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PILAR RODRÍGUEZ Y MAYTE SANCHO CREEN QUE VA LENTO Y ESTÁ LEJOS

¿En qué punto estamos en la aplicación de la ACP? ¿Se avanza realmente o solo se habla?

Un grupo de mayores, algunos dependientes, visitan un museo.
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Un grupo de mayores, algunos dependientes, visitan un museo. (Foto: JC)
martes 18 de febrero de 2020, 11:56h

Llevamos prácticamente 10 años hablando de forma insistente, casi continuada, de Atención Centrada en la Persona, la ACP. Todo el mundo en el sector gerosistencial sabe de qué se habla cuando hacemos referencia a este modelo, aunque para unos tenga que ver con una atención individualizada y de calidad a las personas, por lo general, en situación de dependencia y para otros tenga más que ver con una base de valores.

Como fuere, una mayoría acepta que la ACP implica reconocer la singularidad de una persona y centrarse en sus capacidades frente a aquello que la hace dependiente, apoyando en todo momento su autodeterminación. La pregunta que nos hacemos en Dependencia.info es ¿en qué punto estamos en la aplicación de este modelo de atención en España 10 años después? ¿Se avanza realmente en la implantación del modelo o solo se habla de él? ¿Va lento el proceso? ¿Qué problemas hay? ¿Cala el mensaje?

La presidenta de la Fundación Pilares para la autonomía personal, Pilar Rodríguez, ha explicado a Dependencia.info que "estamos en un momento bueno en cuanto a que se habla mucho de atención centrada en la persona", tanto por parte de los proveedores de servicios como de las administraciones, como de los propios profesionales y de las personas mayores y con discapacidad.

Igualmente, a esta gerontóloga y experta en servicios sociales le parece "una buena noticia" que las administraciones empiecen a considerar en las licitaciones que hacen para provisión de servicios "que las ofertas se enmarquen dentro de la ACP". "Esto no ocurría antes y son pasos hacia adelante que son muy estimables", añade.

En la misma línea, la experta en planificación gerontológica, Mayte Sancho, ha explicado a este medio que "efectivamente, parece que la adopción de este paradigma, cuya palabra clave es las personas, tiene una acogida muy favorable, como no podría ser de otra manera". Entiende que "es un movimiento que actualmente se generaliza en todos los sectores de nuestra sistema de producción". Es, añade, "la personalización especialmente por su potencia para el mercado, asociada a una supuesta capacidad o ilusión de ejercicio de la autonomía, de decisión propia, de convertirme en 'protagonista' de mi vida…".

También cree que está calando el mensaje, ya que "en los pliegos de prescripciones técnicas de los concursos de las administraciones está presente", pero si nada cambia en el modelo actual, es difícil avanzar y opina: "La vida hogareña es incompatible con las normativas, el papel de la inspección, que sigue centrada en velar por el cumplimiento de la norma, lo cual parece lógico, pero necesitamos también un acompañamiento para avanzar en los centros. Eso no se produce. Todo ello sin entrar en frecuentes situaciones de precariedad en las que se mueven bastantes centros".

Pilar Rodríguez: lo profundo, que es cómo mirar a la persona, cómo enfocar desde los aspectos biográficos que son de interés para que pueda seguir conduciendo su vida, respetando su identidad, su dignidad y sus derechos, eso es mucho más difícil

Pero, ¿se aplica?

Sancho lamenta que la realidad de los hechos es que "en el mundo gerontológico estamos lejos todavía", sobre todo porque "trabajamos desde un modelo que no se ajusta ni a las necesidades ni a las preferencias de las personas que lo utilizan". Esta constatación, continúa esta experta en modelos de atención a personas mayores, es especialmente llamativa en los centros residenciales, cercanos al modelo clásico institucional: "La atención centrada en las personas choca cada momento con la vida 100% protocolizada y encorsetada que se desarrolla en una residencia, que poco tiene que ver con lo que una persona, generalmente enferma y muy mayor podría haber imaginado para la última etapa de su vida".

Tampoco es optimista Pilar Rodríguez, que cree que es difícil de responder porque "depende mucho de lo que algunos entiendan por lo que es la ACP". Se habla mucho de este modelo, aplaude, "pero a veces trivializando el término y considerando que hacer ACP es como hacer una decoración modelo hogar, más atractiva, porque eso es lo más visible". "Pero lo profundo -explica-, que es cómo mirar a la persona, cómo enfocar desde los aspectos biográficos que son de interés para esa persona para que pueda seguir conduciendo su vida, respetando su identidad, su dignidad y sus derechos, eso es mucho más difícil".

Igualmente, preocupados por el adecuado avance del enfoque de atención centrada en la persona en centros y con el fin de aportar claridad y apoyos a los muchos equipos que realmente están comprometidos en esta manera de entender los cuidados, desde hace dos años la Fundación Pilares trabaja en la elaboración de un sistema de certificación riguroso sobre ACP que presentarán dentro de este año, una vez lo hayan pilotado en algunos centros.

¿Va lenta la implantación del modelo?

