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Por fin algo en lo que todos estamos de acuerdo

Por Jesús Cubero Herranz
martes 05 de mayo de 2020, 13:51h
Jesús Cubero, secretario general de AESTE.
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Jesús Cubero, secretario general de AESTE. (Foto: Javier Cámara)

El futuro que tanto ansiábamos planificar se nos ha presentado sin avisar en primavera. Todos aquellas previsiones y planes de futuro sobre las que tantas veces hemos especulado, calculado, cuantificado y evaluado su viabilidad y sostenibilidad… han volado por los aires porque necesitamos soluciones rápidas. Trabajadores, empresas, asociaciones de mayores, partidos políticos, comunidades autónomas, sindicatos, patronales y sociedades científicas coincidimos en que desde hace tiempo nuestro sistema necesitaba una revisión para adaptarse a las necesidades que hoy tiene la población mayor de 65 años.

En los últimos años he participado en multitud de foros, encuentros, diálogos, reuniones, libros blancos y estudios de todo tipo; y he podido constatar que a pesar de que existen disparidad de soluciones para el reto demográfico y asistencial que nos acucia, todos los agentes del sector estamos de acuerdo en dos puntos:

El primero es que el sistema de atención a la dependencia originado en 2006 ya no resulta válido hoy en día y necesita ser revisado en profundidad. Vivimos en el segundo país con mayor esperanza de vida del mundo, siendo nuestra esperanza de vida de 83 años. En su mayoría, las personas que eligen vivir en una residencia, tienen un alto nivel de dependencia, varios diagnósticos clínicos y toman más de 5 fármacos al mismo tiempo. Por ello, el servicio asistencial tal y como lo conocemos hasta ahora, está dejando de ser eficaz. Geriatras, asociaciones de mayores, sindicatos y empresas
coincidimos en que hoy en día es impensable reformar el sistema sin contar con una mayor atención sanitaria para los mayores en nuestros centros.

El segundo punto en que todos coincidimos es que ese sistema nació sin un acompañamiento presupuestario, y que desde hace varios años está mal dotado en los orígenes de fondos y de forma insuficiente en sus cuantías. Ello ha abocado a las comunidades autónomas a una rebaja espectacular en los precios de concertación de servicio, que llegan a ser 1/3 de los precios de coste que tienen las propias comunidades autónomas cuando gestionan directamente esos servicios. Y esa medida limitativa en lo económico impide que se puedan incrementar los sueldos mensuales de los trabajadores del sector en la medida en que resulta necesario.

En relación con el primer punto, la gestión eficaz, eficiente y adecuada de los recursos sanitarios en las residencias de mayores, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) ya apunta en su documento “Papel de la Geriatría en la coordinación con el medio residencial”, que los cinco puntos en que ha fallado el sistema para prevenir a las personas mayores que viven en las residencias han sido en la crisis sanitaria del Covid19 han sido: la falta de EPIs, la falta de pruebas diagnósticas, la escasa derivación a hospitales, la medicalización de los centros y la coordinación con el sistema de Atención Primaria. El papel de los Geriatras es clave para orientar la atención sociosanitaria que debemos ofrecer a las personas mayores. Son los profesionales especializados quienes deben dirigir las líneas maestras de esta atención futura y corresponde a los políticos ofrecerles los medios para que se pueda implementar el sistema de atención que diseñen.

En relación al segundo punto, los trabajadores y empresas venimos reclamando desde hace años a las administraciones públicas un incremento de las tarifas que permitan mejorar los salarios de las trabajadoras del sector, mejorar su formación, y convertir la atención a la dependencia en un sector atractivo para los trabajadores, más si cabe en una situación de desempleo como la actual, donde la tasa de desempleo estimada para la sociedad española este año rondará el 20%. Tenemos una gran oportunidad de crear un nuevo sistema de atención a la dependencia más robusto, más consistente, mejor dotado económicamente, en el que podamos cuidar no sólo a los mayores, sino también a los profesionales. Esos a los que hemos aplaudido cada tarde por cuidar de nuestros mayores.

Ha llegado la hora de reconocer su implicación con algo más que aplausos y buenas palabras, ahora debemos reconocer su esfuerzo y remunerar su trabajo como es debido. Las empresas y los sindicatos estamos por ello…¿se sumarán nuestros políticos?

Jesús Cubero Herranz
Secretario General de AESTE

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