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EL RINCÓN DEL DIRECTOR

¿Cumplimiento o “cumplo y miento”?

Por Josep de Martí
Certificado QR Covid.
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Certificado QR Covid. (Foto: UE)

Nota: como sorprendentemente cada comunidad autónoma decide, en un ejercicio que desde fuera parece una combinación de precaución y aleatoriedad, qué medidas de seguridad y prevención deben aplicar las residencias, el caso es un invento que no se corresponde con comunidad alguna, sino que toma medidas de varias. Como siempre, se trata de una situación inventada para generar debate y oportunidades de mejora. Si alguien quiere explicar cómo funciona exactamente en su comunidad autónoma puede hacerlo en forma de comentario o si es algo más elaborado, enviárnoslo para que podamos compartirlo con los lectores de Dependencia.info

La enésima ola del covid-19 ha llegado a la residencia las Marismas, de la que, por cierto, eres directora y, a diferencia de la primera, el sentimiento principal no es de miedo y vértigo a lo que pueda suceder, sino más bien de hartazgo y de una sensación de no saber exactamente si lo que se está haciendo sirve de verdad para algo.

Todos los residentes tienen puestas tres dosis de la vacuna y, finalmente, hasta la más recalcitrante de las trabajadoras ha aceptado recibir la pauta completa. Eso no ha impedido que se haya producido algún contagio esporádico, aunque de forma asintomática o casi.

El equipo de profesionales que lideras tomó la decisión hace algún tiempo de poner unos carteles en la entrada de la residencia y enviar a todos lo familiares de los que tenéis datos de contacto un mensaje, según el cual, dado lo peligroso de la situación sólo permitiríais que entrasen en la residencia personas que pudiesen demostrar que tenían puesta la pauta completa. Como sabíais que esto iba más allá de lo que os decía la comunidad autónoma, obtuvisteis de un abogado un redactado que no quebrantaba la Ley y pedisteis encarecidamente a todos que cumpliesen. Sólo os encontrasteis a tres familiares que dijeron que eso iba contra la Ley y sus derechos fundamentales. Los tres aceptaron hacerse una prueba de antígenos. Dos aceptaron tener las visitas en el exterior de la residencia, el otro fue tan insistente y amenazador que al final, aceptasteis que entrase de visita con mascarilla y procedimientos de prevención.

Ahora se os plantea una cuestión un poco diferente. Es la propia comunidad la que os ha comunicado que, a partir de dentro de unos días tenéis que pedir a los visitantes que acrediten, mediante el “pasaporte covid” que están vacunados o que han pasado la enfermedad.

Supones que ahora “van en serio” y que finalmente podréis cerrar la puerta a esos casos esporádicos de entrada del virus al centro, aunque la verdad es que con la obligación y algunas conversaciones que estás teniendo con personal de la residencia algo te empieza a preocupar.

Durante el tiempo en que habéis impuesto de forma “voluntaria” la acreditación de la vacunación para visitar el centro, no pensasteis que nadie os pudiese engañar ni que pudieseis incurrir en alguna responsabilidad por la forma en que comprobabais el cumplimiento del requisito. Es más, una auxiliar te ha dicho que está convencida de que el “papel” que había traído un familiar al que ella conocía bien como “anti-vacunas” se lo había hecho él en casa con un editor de imágenes en base a un certificado real con QR.

En la próxima reunión del equipo hay un tema prioritario: ¿Cómo vamos a implementar la exigencia del pasaporte covid a las visitas y personas que entren en la residencia?

Lo correcto sería tener un software que permitiese leer el QR y comprobar el DNI de la persona a ver si concuerda entre sí y con la persona que tenemos delante. Eso comporta dos problemas: el tiempo que hará falta y la cuestión de la autoridad. ¿Qué pasa si no concuerda y la persona dice que lo que falla es el sistema y quiere visitar a su madre?

Te preocupa sobre todo el del tiempo. Las Marismas no tiene una persona específica de recepción que esté todo el día en un mostrador en la entrada. Cuando la comunidad autónoma decidió restringir al máximo las visitas sí que dedicasteis a una persona a llevar el control de acceso y planificación; después, durante el tiempo en que se exigió una prueba de antígenos a la entrada, fue ella quien lo hacía. Ahora sabes que esa es una labor pesada y que genera conflictos.

Ya estás en la reunión de equipo. Han surgido varias ideas, como escanear los códigos y guardarlos “por si acaso” o hacer rellenar un formulario con una copia de certificado para las visitas habituales y tener otro procedimiento para las esporádicas.

Lleváis un rato dándole vueltas cuando Tania, una fisioterapeuta bastante ocurrente, hace una pregunta “¿Sabéis cuál es la diferencia entre el cumplimiento y el cumplo y miento?”. Unas risas. Después, un silencio reflexivo y después una solución.

“Con un porcentaje tan alto de la población vacunada, ¿por qué no seguimos con lo que estábamos haciendo, vemos cómo dar cumplimiento a los requisitos de la comunidad y nos centramos en lo más importante, que es ofrece un buen servicio a los resientes en estos tiempos tan raros?”.

Como siempre, eso del equipo funciona muy bien para reflexionar, aunque a la hora de tomar decisiones, sobre todo si son difíciles, las miradas se centran en ti.

¿Qué harías tú?

Autor del caso: Josep de Martí, jurista y gerontólogo

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