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¿Cómo conseguir las residencias que necesitaremos en los próximos 30 años?

Por Josep de Martí
viernes 28 de mayo de 2021, 15:58h
Josep de Martí, director de Inforesidencias.com
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Josep de Martí, director de Inforesidencias.com (Foto: Dependencia.info)

Si no fuera porque hemos sufrido una pandemia mundial que, en un principio, concentró su efecto letal en las residencias de mayores, ¿alguien estaría hablando de la necesidad de cambiar el modelo o de la terrible falta de plazas? No lo sé, pero sí sé que la Covid.19 ha puesto el debate en una posición que puede tener efectos positivos y también negativos.

Todos estamos de acuerdo en que las residencias deben ir pareciéndose más a “grandes domicilios” que a “pequeños hoteles y hospitales”, que tiene que haber más profesionales/mejor pagados y que la atención debe respetar más las preferencias y no fijarse únicamente en las necesidades de la persona. En fin, una forma de cuidar mejor que la que, en general tenemos ahora. Pero, no nos engañemos, una forma también más costosa.

Queremos que el mayor número de personas mayores dependientes que lo necesiten tengan acceso a una plaza residencial. Sabemos que la tendencia demográfica es una en la que aumenta la proporción de personas de más de 65 años. También sabemos que el sistema, tal como lo tenemos ahora es difícilmente sostenible y que, si se aumentan los costes lo será aún más. Pero seguimos pensando que las residencias tienen que mejorar.

Si no hacemos lo correcto, las 70 u 80.000 plazas que faltan hoy se convertirán en 160.000 en unos años. Esas personas que necesitarán una residencia no la podrán tener y surgirán respuestas más o menos sumergidas y de cuestionable calidad. Unos privilegiados tendrán acceso a las residencias, el resto recibirán pseudo servicio y todos nos preguntaremos “¿cómo hemos podido llegar hasta aquí?”.

Mi idea es que, a partir de ahora mismo, y cada vez que alguien haga una propuesta: ya sean asociaciones de residencias, profesionales, familiares de residentes o quien sea; la acompañe de un análisis de costes y otro de tipo demográfico.

Pongo un ejemplo:

Propongo que todas las residencias que se construyan a partir de ahora tengan un 80% de camas en habitaciones individuales con baño, en unidades de convivencia de 16 plazas; con una repercusión de 45 m2 por residente.

En cada unidad debe haber presentes dos auxiliares en horario diurno (16 horas al día) y una en horario nocturno. Con una enfermera presente por cada dos unidades 12 horas al día todos los días; un médico presente en la residencia ocho horas al día y un equipo en el que haya, además, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, educador social, psicólogo, logopeda y personal de apoyo para las actividades (el conjunto de profesionales se ajustaría a las necesidades de los residentes y supondrían una ratio del 0,1 o sea, un profesional a jornada completa por cada diez residentes). La atención indirecta (limpieza, lavandería, administración, mantenimiento) se calcularía con una ratio de 0,2 o sea una persona a jornada completa por cada cinco residentes.

Quiero que se haga vida en las unidades, que se cocine en las mismas y que cada residente tenga a su profesional de referencia pudiendo elegir su horario de vida y muchas más cosas. Estas residencias serán comunidades más que centros asistenciales. En la vida del residente su habitación será su casa; su unidad de convivencia el barrio y el conjunto de la residencia, su pueblo. Por eso en las zonas comunes habrá espacios como la sala de fisio, el gimnasio, salas de actividades e incluso un espacio donde poder comer con familiares y organizar encuentros entre residentes de diferentes unidades. Una vida normalizada en la que “salgo de la unidad para ir al gimnasio” como si estuviese en mi casa. Una vida en la que los familiares no tienen horarios de visitas más allá de los que “auto-establezcan” cada uno de ellos y los usuarios de cada unidad.

Por supuesto quiero que el personal tenga unas condiciones de trabajo dignas lo que concreto en que las auxiliares tengan un salario base mensual de 1.550 euros (como actualmente en Guipúzcoa), una jornada anual de 1.600 horas y al resto de profesionales se les suba un 33% el que actualmente cobran según convenio.

Estas residencias tendrían como máximo 6 unidades por lo que no podría haber residencias de más de 96 plazas.

