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Demostrado: a mayor nivel educativo más envejecimiento activo

Demostrado: a mayor nivel educativo más envejecimiento activo
miércoles 14 de marzo de 2018, 16:27h
La actividad mejora la percepción de sí mismos.

El trabajo remunerado, el voluntariado, el cuidado de los nietos y otras actividades sociales, como hacer deporte, son buenos para la salud de las personas mayores. De hecho, cuanto mayor actividad realizan las personas mayores de 65 años mejor percepción tienen de sí mismas, y son objetivamente, más saludables.

Además, el envejecimiento activo está asociado a niveles superiores de educación: el grado de participación en estas actividades entre personas mayores con diferente formación es responsable de hasta el 30% de las diferencias observadas en cuanto a salud directamente relacionadas con el nivel de estudios.

Estos son algunos de los resultados recogidos en un estudio realizado dentro del proyecto europeo CREW (Care, Retirement & Wellbeing of Older People Across Different Welfare Regimes), y publicado en la revista Journal of Aging and Health. La investigación coordinada desde el Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la UPF, analiza las desigualdades en salud entre personas mayores con diferentes niveles educativos utilizando tres medidas diferentes: percepción subjetiva del estado general de salud, depresión, y limitaciones físicas.

Según los codirectores del estudio, los profesores Bruno Arpino y Aïda Solé-Auró, "la hipótesis fundamental que queríamos probar era si estas desigualdades o parte de ellas, pueden explicarse por el diferente grado de envejecimiento activo de las personas mayores, es decir, por el nivel individual de participación en actividades como el trabajo remunerado, el voluntariado, las actividades sociales y el cuidado de los nietos. Hemos detectado que, para algunos indicadores de salud, hasta un 30% de las desigualdades vienen explicadas por el diferente grado de envejecimiento activo de las personas mayores, y también que las personas mayores con educación superior tienden a ser más activas".

Añaden también que "la contribución es especialmente importante si nos referimos a la participación en el mercado de trabajo y en las actividades voluntarias y sociales, aunque es más marginal en cuanto al cuidado de los nietos. Esto no quiere decir que tener cuidado de los nietos no sea relevante para los propósitos del envejecimiento activo, sino que simplemente no ayuda a explicar las desigualdades socioeconómicas en términos de salud".

Aunque es difícil establecer definitivamente la existencia de un vínculo causa-efecto entre el hábito de llevar a cabo diversas actividades y la garantía de la salud en la vejez, este estudio, según los autores, se planteó precisamente para intentar descartar la posibilidad de invertir la causalidad (es decir, que las personas mayores más saludables suelen ser más activas precisamente debido a su buen estado de salud).

Los investigadores explican que por este motivo se utilizaron datos longitudinales: "Al inicio de la investigación se midieron las condiciones de salud de los participantes y su nivel de implicación, y vimos como el hábito inicial de llevar a cabo varios tipos de actividades estaba asociado a un mejor estado de salud dos años más tarde".

El proyecto europeo CREW, en el que se enmarca el estudio, está centrado en las relaciones entre el cuidado, la jubilación y la calidad de vida de las personas mayores en diferentes regímenes de bienestar. Con la participación de un consorcio de seis instituciones europeas, coordinadas por la UPF, tiene una duración de tres años (2017-2019) y forma parte del programa Joint Programming Initiative (JPI) More Years, Better Lives, financiado por la Comisión Europea.

Referencia del trabajo: Bruno Arpino y Aïda Solé-Auró: "Education inequalities in health among older European men and women: the role of active aging" (agosto 2017). Journal of Aging and Health

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