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Reflexiones en torno a Sistemas de Alerta

Por Antonio Atarés
miércoles 20 de noviembre de 2024, 03:39h
Antonio Atarés, director técnico en Integración Digital Ingeniería.
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Antonio Atarés, director técnico en Integración Digital Ingeniería.

Aún estamos digiriendo las consecuencias de la DANA en la zona de Valencia pero creo que en paralelo hay que reflexionar a fondo sobre lo sucedido, tanto en general como en el caso de las residencias.

Siempre digo que queda mucho por hacer y mejorar en el ámbito de la tecnología para residencias y que la clave está en el factor humano más que en la tecnología disponible. Por ejemplo, cuando trato de profundizar en detalles operativos de la tecnología, en bastantes ocasiones noto que muchos de mis interlocutores desconectan, supongo que son temas aburridos o complejos, o ambas cosas.

Cuando explico los problemas con que se puede encontrar cualquier sistema, como sistemas de alertas, de llamadas, domótica… en las residencias, intuyo que mucha gente pensará que soy un mal comercial. ¿Cómo es que este señor me explica las dificultades y no solo las bondades de lo que vende? Obviamente están acostumbrados a recibir a comerciales y no a ingenieros.

Por poner un ejemplo, al explicar que lo conveniente es conectar el servidor de alertas, la wifi e incluso el router al grupo electrógeno del centro, me encuentro con respuestas como “bueno, no es tan importante”, “quizá se puede ver más adelante”, o incluso “no tenemos grupo electrógeno”.

Como todo el mundo se sabe, si se va la luz no se pueden hacer muchas cosas y muchos sistemas se caen y no dan servicio. Las comunicaciones pueden interrumpirse. Pero se piensa poco en este tipo de situaciones y en como proceder cuando se den.

Lo que ocurrió el pasado 29 de octubre en Valencia fue excepcional y todos sabemos que fallaron muchas cosas. La pregunta es ¿cuanto daño se podrían haber paliado de haber previsto mejor los problemas?

Y no me refiero solo a nivel de Gobierno autonómico o central, sino a todos los niveles.

Preguntémonos cada uno de nosotros que podríamos haber hecho, o mejor aún, que vamos a hacer a partir de ahora.

En cuanto a la cuestión clave, es decir salvar vidas, habría mucho que hablar pero comentaré lo que más me llamó la atención.

Un sistema de alerta como ES-Alert no debería ser tan “perezoso”, es decir que no debería costar tanto lanzar una alerta pese al riesgo de ser un falso positivo. Muchos argumentarán pérdidas económicas al perderse horas de trabajo, y aunque no se atreverán a decirlo ahora con todo tan reciente, seguro que al pasar el tiempo volverá a escucharse. Hay poca memoria y además el cortoplacismo no entiende que prevenir es mejor que curar.

Existiendo sensores como pluviómetros, medidores de caudal, cámaras, etc, y sistemas para analizar esa información en tiempo real y generar alertas automáticamente, ¿cómo es posible que haya que pasar no por uno, sino por varios humanos para lanzar la información?

No se trata tanto de redactar un mensaje impoluto sino de alertar con la mayor celeridad en los lugares que serán potencialmente afectados.

Quizá no es tan operativo alertar a toda la población en un primer momento pero sí rápidamente a los responsables de las zonas en peligro: alcaldes, guardia civil, policía, empresarios… que pudieran analizar la situación en cada lugar y lanzar a su vez alertas más precisas hacia la población y actuar.

También me sorprendió que el sonido estridente de la alerta ES-Alert siga mientras se está mostrando el mensaje en la pantalla del móvil, ya que no es fácil prestar atención al texto con ese ruido. Dan ganas de darle al botón de Aceptar lo antes posible, hayas leído el mensaje o no. Pero resulta que en cuanto le das a Aceptar ya no se puede volver a leer el texto. ¿Esto es serio?

Más allá de detalles de usabilidad, sorprende la carencia de explicaciones a la población cuando el sistema empezó a estar disponible, hace meses. La formación aunque sea mínima es fundamental. Y es importante repetirla periódicamente.

