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El Vía Crucis del sector

lunes 10 de abril de 2023, 23:43h
El Vía Crucis del sector
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(Foto: UPIMIR)

Entrados en la Semana Santa con la mayoría de la población pensando en sol y ocio, en descanso y buena comida, así como en recargar fuerzas para afrontar lo que nos queda de año, que es aún mucho y con seguridad difícil, queremos hacer hincapié en el auténtico vía crucis que viven las residencias y centros de día para dependientes, en concreto para "gent gran" (personas mayores).

Podemos, cual similitud a la época religiosa que vivimos esos días, hacer un símil respecto a nuestra particular situación e intentar que quien nos lea entienda cuan compleja es nuestra situación actual.

Paso I El descrédito

Aún estamos sufriendo el estigma causado por una pandemia sanitaria que hizo máximo impacto en nuestros centros sociales causando una mortalidad sin precedentes, un desajuste total de nuestras plantillas de trabajadores y un caos en la rutina diaria de centros de atención a la dependencia no preparados, ni entonces ni ahora, para hacer frente a un letal virus de contagio rápido y descontrolado. Como no podía ser de otra manera y con el consentimiento de nuestros gobernantes, las residencias fueron pasto del estigma de culpabilidad, esa que siempre planea sobre ellas. Injusto y ultrajante pero aún coleando, que fácil es hacer leña del árbol caído.

Paso II La infrafinanciación

Trabajar a pérdidas empieza ya a ser nuestro día a día y para muestra un botón: año 2021, IPC 6.5% y subida de tarifas un 3%; año 2022, IPC 5,7% y subida de tarifas un 4% (a dia 01-04-2023 aún sin saber cuándo se hará efectivo el pago de tal deuda). El milagro de los panes y los peces creemos solo lo supo hacer Jesucristo y no en Semana Santa. Las residencias y centros de día han sufrido incremento de gastos en alquileres (se topó la vivienda pero no los locales comerciales). Alimentación, sea propia o subcontratada, de promedio más de un 10%. Salarios en 2022, un 6,5% y en 2023 un 4%. Compañías de suministro (luz, agua y gas) más de un 30% de incremento y así todos los proveedores.

Recordemos que en la parte de plazas de la XARXA no se puede repercutir más subida de tarifas que la ordenada por la GENCAT y en la parte de plazas privadas, quienes las tengan, estamos aproximándonos a tarifas impagables para la mayoría de la población. En realidad, la situación actual penaliza a grandes centros, a pequeños, a entidades mercantiles y entidades sin afán de lucro. Perjudica y condena al abismo financiero a TODO EL SECTOR. Por supuesto, nuestros usuarios no deberían percibir de forma alguna nuestra penuria económica, pero la realidad es que no sabemos hasta cuándo podremos mantener tal situación. Somos entidades sociales de atención a la dependencia, no grandes empresas del sector financiero con respaldo económico de entidades bancarias.

Paso III El modelo y la acreditación

Este paso es tal vez el más difícil de digerir. Madrid y el Ministerio de la Sra. Belarra fijan un modelo de acreditación de centros para quienes deseen trabajar para la administración. Un texto de más de un centenar de folios en el cual se fija un modelo y tipología de establecimiento, se da un periodo de transición y se intenta mejor o peor unificar para todo el territorio nacional unos mínimos en igualdad para todos los dependientes, sean de Ceuta o de San Sebastián. No entraremos aquí a juzgar si es acertado o no el texto solo a remarcar que, por su parte, unas cuantas autonomías se descuelgan y crean su propio decreto de acreditaciones. En el caso de Cataluña resulta que al incluir el decreto de accesibilidad actual expulsan del sistema a más del 80% de los centros existentes.

Así mismo, desde Madrid insisten en que quien no acate su normativa como única y universal no tendrá fondos transferidos, mientras nuestros centros y sus directores no saben qué deben hacer y desde las patronales, sinceramente, tampoco tenemos claro qué aconsejarles. Sí sabemos cuál es nuestra propuesta, que no es otra que dar período transitorio de adaptación y buscar en la cartera de servicios sociales se encuadre a quienes no puedan cumplir en temas estructurales insalvables, así como ser condescendientes para quienes mayoritariamente cumplan. No podemos expulsar del sector a cientos de centros con una trayectoria de bien hacer y ganas de mejorar, cuyos usuarios actuales están bien atendidos y contentos.

Paso IV La dura y cruda realidad

Usuarios cada vez más precarios en salud y con mayores requerimientos sanitarios; exigencias cada vez mayores y fuera de contexto muchas veces de las familias, las cuales ignoran mayoritariamente nuestro trabajo y nuestros posibles; inspecciones de todo tipo alejadas de la realidad y con criterios intransigentes y recaudatorios; normativas de todo tipo que encarecen aún más nuestro día a día y en ocasiones sin sentido más allá de demostrar que pedir es gratis; listas de espera totalmente ineficientes (cuantos de los apuntados quieren de verdad ingresar cuando se les avisa de disponibilidad de plaza.); sensación de asfixia normativa, económica y reputacional... en resumidas cuentas, un sector a punto de la crucifixión y la lapidación.

Esperemos que cual Semana Santa en toda España, en breve podamos tener nuestro domingo de Ramos y el sector pueda resucitar y ser lo que queremos ser, centros de atención a la dependencia no sociosanitarios ni clínicas baratas, no psicogeriatricos, no cajón de sastre donde ingresar a quienes no se sabe qué hacer con ellos por parte de una administración desbordada (desde cuando menores de 65 a o personas con Síndrome de Down deben tener como recurso una residencia geriátrica).

Será tan milagroso que se corrija nuestro futuro como lo que ocurrió en Jerusalén en la iglesia del Santo Sepulcro el día de la Resurrección.

Para todos que estos días descansan y se oxigenan sirvan de meditación y replanteamientos estas líneas y les hagan plantear quienes somos y adonde queremos ir.

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