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Desnutrición y residencias. Veinte años después

Por Josep de Martí
jueves 02 de mayo de 2024, 02:48h
El fundador de Inforesidencias.com, Josep de Martí.
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El fundador de Inforesidencias.com, Josep de Martí. (Foto: Dependencia.info)

Una reciente noticia aparecida en prensa digital tiene un llamativo titular: “Un estudio muestra que un 13,8% de los residentes presentan desnutrición y el 45% riesgo de desnutrición”. Se refiere, por supuesto, a personas mayores que viven en residencias y es una enésima reiteración de la misma noticia que llevo leyendo desde hace más de veinte años y que, a mi entender lanza una sombra de injusta duda sobre lo que se hace y pasa en las residencias de mayores.

No quiero decir que el estudio del que trata la noticia esté mal hecho o que no se produzcan casos de desnutrición entre personas mayores que viven en residencias, sino que la información sobre ese estudio y la forma en que se reflejan los datos que contienen se articula a mi entender de forma tal que proyecta una imagen distorsionada. Para empezar, parece que un 13,8% es una cifra muy elevada, por otro, también parece que las residencias deben estar haciendo algo mal para que en ellas haya tanta desnutrición.

Si queremos centrar las cosas de forma objetiva, podemos leer un documento de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) donde se indica que “La prevalencia de malnutrición varía mucho según el nivel asistencial: 2% en anciano sano en residencia pública española, 5-8% de los ancianos en domicilio, 50% de los ancianos enfermos institucionalizados, hasta 44% de ancianos ingresados en hospital por patología médica y hasta 65% de los ancianos ingresados por patología quirúrgica. En España, el 12% de la población general presenta malnutrición; de ellos el 70% son ancianos”. Lo cierto es que dicho así es un poco aburrido y no daría para muchas noticias por lo que resulta más llamativo convertirlo en titulares imaginativos.

Hace ahora veinte años en el blog donde entonces escribía semanalmente, publiqué un post titulado “Desnutrición y residencias”. La situación era casi idéntica a la actual, entonces la noticia era un estudio de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y la Federación Española de Alimentación y Dietética (FESNAD) que denunciaba que entre uno y dos tercios de personas mayores que vivían en residencia sufrían desnutrición. El estudio en cuestión indicaba que quienes peor nutridos estaban eran los mayores que vivían solos, seguidos de quienes lo hacían en residencias y por último los que vivían con familiares. La noticia, que generó titulares como “Un tercio de los mayores que viven en residencias padecen anorexia”, hizo surgir polémica y críticas hacia las residencias, ya que muchos lectores deducían de ésta que la causa de la desnutrición eran las residencias dando poco o mal de comer.

Este tipo de informaciones ha seguido apareciendo periódicamente, cada vez que alguna sociedad científica publicaba un estudio. En 2015, un estudio decía que entre un 22 y un 25% de todos los mayores de 65 años tenían “riesgo de desnutrición”. En 2018 se indicó que el 60% de los mayores que ingresaban en una residencia sufrían malnutrición, aquí el matiz es importante ya que el estudio se centraba en los mayores que ingresaban en las residencias por lo que su desnutrición no podía ser atribuida a la alimentación institucional.

Las noticias han seguido apareciendo y, aunque los porcentajes van variando siendo a veces un 40%, el 50% y otras hasta un 60%, lo que no varía es que la sensación que se queda uno cuando lee las noticias es que algo hacen mal las residencias para que haya tanta desnutrición.

Si queremos seguir en el “lado aburrido”, o sea, centrándonos en datos, llegaremos a un estudio sobre cómo son las personas que ingresan en una residencia y descubriremos que un 76% tiene tres o más enfermedades activas, el 66% consume 7 o más fármacos, el 53% requiere de medicación tópica o parenteral, un 17% recibe terapias para la insuficiencia respiratoria o que un 18% tiene alguna úlcera por presión. La tendencia en los últimos años ha sido que cada vez ingresan en residencias personas polimedicadas con más necesidades de atención, lo que comporta que vivan en circunstancias en que se dificulta tanto la masticación, la deglución como la absorción de los nutrientes.

Teniendo todo esto en cuenta y volviendo a la noticia de que hablaba al principio, el periodista, tras recibir el estudio podría haber elegido el titular: “Se reduce a la mitad la desnutrición en residencias”. Pero no, eligió el porcentaje.

Y así seguimos. Si alguien quiere leer lo que escribí en 2017 titulado “¿Desnutrición en residencias?”, verá que era más o menos lo de 2004 y lo que he vuelto a escribir ahora. Sólo espero que, cuando se publique la siguiente entrega de este “día de la marmota”, haya más gente que sepa que la desnutrición es un problema que afecta especialmente a personas mayores polimedicadas y frágiles.

Por ese motivo, en la medida en que cada vez hay más personas mayores polimedicadas y frágiles que ingresan en residencias, la desnutrición va a seguir siendo una de las circunstancias a las que se tendrán que enfrentar los profesionales que atienden a esas personas mayores. Así, sin titulares llamativos.

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