En la residencia Las Marismas, de la que, por cierto, eres director, intentáis hacer las cosas de forma con dos ideas en mente: hacerlo bien y cumplir todas las leyes y normativas existentes.
En lo que respecta a la información relativa a la atención de los residentes intentáis facilitarla al máximo fomentando la transparencia, incluso ser proactivos, invitando a residentes y familiares a conocer lo que hacéis en el centro, a participar en la elaboración del plan individual y a conocer lo que escribís en los expedientes asistenciales.
Hace un tiempo tuvisteis un problema con una abogada que decía representar a la residente señora Petunia Robles (“¿De quién son los datos de los residentes?”). En esa ocasión conseguiste navegar con éxito la situación.
Ahora el problema es diferente y tiene que ver con el desarrollo de la pandemia que llegó a entrar en la residencia en tres momentos causando, el primero, la muerte de cuatro residentes. Ahora con todos los residentes tri-vacunados y la casi totalidad de los empleados con la doble pauta puesta, en alguno de los cribados preventivos que se llevan a cabo se han detectado esporádicos positivos entre residentes y algún miembro de la plantilla. También dos trabajadores que volvían de vacaciones dieron positivo en una prueba previa a la reincorporación. Aunque han sido episodios sin mucha relevancia que no han producido síntomas importantes, te has visto obligado a suspender las visitas durante unos días siguiendo las pautas que te marca la administración autonómica.
El familiar de una residente, al recibir la comunicación de la residencia suspendiendo cautelarmente las visitas, te ha llamado por teléfono y te ha preguntado el por qué. Tú le has respondido de forma genérica que se han detectado algunos positivos entre residentes y personal, que ninguno de los positivos es su familiar por lo que puede estar totalmente tranquilo; que, aunque la situación está controlada, la comunidad ha entendido que se había producido un brote y, siguiendo el protocolo, os han comunicado que suspendáis las visitas presenciales; que será algo que es posible que dure pocos días.
El familiar te ha preguntado cuántos residentes y cuántos empleados están contagiados y desde cuándo lo sabe la residencia. Tú ha respondido que esa es una información que dais a la comunidad autónoma (a los departamentos de Sanidad y Servicios Sociales) y que a los residentes y familiares se les da la información individual referida a ellos mismos, pero no la de otras personas. Él te insiste en que no quiere saber nombres de enfermos, pero sí cuántos hay, ya que esto le facilitará la toma de decisiones. Después de una conversación de varios minutos has colgado el teléfono con el convencimiento de que el familiar ha quedado convencido de que la actitud de la residencia es a la vez de transparencia y respeto.
Al cabo de unos minutos de colgar, estás leyendo la prensa digital cuando te sorprende un titular en Salamanca 24 horas,
Leyendo más a fondo la noticia entiendes que una residencia que ha sufrido un brote y que no ha dado la información solicitada por algunos familiares está teniendo problemas. La noticia dice: “Fuentes de la Consejería de Familia (…) insisten que cualquier familiar tiene derecho a conocer el estado sanitario en el que se encuentra el centro asistencial donde su padre o madre se encuentra interno. En esta misma línea, Familia incide en que “cualquier familiar que se encuentre en esta situación se ponga en contacto con la Consejería, ya sea a través de cualquiera de los teléfonos disponibles para el público o a través del correo electrónico del Departamento”.
Tú te has quedado muy sorprendido. ¿No tiene la administración los datos de la pandemia de todas las residencias? ¿Por qué no los difunden ellos? ¿Qué quiere decir derecho a conocer el estado sanitario en el que se encuentra el centro asistencial? ¿Quiere eso decir que si tengo un familiar en un hospital también tendría derecho a conocer el “estado sanitario” del mismo (cuántos pacientes han fallecido o cuántos empleados están de baja)?
Tú estabas convencido pero al leer lo que dice la consejería de una comunidad autónoma te produce cierto desasosiego. Quieres hacer las cosas bien y cumplir las leyes. ¿Debes difundir cuántos residentes y trabajadores han dado positivo?
Ante una situación así ¿Qué harías tú?
Autor del caso: Josep de Martí Vallés, jurista y gerontólogo
Profesor del Máster de Gerontología Social y del Postgrado en dirección de centros de la UB, la UAB y del centro de Humanización de la Salud.
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