El director de Inforesidencias.com, Josep de Martí. (Foto: JC/Dependencia.info)
Me estaba preparando para participar en Pamplona en un interesante encuentro organizado por Ilunion Sociosanitario al que me había invitado Íñigo Allí y que, bajo el título “Hacia un nuevo modelo de mayor coordinación sanitaria y social por las personas más vulnerables”, reunía a ponentes de diferente origen, tanto de poderes públicos como empresas y expertos (a mí, produciéndome una mezcla de sonrojo e ilusión, me pusieron en esa categoría).
Me tocaba participar hablando siete minutos sobre “Mejores prácticas en otros países” dentro de una mesa más extensa en la que se trataba también sobre “Coordinación de los poderes municipal, Autonómico y Central en los apoyos y el cuidado a la Dependencia”. Con tan poco tiempo pensé que no podría ir más allá de algunos mensajes telegráficos, así que decidí usar este esquema para no liarme.
En los últimos años he tenido el privilegio de poder conocer modelos de atención a personas mayores en 16 países, no sólo leyendo sobre los mismos sino visitándolos en persona y he visto que, vayas donde vayas, encuentras algunos aspectos comunes y otros que difieren.
Entre los comunes:
Cada vez hay más personas mayores, éstas son más diversas y también más exigentes.
Cada vez ingresan en las residencias personas mayores con una mayor necesidad de atención sanitaria además de apoyo en las actividades de la vida diaria.
Cada vez cuesta más encontrar y mantener a personal cualificado, especialmente enfermeras.
La tendencia, con independencia del nivel de dependencia y la necesidad de atención sanitaria, va hacia modelos de funcionamiento en unidades pequeñas con aspecto doméstico.
La tendencia va hacia un papel esencial de la enfermera y las gerocultoras (con múltiples nombres y capacitaciones), con ratios de personal de atención directa de 0,7 a 1,3.
En casi todos los países de nuestro entorno los residentes reciben atención sanitaria desde los servicios sanitarios.
Integración de los servicios sanitarios públicos en todas las residencias (públicas y privadas).
Hay que aceptar que las residencias deben ser más caras y asumir que una parte de este coste debe ser asumido por la administración.
El reto no es qué hacer con las residencias que se vayan a construir sino con las existentes. Descubrir si, sin cambiar el edificio se puede cambiar la filosofía de atención. Yo creo que sí.
Hay que priorizar la financiación y la captación y fidelización del talento. Homologación de títulos, mejoras de condiciones laborales, mejora de reconocimiento.
Hay que trabajar para que se genere una relación de confianza entre los reguladores/financiadores y los prestadores de servicio.
Como pasa lo que pasa, después de prepararme para poder decir todo esto en siete minutos, resulta que al empezar la mesa la ponente anterior, concejal de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Pamplona, me hizo cambiar un poco. Empecé a hablar de cómo en otros países hay muchos menos ayuntamientos y con más competencias que en España y tuve que cambiar sobre la marcha para no pasarme de los siete minutos asignados.
Toda una experiencia a la que contribuyó Lorenzo Dionins, presidente del patronato de la Fundación de Profesionales Solidarios del Voluntariado.
Ya está disponible el vídeo del acto:
Espero que entre lo que dije y lo que hay aquí escrito pueda transmitir todo lo que intenté decir en siete minutos.