Un servicio "muy desconocido" por familiares y usuarios; ¿es rentable un centro de día?

Las conclusiones del estudio Percepción de valor del recurso de centro de día, realizado entre la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE) y la Asociación Madrileña de Atención a la Dependencia (AMADE) y presentado recientemente en la II Jornada Centros de Día revela que “el 70% de los familiares afirma no conocer los recursos sociales con los que podría contar para el cuidado de la persona mayor”.

En el caso concreto de los centros de día, un recurso para la atención a personas mayores que mejora las condiciones de vida de quienes lo usan y de sus familiares porque favorecen el estado de ánimo, la socialización y la salud, sorprende que sigue siendo un servicio muy desconocido. Añade el informe, de hecho, que la incertidumbre, la vergüenza, el miedo a la pérdida de libertad y la resistencia al cambio son los principales motivos por los que las personas mayores rechazan la idea de ir a los centros de día.

Vista esta realidad, la pregunta a plantearse es si resulta rentable un centro de día. El gerente de Centros de Día STIMA Mayores, Pablo Solé, tiene muy claro que “sí, es rentable, pero hay que tener un buen modelo de negocio y un modelo de negocio no es solo una página de excell. Hay que medirlo absolutamente todo”. En este caso, subraya, "el 65% de los gastos es el personal, que tiene que ir muy fino con perfiles dobles y perfiles mixtos, mirar mucho el número de horas y por supuesto, las tarifas".

Por eso le gusta el modelo privado: "Porque las tarifas las manejo yo, que tengo que saber qué tarifas tengo que poner, si tengo que dar mejores servicios, cuánto puedo cobrar, qué me van a pagar, por qué... al final es un montón de mil pequeños detalles lo que hace un modelo de negocio. No se trata de tener una gran idea, no hay una varita mágica ni una bola de cristal. Mil pequeños detalles cuentan, por pequeños que sean".

Ante la pregunta de, entre todos estos "pequeños detalles", qué es lo más difícil, el responsable de STIMA Mayores tampoco tiene duda: “Encontrar un buen equipo y mantenerlo. Es muy importante el equipo, la formación, los incentivos, retenerlos, etc... Es fundamental, sin equipo no tienes nada que hacer. Es la base. Somos personas que cuidamos personas. Insisto, es el 65% del gasto, es fundamental”.

Con lo que tiene más dificultades Pablo Solé es con averiguar por qué si es un recurso asistencial tan importante tiene tan poco peso en comparación con otros servicios, como las residencias, la atención domiciliaria o la teleasistencia: “Es la pregunta que me hago todas las mañanas. Todos los expertos, todos los consultores con los que hablo me dicen lo mismo, que es un recurso en alza, el mejor recurso, es el que más va a crecer... ¿y por qué no crecemos? No lo sé, por eso nosotros tiramos del carro y queremos que haya más gente tirando del carro porque si no somos un sector grande no hay nada que hacer. Se tiene que animar la gente. No somos nada todavía".

Lo más importante es que sea sostenible

También opina sobre la rentabilidad del centro de día Lucía Saborido, CEO de Saraiva: “Tiene que ser rentable, pero lo más importante es que sea sostenible”. Y lo explica: “Tienes que combinar muchísimo los ingresos teniendo en cuenta las partidas de gastos. Esto es Economía básica, pero ¿qué es lo que tienes que ir mirando? Cómo llegar a las personas para darte a conocer, que sepan que existe este recurso y es una manera en que las personas, una vez que encuentran esta nueva solución para el cuidado del día a día, es fácil que se queden y usen esta solución”.

“Hay que luchar contra el concepto que tiene la sociedad de que un centro de día es un aparcamiento de personas mayores, que no se hace nada... Esa idea hay que ir rompiéndola, hay que ir acabando con esos estigmas y estereotipos. Una vez que las personas entienden qué es lo que realmente se hace en los centros de día a nivel social, terapéutico, afectivo, cómo funciona el centro y los beneficios que cada uno obtiene, es cuando se dan cuenta de que este recurso era lo que esta persona estaba necesitando”, añade la directiva de centros de día Saraiva.

Saborido lamenta la falta de información sobre este recurso asistencial y sus posibilidades: "No se conoce, pero también es porque la sociedad no está mentalizada y prefieren los cuidados en casa con una interna o los servicios de ayuda a domicilio del ayuntamiento. Y ya, como último recurso, la residencia. Pero no tienen en cuenta el centro de día. Antes van a una residencia que a un centro de día".

La clave está en la ocupación

Por su parte, la presidenta de AESTE, Natalia Roldán, entiende que algunos lo son y otros no: “Va muy vinculado a la prestación de servicios que se tiene, cuánto pesa el servicio de transporte, la ubicación del propio centro, las inversiones necesarias en función de la distribución física de los centros, es decir, es muy relativo porque al final todos los servicios están muy vinculados a la ocupación que tenga el centro". Ahonda en la cuestión al recordar que "cuando tú dimensionas un centro residencial o un centro de día, lo haces con un número de personas determinado, con lo cual, esa falta de conocimiento de la existencia de un centro de día puede hacer que, efectivamente, haya centros que no sean viables porque no hay una ocupación suficiente".

"Por el contrario - insiste Roldán-, si consigues una ocupación 100%, pues como todas las actividades económicas, por lo menos lo haces sostenible en el tiempo, que es de lo que se trata”.

Opinaba igualmente al respecto de por qué es tan poco conocido el centro de día como recurso asistencial siendo tan completo y con una valía sobradamente demostrada: “Los planteamientos que hacen en el plan de cuidados están muy focalizados en el ámbito domiciliario y en el residencial y tenemos muy poca perspectiva puesta en esos cuidados intermedios de proximidad donde la persona, si tiene un soporte mayor y el cuidador también, puedes permanecer más tiempo en casa y en seguida se tiene como alternativa la residencia".

Apuesta por arrojar más luz sobre este servicio: "Hay una parte de desinformación, que es un área de mejora muy interesante. Tenemos que interactuar más con otros agentes prescriptores, como pueden ser los centros de salud y, después también, animar a los profesionales que conocen los centros de día de primera mano, como trabajadores o personas usuarias y familiares ayuden también en esas recomendaciones, ese boca-oreja, que en el ámbito de los mayores es lo que mejor funciona”.

Quiso destacar para concluir la importancia que tiene el centro de día tanto para los usuarios como para sus familiares: "Es una alternativa para vivir en casa con un soporte que apoya la parte de conciliación y el descanso de los cuidadores, pero es fundamental también evolucionar ese recurso con actividades y con planteamientos acordes a los nuevos perfiles de personas que somos o vamos a ser usuarios de los centros de día".