Las residencias que quieran ser consideradas “sanitarizadas” podrán tener un 50% de usuarios en habitación doble, éstas deberán tener toma de oxígeno y vacío en la cabecera, contarán con un auxiliar de apoyo por cada dos unidades y presencia de enfermería 24 horas al día además de médico 12 horas al día todos los días del año, incrementarán también la presencia del resto de equipo de profesionales un 25% en relación con las unidades “no sanitarizadas”.

¿A alguien no le parece bien? ¿No sería un modelo en el que se podría prestar la calidad a que todos aspiramos? De hecho sólo he mezclado algunos modelos que conozco y funcionan en Estados Unidos o Suecia.

Sólo hay un pequeño “pero”. ¿Qué costaría esta residencia?

Estamos hablando de un edificio que tendría unos 4.500 m2 útiles, unos 5.500 construidos. Si tomamos datos de los ofrecidos en el webinario ¿Cuánto vale y cuánto cuesta una residencia?. Comprar un terreno medio, construir la residencia, equiparla y ponerla en funcionamiento nos costaría unos 8 millones de Euros que tendríamos que recuperar.

Si un inversor ha construido el centro y nos lo ha alquilado a largo plazo, calculando que habrá invertido unos 6,5 millones (nos dejará el equipamiento y el esfuerzo de puesta en marcha a nosotros) y que quiere obtener un 5,5% de retorno sobre su inversión nos estará pidiendo unos 30.000 euros al mes. Lo que supone unos 300 euros de repercusión por residente mes, a los que sumar la recuperación de los 12.000 euros por residente que nos habrá costado el equipamiento y las pérdidas que tendremos hasta llegar al punto muerto.

El equipo de profesionales para los 96 residentes considerando que todas las unidades fuesen “no sanitarizadas” sería de 94 profesionales a jornada completa:

Auxiliares 55

Enfermería 8

Médicos 2

Equipo profesional 10

Atención indirecta 19

Total 94

Para saber qué supone esto he aplicado una tabla salarial Guipuzcoana que he encontrado en internet, he incrementado en un tercio las cantidades para averiguar el coste empresa y he multiplicado por las 14 pagas. Me sale que el coste de personal de esta residencia sería de unos tres millones de euros al año, o sea, que sólo para pagar al personal la residencia necesitaría 2.600 euros al mes por residente.

Para poder hacer el cálculo voy a atribuir 18 euros diarios (540 euros al mes) de gastos generales incrementando algo los que he encontrado en un estudio de coste de residencias.

También calculo que recuperar un millón y medio de euros que cuesta equipar la residencia y asumir las pérdidas iniciales, repartidos entre los diez primeros años de la residencia suponen 130 euros al mes.

Personal 2.600

Alquiler 300

Otros 540

Pérdidas iniciales 130

Suma 3.570€

Esto es el coste, sin contar intereses, amortizaciones ni impuestos.

Si la administración quiere que alguien haga la inversión y gestione el centro ese “alguien” esperará que su esfuerzo y riesgo se vea remunerado. Imaginemos que el gestor aplica un margen del 15%, eso son 535 euros por plaza/mes. De ahí tendrá que pagar los intereses del crédito que pidió para hacer la inversión, tendrá que guardar algo para amortizar el material comprado y pagar el 25% de impuesto de sociedades. O sea, que la residencia quizás le produzca un beneficio anual después de impuestos de alrededor de 400.000 euros. Cuando quiera repartir ese beneficio entre los socios de la empresa en forma de dividendos, de nuevo, uno de cada cuatro euros se los quedará Hacienda.

La plaza privada acabaría costando al cliente (público o privado) 4.100 euros al mes (+IVA), o sea 4.500 euros con un IVA del 10% o unos 4.300 con uno del 4%.

Si la administración fuese a construir y gestionar directamente la residencia se ahorraría el alquiler y el terreno, pero tendría que afrontar ella la construcción y el equipamiento por lo que la residencia. Debido al sistema de licitación pública es bastante probable que la residencia le acabe costando a la administración un 20% más de lo que le costaría la misma obra a una empresa.

Sea quien sea quien construya y gestione, hay que hacerse una pregunta. ¿Quién paga los más de cuatro mil euros al mes?

Seguro que se me escapan cosas y que no he hecho bien todo los cálculos, pero este proceso, o algo más detallado, es el que creo que tendría que hacer cualquiera que haga propuestas sobre el futuro del sector.

Si sólo se habla de “mejorar” sin poner precios estamos haciendo brindis al sol o engañándonos.

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