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La necesidad de la vigilancia y prevención trabajando en equipo

Por Fernando Prada Puentes
lunes 28 de marzo de 2022, 17:43h
Fernando Prada, director de DomusVi Bóveda.
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Fernando Prada, director de DomusVi Bóveda. (Foto: Fernando Prada)

La lección más importante aprendida en esta pandemia es la absoluta necesidad del trabajo en equipo con la total implicación y compromiso de todos los integrantes de un centro, y esa lección ha sido y sigue siendo una realidad.

En la línea de lo anteriormente comentado, la comunicación entre los centros de la división de Salud Mental y Discapacidad de DomusVi ha posibilitado compartir experiencias que nos han enriquecido mutuamente.

La pandemia no se ha acabado, una pandemia no acaba como cuando un río desemboca en el mar. Es más, hasta cierta parte de la historia, o más bien la mala historia, se está mal utilizando ahora mismo.

La pandemia de 1918 no acabó en 1919, continuó al menos otros tres años con más fallecimientos de las que hubo en el año fatídico.

En nuestro centro hasta la fecha hemos padecido cuatro brotes, salvo el primero de abril de 2020, el resto fueron detectados por nosotros.

No estábamos entrenados para el manejo de EPIS, pero considero que sí estábamos y seguimos estando, dispuestos a la observación y al aprendizaje continuo.

En abril del 2020, tras la detección del primer brote, recibimos la visita de Internistas del HULA (Hospital LucusAugusti Lugo), Jefe de Mantenimiento de dicho hospital y Jefa de enfermería de la unidad de infecciosos, la primera recomendación que tuvimos fue la de que apagáramos el sistema de renovación del aire. Ya lo teníamos apagado.

Creo que ese consejo fue determinante para evitar la difusión del virus ya que, como dije, no éramos expertos en ponernos y quitarnos EPIS, por lo que la posibilidad del error era muy elevada. Lo cierto es que las personas que estuvieron aisladas lo estaban en una zona muy estanca y eso evitó que se incrementara el brote que fue y se mantuvo en 17 personas.

Esta fue la primera evidencia para nosotros de que estábamos ante un virus de transmisión aérea, luego confirmado a través de aerosol.

La colaboración con las instituciones sanitarias usando la herramienta TELEA y posteriormente HADO, fue determinante en la mejora de la salud de los/las usuarios/as del centro.

La implicación de todo el personal fue percibida por las personas que viven en el centro y estoy convencido que ello fue determinante en la consecución de un clima de convivencia excelente entre todos nuestros y nuestras residentes que tuvieron que estar confinados/as como el resto de la población del país.

En nuestra división instauramos un control aleatorio a través de test rápidos de anticuerpos sobre los/las usuarios/as con los únicos test disponibles en ese momento, control que fue autorizado por Sanidad y que serviría como sistema previo de detección para la realización de posteriores cribados con RT-PCR

Con posterioridad, y gracias a la gran implicación de nuestro departamento de Calidad, pudimos realizar una auditoría ambiental con una empresa que nos diagnosticó qué sistemas de renovación de aire podíamos utilizar, pero sobre todo, cuáles no.

Paralelamente, añadimos un control de los niveles de CO2 que nos aportaba una gran información sobre la calidad del aire. Esto no es novedoso, pues ya se utilizaba en salas de personas con tuberculosis para, de una manera indirecta, evaluar la calidad del aire de dichas salas.

Así, determinamos que debíamos centrar nuestro esfuerzo en la renovación del aire, pues no era suficiente la ventilación.Debo aclarar que la palabra clave es “renovación” del aire, y no “ventilación”.

En octubre de 2020 instauramos un sistema de RT-PCR a través de sistema pools que nos permitió decir con orgullo que teníamos el centro bajo control. Ello nos permitió la rápida detección de tres brotes y, sobre todo, la inmediata intervención sanitaria para el abordaje precoz de la enfermedad.

Este sistema consiste en realizar RT-PCR tomando muestras a través de hisopoúnicamente sobre las glándulas salivares,llevando a analizar las mismas a Biomig (Ams-Lab Lugo) dos veces por semana. Al inicio se llevaba a analizar muestras decinco usuarios/as a la vez, pero posteriormente lo aumentamos a diez. Controlamos entre el 25%-30% de los y las residentes con una selección de los mismos previamente estudiada. No permite la identificación de la persona o personas positivas, pero sí permite conocer la situación del centro, sector a sector.

Considero que es absolutamente necesario para los centros poder disponer de herramientas que les permitan conocer su realidad y, para ello, poder afirmar que tienen el centro controladose trata en definitiva de hacer vigilancia y prevención.

En breve ya estará disponible, si no lo está ya,el fármaco Paxlovid, fármaco que se administra,vía oral en los cinco primeros días de diagnóstico positivo en Covid-19, una razón más para disponer de herramientas de detección rápidas.

Ya han pasado varios meses desde la inoculación de la tercera dosis en la población de riesgo, como personas vulnerablesy personal asistencial y sanitario. Esto apuntaa que estamos muy cercade que la inmunidad generada merme notablemente. Se escucha de fondo el eco de una sexta-séptima ola.

Nuestro centro siempre se ha caracterizado por ser muy complejo al asumir perfiles de personas que, a mayores de las problemáticas físicas y psíquicas, también tenían una compleja historia de vida.

Tras superar el primer brote, y ser conscientes de que la situación podría volver a repetirse, quisimos prepararnos aún más creando una sala para personas positivas en Covid-19, que tuviera un patio exterior. Lo hicimos y fue fundamental.

No nos limitamos a esperar. Leímos, estudiamos con rigor y nos esforzamos en aplicar lo aprendido en las personas que habitan en el centro.

Nunca tuvimos una mayor calma y mejor convivencia en el centro como la que tuvimos durante el confinamiento.

Un lema, siempre presente, es que debemos ofrecer modelos de comportamiento a las personas a las que nos dedicamos, pero fueron esaspersonas las que nos dieron un gran ejemplo, que nos sirvió como estímulo continuo a no parar de mejorar.

Fernando Prada Puentes, director de DomusVi Bóveda

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