Uno de nuestros grandes retos pendientes en sanidad y servicios sociales es avanzar hacia un modelo sociosanitario. Parece evidente que es necesario un nuevo enfoque, ya que llevamos 20 años hablando de este tema y seguimos sin avanzar de forma decidida. Nos está fallando el diseño, la forma de diálogo para construir la solución, o ambas.
Como base, contamos con una propuesta de consenso científico-profesional realizada por ACEB y sus 14 Consejos de colegios profesionales y sociedades científicas, en la que nos proponen un modelo de Cohesión de sanidad y servicios sociales para la atención integrada a la población sociosanitaria. Nos indican que lo que hay que integrar es la atención y no las estructuras administrativas (publicación en Biblioteca ALBOR: https://alborconsultor.com/blog/).
Para plantear la forma más sencilla de rediseñar la estrategia en el tema sociosanitario, nos aportan estas tres ideas, que lo pueden transformar todo:
- Cohesión como marco de la colaboración institucional en el diseño.
- Integración de atención, como estrategia de ejecución.
- Perfil de población sociosanitaria, como eje central del sistema.
Cohesión implica que la sanidad y los servicios sociales tengan una estrecha relación en diseño, planificación, atención, coordinación y mejora. Para avanzar hacia esa cohesión, necesitamos algunos cambios en nuestra forma de plantearlo. ACEB, nos propone el siguiente decálogo para su diseño:
- Definir el perfil de población sociosanitaria, con indicadores comunes para todo el proceso de atención.
- Establecer un proceso único de información y acceso que sea común a nivel estatal (puerta de acceso común en el entorno comunitario de sanidad y servicios sociales).
- Definir la composición y actuación del equipo gestor de casos, conformado equitativamente por profesionales de atención primaria de salud y de los servicios sociales municipales. Dispondrán de acceso a la utilización de recursos de los servicios básicos y especializados de la red de servicios sanitarios y sociales.
- Definir el modelo de valoración común, crear una historia sociosanitaria única y compartida.
- Establecer la cartera de servicios y recursos de apoyo, con la participación de los programas, centros y recursos sanitarios y de servicios sociales, tanto de atención primaria como de especializada. Identificar las acciones y los recursos existentes y los nuevos que sean necesarios. Plantean la importancia de potenciar el enfoque preventivo y de promoción de salud y bienestar.
- Establecer un presupuesto común, a través de partidas aportadas desde Sanidad y Servicios Sociales.
- Establecer un cronograma de implantación, coordinación y derivación.
- Establecer el sistema de sensibilización, prevención, formación y comunicación con los profesionales y con la población general.
- Para impulsar este proceso, es necesario el diálogo civil y político, con un papel de liderazgo y corresponsabilidad de las organizaciones estatales implicadas (administraciones públicas, organizaciones políticas, sindicales, empresariales, científico-profesionales, tercer sector y ciudadanas).
- Es clave crear un marco común estatal, que sirva de apoyo y base, para enriquecerlo con la experiencia y el conocimiento autonómico y local.
Dado que el primer paso en esta propuesta es definir el perfil de población sociosanitaria, nos proponen el siguiente:
- Personas con reconocimiento de dependencia grado II y III (del SAAD).
- Personas con enfermedad mental o con discapacidad intelectual severas, en situación de riesgo o vulnerabilidad.
- Personas mayores: mayores de 80 años, con deterioro progresivo y que viven solas, mayores frágiles (con 3 o más de los criterios de Fried) y pacientes geriátricos (con condicionantes funcionales, clínicos, mentales y sociales).
- Personas migrantes en situación de vulnerabilidad social y de salud.
- Familias y menores: en situación de vulnerabilidad social, familias de acogida y adopción con menores mayores de 2 años, de origen internacional (institucionalizados o con necesidades especiales), personas con necesidad de atención temprana y población infanto-Juvenil con necesidades de atención especializada.
- Duelo o estrés postraumático en colectivos en riesgo de exclusión.
- Personas con enfermedades crónicas avanzadas y frecuentes descompensaciones y reingresos hospitalarios.
- Personas en postoperatorio o con enfermedades agudas que originan gran discapacidad y que es potencialmente reversible.
- Personas que tras el alta hospitalaria por cirugía o enfermedad aguda, precisan curas complejas o intensidad terapéutica compleja y que requieren atención especializada en momentos próximos a la muerte (cuidados paliativos).
- Personas con enfermedades neurológicas, mentales o intelectuales y graves alteraciones de conducta o necesidades de rehabilitación o atención especializada.
- Personas con enfermedades y tratamiento especializado del dolor.
Mejorar el diseño del modelo sociosanitario es una corresponsabilidad de la sociedad civil, los grupos parlamentarios, los partidos políticos y las administraciones públicas. Tenemos el conocimiento y el talento en personas y organizaciones, solo es necesario construir el espacio adecuado de diálogo civil y político y ejercer un liderazgo activo a nivel científico-profesional, social y ciudadano.
Vamos a ello, nos interesa a toda la sociedad y no hay tiempo que perder.
Alfredo Bohórquez, presidente fundador de ALBOR Consultoría sociosanitaria y de excelencia