Va lenta, apunta Rodríguez, porque es un cambio difícil, porque "es un cambio cultural e implica un cambio de paradigma que supone desaprender prácticas que estaban muy asentadas" en algunos ámbitos, como cuando el equipo profesional entiende que porque han estudiado mucho ya saben lo qué le conviene a la persona desde un punto de vista de enfermo, con discapacidad y que necesita apoyos, pero sin considerar que, "además de esos trastornos, hay una persona que quiere seguir viviendo y que, lógicamente, tiene derecho a hacerlo".

La presidenta de la Fundación Pilares explica que "porque tiene esa necesidad de apoyos, muchas veces, nos cargamos sus derechos fundamentales, su autonomía en la toma de decisiones y eso es lo grave". Por eso, insiste: "La ACP no se improvisa ni se hace el cambio de la noche a la mañana. Necesita mucha reflexión, mucha formación con los equipos e ir poniendo en práctica progresivamente este modelo".

Desde algunos sectores, a veces parece que se viene a decir que el modelo ya se hace, que es fácil y que la ACP en algunos lugares ya lo tienen como "consagrado", destaca Rodríguez, que añade: "A mí me gustaría ver cómo se plantea esto y si realmente obedece a una percepción profunda de lo que significa el cambio de modelo y en qué medida se está haciendo y en qué medida no".

Tampoco cree que las residencias tengan perfectamente asumido el modelo: "Cuando te acercas a la realidad, por ejemplo, de las residencias, que es lo más común, los equipos a veces consideran que ya se está trabajando en esa línea y cuando te acercas a conocer toda la metodología se ve que hay una gran distancia. Creo que es necesario tomarse esto más en serio, también para que por parte de las administraciones, cuando se licita para prestar servicios públicos, se tenga en cuenta lo que significa realmente ese cambio de modelo, que tenga también su traducción en precios públicos, ratios de profesionales, etc".

¿La financiación es importante?

Pilar Rodríguez tiene claro que "es importante", pero aclara que eso no quiere decir que no se pueda avanzar en el modelo si no hay financiación suficiente: "El dinero es importante para poder llevar a cabo en su total envergadura lo que significa el modelo, pero también es verdad que tratar a la persona desde unas bases éticas y de derechos humanos, se puede hacer aunque no se tenga la financiación suficiente".

Es decir, para avanzar en el modelo hace falta financiación y apoyo de la administración, pero "eso no quiere decir que en cualquier servicio que se preste no se pueda ahondar en la manera que tenemos de trabajar con las personas que necesitan apoyos para seguir viviendo", apunta.

Coincide Mayte Sancho con que "la atención centrada en las personas es sobre todo un enfoque ético, que genera un cambio cultural en profundidad en el que está comprometido todo el sistema de apoyos y atenciones a las personas que necesitan ayuda". Entiende que la solución al problema de aplicar una atención centrada en la persona "pasa por reformular las instituciones en su totalidad, empezando por su tamaño y optando por reorganizarlas en unidades de convivencia, sobre todo en situaciones de dependencia grave acompañadas de deterioro cognitivo".

Mayte Sancho: la atención centrada en las personas es sobre todo un enfoque ético, que genera un cambio cultural en profundidad en el que está comprometido todo el sistema de apoyos y atenciones a las personas que necesitan ayuda

Sancho cree que "una vez más, lo pequeño es hermoso (Schumacher), es decir, en un grupo pequeño, con profesionales estables, que se han formado en acompañamiento a otras personas desde el buen trato, que no usan sujeciones, que trabajan abriendo la vida cotidiana a las familias y a la comunidad, desde la confianza y la transparencia es seguro que se va a sentir mejor, tanto las personas mayores como las profesionales y las familias".

Está convencida de que "exige compromiso y construcción continua, pero merece la pena. Tenemos evidencia científica de esto".

¿Es la ACP una realidad en algún lugar de España?

Pilar Rodríguez ha apuntado que "hay dos administraciones que sí han legislado y han regulado cuestiones que tienen que ver con ACP en centros de atención: la Comunidad de Castilla y León y el País Vasco. En otras CCAA cada vez es más normal que se exija en los pliegos que se aplique la ACP, pero lo que es regular, solo estas dos".

También destaca que donde se exige que el modelo se ponga en vigor en atención domiciliaria, como cuestión bastante innovadora, es en el Ayuntamiento de Barcelona, donde lo que es el servicio de ayuda a domicilio se transforme con vistas a trabajar en ACP.

Mayte Sancho, por su parte, no tiene ejemplos claros en España donde la ACP sea una realidad, pero sí habla de su experiencia laboral en la Fundacion Matia, donde ha estado trabajando casi diez años: "La aplicación de este paradigma está suponiendo una auténtica revolución, muy especialmente en el modelo organizacional de la Fundación. Cuando empezamos a trabajar en ACP nos topamos enseguida con un sistema tradicional, rígido, jerárquico, en el que es difícil avanzar desde los postulados de la atención centrada en las personas".

Recuerda que afrontar un "cambio hacia la horizontalización y en cierto modo la autogestión es un esfuerzo grande que nos compromete a todas las personas implicadas en este proceso." Por eso siempre habla de atención centrada en las personas: "Si las trabajadoras no se sienten bien en su rol, es difícil que transmitan bienestar a otras que además están viviendo un momento vital muy difícil".

Consulta aquí residencias de toda España

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