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Las bajas por menstruación en sectores feminizados

Por Inmaculada Cerejido
jueves 02 de junio de 2022, 02:12h
Inmaculada Cerejido, directora general de AMADE.
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Inmaculada Cerejido, directora general de AMADE. (Foto: JC/Dependencia.info)

Hace pocos días, la ley de salud sexual y reproductiva, de manera única en Europa, nos propone la necesidad de generar un tipo específico de baja laboral sobrevenido por los episodios limitantes que algunas mujeres sufren durante los días de su menstruación.

La primera reacción que produce que un aspecto laboral se regule en una ley que tiene como principal objeto legislar sobre la educación sexual y el derecho al aborto es de desconcierto. Pero según analizamos la realidad de lo aportado en la propuesta de ley, no solo genera desconcierto si no confusión, pues los datos del Ministerio de Sanidad nos dicen que aproximadamente se han producido 6.000 incapacidades temporales al año por dismenorreas o cuadros de tensión abdominal por la menstruación, lo que nos demuestra que las enfermedades como los ovarios poliquísticos o la endometriosis, entre otras, que tiene entre su sintomatología menstruaciones dolorosas e incapacitantes, ya gozaba de la cobertura de baja laboral, sin que este asunto fuese un problema para que los sanitarios propusieran la baja, ni para que las empresas la aceptaran.

Entonces, ¿qué añade esta ley? Fundamentalmente una cuestión y es que el Estado desde el primer día se hará cargo del pago al trabajador. Aunque nos gustaría preguntar a los legisladores por qué en este caso si y en el resto de bajas, no. Pero esta pregunta, es posible que sólo tendrá la respuesta vinculada con la discriminación positiva, en cualquier caso la guardaremos para otra ocasión.

Una vez visto el panorama general, llegan las segundas dudas… ¿cuántas mujeres tienen este problema? ¿es una cuestión mayoritaria? ¿me quedaré con la plantilla en cuadro cada mes? Según el Ministerio de Sanidad, 14 de cada mil mujeres en España sufre dolor menstrual. Esto significa que un 1,4% de las españolas podrían acceder a esta incapacidad, siempre que cuente con un diagnóstico médico que acredite una enfermedad subyacente que pueda ser el origen de las menstruaciones limitantes.

Para seguir entendiendo el modo en el que esta ley puede afectar a un sector fuertemente feminizado debemos unir los datos y lograr dispersar muchos mensajes políticos que acompañan a estos datos. Si un 1,4% de la población femenina puede estar afectada por este tipo de limitación, no parece que el impacto pueda ser alto. En una plantilla de 100 mujeres, aproximadamente una puede estar afectada por esta situación. Sin embargo la prevalencia de enfermedades como la artrosis-lumbar es de 15,52% o la artrosis-cervical de 10,10% y ambas son mucho más frecuentes en mujeres que en hombres y puede llevar no solo a la baja sino a la incapacidad. Nuestro sector lleva conviviendo con estas dolencias muchos años, tanto empresas como trabajadoras, de manera responsable, asumen sus obligaciones y cuidan de su salud. Los médicos proponen las bajas cuando las consideran necesarias y las trabajadoras cuidan de su enfermedad a través de los fármacos y la terapias recomendadas.

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No consideramos que sea necesaria esta regulación, creemos que está llena de tintes políticos que pretenden mostrar cuestiones maniqueas que nada tienen que ver con las necesidades reales del sector, ni de las mujeres y tampoco de los hombres.

La relación del trabajador/a con su empresa deja espacio para el cuidado de la salud, para la enfermedad y la recuperación. Polarizar la paz social, generando fisuras allí donde no las hay, no sólo no contribuye a mejorar las condiciones de las trabajadoras, sino que genera desconfianza y conflicto.

Cada trabajador es un ser humano único, con características únicas y por tanto aportará a su empresa una realidad única. Las empresas respetan las necesidades de cada persona y atienden a sus necesidades, independientemente de su sexo. Si una persona, desgraciadamente, tienen una enfermedad que la obliga a estar de baja tres días al mes, significa que necesita más de un mes al año para estar de baja. En ese caso, seguramente existen vías para ayudar a esta persona a conciliar su vida con su trabajo de manera que sea posible tramitar una incapacidad parcial, como sucede con los enfermos renales.

Como patronal, nos salimos de la provocación y mostramos nuestro claro posicionamiento de respeto a los trabajadores y sus necesidades, siendo éstos nuestro principal activo.

Inma Cerejido es directora general AMADE

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