta medida, dado el escenario que se está creando en España, como consecuencia de la entrada masiva de capital extranjero a adquirir centros y hasta corporaciones enteras, con afán mercantil y especulativo, que está dejando en un segundo plano a aspectos técnicos y de calidad en las corporaciones adquiridas, primándose aspectos de rentabilidad casi en exclusiva. Las excepciones en ese escenario, que ya es una realidad y que se va a intensificar, existen. Existen corporaciones, y centros, que no están en ese mercado de compra y venta y de especulación económica, que siguen apostando por calidad asistencial y mejora continua, pero son cada vez menos.
Estamos en proceso de deterioro de la calidad asistencial, y lo sé porque estoy viendo nuevas actitudes sobre el uso de sujeciones y sobre la necesidad de aplicar o continuar con el Programa Desatar. Escuchamos comentarios despectivos de los nuevos responsables de las cadenas adquiridas, con clara actitud de no querer mojarse en cosas comprometidas, como es lograr y mantener centros libres de sujeciones.
Esas amenazas obligan a que las autoridades, las administraciones públicas competentes, y los legisladores, tomen cartas en el asunto y pongan claros límites legales al uso de sujeciones, y aumenten el control de ese uso en todos los centros.
Antonio A. Burgueño, director del Programa Desatar de CEOMA
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