Alimentación en Residencias

Más allá de la comida, ¿cómo tiene que ser el menú de una residencia?

Personas mayores comiendo. (Foto: iStock).
Sodexo | Miércoles 13 de noviembre de 2024
Innovar en los menús de residencias significa adaptar cada comida a las necesidades y gustos de los residentes. Exploramos las técnicas y estrategias culinarias para lograrlo.

Cualquier gestor de una residencia de mayores lo tiene claro: la comida es mucho más que una simple necesidad diaria; es una oportunidad para nutrir el cuerpo y el alma de nuestros residentes. Y esto requiere, para empezar, de una comprensión profunda de las necesidades específicas de cada uno de ellos que, en muchos casos, enfrentan desafíos alimenticios particulares.

Las disfagias, las intolerancias y la pérdida de apetito son solo algunas de las consideraciones cruciales que los nutricionistas y chefs deben tener en cuenta a la hora de planificar las comidas

No solo se trata de comida, sino de asegurar que cada residente mantenga su salud y bienestar a través de una alimentación adaptada que cuide todos los detalles.

En este artículo, exploraremos los elementos fundamentales que deben guiar el diseño de un menú para una residencia de mayores, proponiendo un enfoque aplicable a cualquier tipo de centro, pero que priorice siempre la satisfacción de los residentes.

Menús al gusto para alimentar y despertar el apetito

Las preferencias alimentarias de las personas mayores son más que simples caprichos; son un reflejo de sus hábitos, historias y, a menudo, una puerta abierta para mejorar su salud. En el contexto de una residencia de mayores, conocer estas preferencias se vuelve crucial, especialmente cuando se trata de aquellos con bajo apetito. Al entender qué les gusta y qué no, podemos no solo hacer que las comidas sean más agradables, sino también identificar posibles deficiencias nutricionales que podrían estar afectando su bienestar.

Además, si sabemos que un residente es reacio a consumir ciertas verduras, podemos encontrar maneras creativas de incorporarlas en platos que sí disfruten o sustituirlas por otras que sí les gusten, garantizando así una dieta más equilibrada.

Prestar atención a las preferencias alimentarias de los mayores no es solo una cuestión de cortesía, sino una estrategia efectiva para cuidar su salud. Al hacerlo, no solo nutrimos su cuerpo, sino también su alma, respetando su historia y dignidad en cada comida.

Estrategias para mantenerse hidratado

La hidratación es un pilar fundamental en el cuidado de las personas mayores, especialmente cuando los días se vuelven más cálidos y el riesgo de deshidratación aumenta. Durante el verano, los alimentos ricos en agua, como pepinos, sandías y naranjas, deberían ser protagonistas a lo largo de las ingestas del día.

Por normal general, incorporar sopas y caldos a las comidas diarias es una excelente manera de sumar líquidos de forma deliciosa y nutritiva. Estos platos no solo son reconfortantes, sino que también aportan una variedad de nutrientes que contribuyen al bienestar general.

Por supuesto, ofrecer infusiones, aguas saborizadas, y zumos naturales en las meriendas puede ser tan eficaz como placentero. No se trata solo de esperar a que los residentes pidan agua, sino de estar siempre un paso adelante, anticipándonos a sus necesidades y asegurando que el acceso a líquidos sea constante.

La interacción de los alimentos con los medicamentos, y viceversa

El diseño de un menú para una residencia de mayores no solo debe considerar los gustos y necesidades nutricionales, sino también las complejas interacciones entre medicamentos y alimentos. A medida que envejecemos, nuestro cuerpo cambia, y con él, la manera en que absorbemos, metabolizamos y eliminamos fármacos.

Un ejemplo común es la interacción entre alimentos ricos en vitamina K, como las espinacas o el brócoli, y los anticoagulantes. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, consumir estos alimentos puede disminuir la eficacia de los medicamentos, afectando su función. Asimismo, los alimentos ricos en calcio, como los lácteos, pueden interferir con la absorción de ciertos antibióticos, reduciendo su efectividad. Además, los antiulcerosos pueden interferir con la absorción de vitamina B12, un nutriente esencial para la salud.

No podemos olvidar los efectos secundarios de algunos medicamentos, que van desde náuseas y vómitos hasta cambios sensoriales que afectan el olfato y el gusto, complicando aún más la adecuada ingesta de nutrientes.

Por tanto, al planificar los menús, es crucial tener en cuenta estas interacciones para evitar complicaciones innecesarias. La colaboración con profesionales de la salud y la comunicación constante con los residentes pueden ser herramientas valiosas para asegurar que las comidas no solo sean saludables y agradables, sino también seguras y adaptadas a sus necesidades médicas.

Técnicas culinarias

En una residencia de mayores, la forma en que se preparan los alimentos juega un papel crucial en la salud y satisfacción de los residentes. Optar por técnicas culinarias saludables -como la cocción, el asado al horno o a la plancha- reduce el contenido de grasas saturadas y potencian el sabor natural de los alimentos.

Adaptar la densidad y textura de los alimentos es esencial para residentes con dificultades de masticación o deglución, como la disfagia. Aquí, la creatividad culinaria toma protagonismo, convirtiendo platos tradicionales en versiones más accesibles, como albóndigas de pescado o carne, púdines de hortalizas, o huevos revueltos.

Condimentar adecuadamente es otro aspecto importante. Una cantidad moderada de sal yodada, junto con hierbas aromáticas y especias, puede realzar el sabor de las comidas sin comprometer la salud. Además, siempre que sea posible, se debería permitir a los comensales la oportunidad de sazonar sus platos a su gusto, brindándoles un sentido de control y participación en su alimentación diaria.

El papel del entorno y la compañía

No solo importa el qué y el cómo, también el dónde. El entorno en el que se sirve la comida es igualmente crucial. Ambientes bien iluminados, con música suave y decoración acogedora, pueden transformar un simple momento de comida en una experiencia placentera.

Comer en compañía no solo mejora el apetito, sino que también proporciona una oportunidad de conexión social, esencial para el bienestar emocional de las personas mayores. Las conversaciones durante la comida pueden estimular el interés y el disfrute, haciendo de cada comida un momento especial de interacción y disfrute.

Si buscas estrategias innovadoras para cuidar de la salud de los residentes y devolverles el placer por la comida, puedes empezar con esta guía que ha preparado Sodexo y que contiene 5 claves para mejorar la calidad de vida de los mayores en tu residencia.

Un documento preparado para que cualquier residencia, da igual su tamaño, pueda transformar la experiencia gastronómica que ofrece abordando todos los puntos que hemos visto en este artículo. Empieza a aplicar las estrategias que te posicionarán como el centro de referencia en el cuidado y bienestar de los mayores de tu localidad.

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