Más preguntas: ¿no debería haber en el texto un enlace donde poder ampliar la información?, ¿sería interesante conectar diferentes sistemas de alerta entre sí?, ¿qué mejoras necesitamos en cuanto a alertas para la próxima gran DANA?, ¿dónde está la explicación sobre las mejoras a realizar en el sistema ES-Alert y en su uso por parte de emisores y receptores?

No es mi campo el de las emergencias de esta magnitud y seguro que se me escapan cosas. Solo trato de extrapolar mi conocimiento en sistemas de alerta para residencias u otros centros de trabajo.

Por ejemplo, en Cheste hay una residencia usuaria de nuestro sistema de alertas SAID, que se vió muy afectada por la riada, quedándose aislada y con poco personal al cargo de los residentes.

Hubo problemas de muchos tipos: dificultades de acceso físico por rotura de carreteras, y por tanto falta de alimentos y de medicamentos, también cortes de electricidad, 4G e internet… pero por lo menos nuestro sistema de alertas siguió funcionando gracias a que todos los elementos clave estaban conectados al grupo electrógeno y a que funciona sin depender de internet.

El personal que heroicamente acudió a trabajar pudo monitorizar a los residentes por las noches como venían haciendo antes de la inundación. SAID no fue otra carga más para ellas, más bien todo lo contrario. Una pequeña alegría dentro del caos.

En otras residencias como en Algemesí hubo problemas con la conexión a internet pero no con el suministro eléctrico. Esto supuso que no podíamos conectarnos con el servidor local de la residencia para labores de mantenimiento y soporte, pero localmente SAID seguía funcionando con normalidad. Otro sistema que se hubiera basado en internet para funcionar habría sido inservible en una situación en la que es fundamental que no se acumulen más problemas.

SAID es el reflejo de una filosofía de trabajo que está orientada a la fiabilidad, también a la flexibilidad, pensando en las necesidades presentes y futuras de los residentes y tratando de optimizar al máximo los recursos.

Las personas responsables de las residencias y las responsables de suministrar tecnología a éstas deberían ser conscientes de que no se trata de cubrir el expediente, no se trata de superar inspecciones, se trata de dar un servicio de calidad y alta fiabilidad a los residentes. Los residentes son los beneficiarios finales de la tecnología asistencial y todo aquel que trabaje para ellos debería ponerse en su lugar a la hora de adquirir o vender tecnología.

Casi ninguna persona mayor o con diversidad funcional puede decidir irse a otra residencia si no recibe un buen servicio. Por tanto el “mercado” de la tecnología asistencial no tiene un funcionamiento convencional, no es el “cliente” el que busca, compara y decide. Es responsabilidad de la dirección actuar en nombre de los residentes y exigir a los proveedores un alto nivel de calidad que además sea sostenible en el tiempo y a un coste razonable.

Para eso los responsables deben estar mínimamente formados o asesorados adecuadamente en cuanto a tecnología. Hay que hacerse preguntas centradas en la fiabilidad, ¿qué ocurre si falla la luz, o internet, o el servidor...?, ¿cuanto tardo en sustituir cada parte?, ¿qué pasa si quiero cambiar de proveedor tecnológico?, etc.

Por si se quiere profundizar: said.integraciondigital.es/evaluar-sistema-de-llamada-asistencial/direccion/fiabilidad/

Las autoridades deberían fomentar una cultura tecnológica mínima y ser más conocedores de los servicios reales que reciben los residentes. ¿O es que a las propias autoridades les falta cultura tecnológica?, ¿o visión de la realidad?

Pero como decía al principio, no nos fijemos solo en los de arriba, ¿qué podemos hacer nosotros?, ¿qué planes tenemos que hacer o revisar?, ¿estamos dando un buen servicio? Queda mucho trabajo. Como sociedad tenemos que avanzar o solo nos queda retroceder.

FORÇA VALENCIA!

Antonio Atarés, director técnicoInt egración Digital Ingeniería

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