dependencia.info

La importancia de la formación en el cuidado a personas

Por Francisco Núñez Valdivia
jueves 28 de noviembre de 2024, 00:51h
Francisco Núñez Valdivia, psicólogo forense y social, mediador y formador.
Ampliar
Francisco Núñez Valdivia, psicólogo forense y social, mediador y formador. (Foto: Francisco Núñez Valdivia)
Hoy en día, la atención a personas se está convirtiendo en una prioridad para dar respuesta a las necesidades sociales de los colectivos vulnerables. Entre ellos se encuentran las personas mayores, las personas con discapacidad o las personas con problemas de salud mental. Desde cada disciplina, hay técnicas y conocimientos específicos que utilizan los profesionales para ofrecer una atención especializada. Sin embargo, se hace patente la necesidad de una formación transversal basada en principios y valores éticos para ofrecer un trato respetuoso, eficiente y humano. El respeto y la protección de los derechos de las personas con condiciones desfavorecidas, en comparación con el resto de la sociedad, son temas cada vez más relevantes en nuestra sociedad. Los profesionales de atención a personas juegan un papel esencial en el delicado equilibrio entre cubrir las necesidades y fomentar la autonomía. Un adecuado ayuda a superar la fragilidad para tener el apoyo mutuo en momentos cotidianos.

El nuevo paradigma de derechos y sociales en relación al cuidado supone un reconocimiento de políticas y derechos de los colectivos vulnerados sistemáticamente con el fin de conseguir una sociedad justa y equitativa. Debido al aumento de la esperanza de vida y de los problemas de salud mental, surgen nuevos desafíos sociales que nos invitan a comprender la interdependencia de la diversidad humana. Como docente en cursos de formación para el personal que trabaja en estos ámbitos, he tenido la oportunidad de observar de primera mano los desafíos y logros que enfrenta el sector. Mi experiencia en esta labor me ha enseñado que es más que formar en habilidades técnicas. Se trata de enseñar a los profesionales a construir una comprensión integral de las personas para fomentar la empatía, el respeto y la dignidad. En este artículo, comparto algunas reflexiones y aprendizajes clave sobre esta experiencia formativa.

El propósito en la atención a personas

Uno de los aspectos que considero esenciales en mi labor docente es conocer el perfil y las motivaciones de las personas que se forman en esta área. La mayoría de las personas que asisten a estos cursos son personas con clara vocación, incluso tienen una formación muy específica. Pero carecen de habilidades y competencias que fomenten el desarrollo personal de las personas atendidas. Su motivación suele estar arraigada en el deseo de mejorar la calidad de vida de las personas mayores y de aportar a su bienestar.

Sin embargo, estos estudiantes también llegan con ciertas expectativas y, a veces, con ideas preconcebidas sobre el cuidado de personas mayores. En los cursos, abordamos y tratamos de romper algunos estereotipos, promoviendo una visión más amplia que vaya más allá de ver a los mayores como personas frágiles o dependientes. Se trata de comprenderlos en toda su complejidad y valorar sus experiencias, necesidades emocionales y autonomía. De forma que utilicen las adecuadas herramientas personales en su desempeño profesional.

Emoción y técnica: dos pilares inseparables

Una de las lecciones más valiosas que he aprendido es que, en la formación de cuidadores de personas mayores o personas con discapacidad, los conocimientos técnicos y el desarrollo de habilidades emocionales deben ir de la mano. En las clases, nos enfocamos en temas técnicos como la fisiología, los hábitos saludables y el manejo de situaciones de emergencia. Sin embargo, también dedicamos un espacio importante a desarrollar competencias emocionales, como la empatía, la comunicación y el manejo del estrés.

Para el personal de atención, la empatía no es solo una habilidad deseable. También es una herramienta fundamental que les permite conectar con las personas a las que cuidan. La empatía protege las relaciones interpersonales a través de la resolución alternativa de conflictos. Una de las tareas que realizamos en clase es recrear situaciones cotidianas para implementar un funcionamiento más adaptativo de las personas atendidas. Mediante estas prácticas, los estudiantes se ponen en el lugar de estas personas, experimentando sus necesidades y limitaciones. Aunque también sus deseos y preferencias. Esto les permite comprender mejor las dificultades que enfrentan y, al mismo tiempo, desarrollar una actitud más comprensiva y paciente.

El valor de una formación continua

A lo largo de los años, he notado que el sector del cuidado de personas mayores y personas con discapacidad enfrenta varios desafíos. Uno de los más apremiantes es el envejecimiento de la población, que ha incrementado la demanda de personal cualificado. Sin embargo, la capacitación y la retención del personal sigue siendo un reto importante. La atención a personas vulnerables es una profesión exigente, tanto física como emocionalmente, y los profesionales cuidadores necesitan un respaldo formativo continuo para mantener su motivación y eficacia.

En este sentido, siempre insisto en la importancia de la formación continua. Los avances en el conocimiento sobre la dependencia y las discapacidad, así como en las técnicas de atención son constantes Los profesionales deben estar actualizados para ofrecer un cuidado de calidad. La formación no solo mejora sus habilidades, sino que también les ayuda a sentirse más seguros y preparados para enfrentar los desafíos del día a día. He visto cómo, a través de la capacitación, muchos de mis estudiantes ganan confianza y se sienten más valorados en su trabajo.

La formación como experiencia gratificante

Desde mi experiencia, puedo afirmar que ser docente en este sector es una labor profundamente gratificante. Me ha permitido no solo compartir conocimientos, sino también aprender de las vivencias y percepciones de mis estudiantes. Cada grupo de alumnos aporta perspectivas nuevas y enriquecedoras que contribuyen a una formación más completa y dinámica.

Formar a quienes cuidan de las personas vulnerables es una gran responsabilidad, y en cada curso me esfuerzo por transmitir no solo conocimientos, sino también una actitud de respeto y compromiso. El cuidado de personas mayores no es un trabajo cualquiera; es una vocación que, bien ejercida, tiene el poder de transformar vidas. En definitiva, la formación en el cuidado de personas es una inversión en el bienestar de nuestra sociedad.

Francisco Núñez Valdivia, Asesoría Psicosocial - En políticas y derechos del cuidado

https://apsicosocial.com/

Valora esta noticia
5
(1 votos)
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios