El Consejo General de Enfermería mostraba recientemente su preocupación por la escasez de enfermeras, así como por la movilidad internacional en este sector. Esto quiere decir que la falta de profesionales genera una gran migración internacional. "El flujo siempre es el mismo, de los países más desfavorecidos a los más desarrollados que pueden ofrecer mejores condiciones laborales", señalaba José Luis Cobos, vicepresidente tercero del Consejo General de Enfermería.
En 2017, el fundador de Inforesidencias.com, Josep de Martí, titulaba un artículo de opinión Mi reino por una enfermera en la que ya se hacía eco de esta circunsatancia de la falta de profesionales de enfermería. Ta apuntaba que "las españolas se van al norte de Europa mientras algunas latinoamericanas llegan a España, con más problemas de convalidación las segundas que las primeras".
A finales de 2023, Josep de Martí volvía a insistir por escrito en otra tribuna, El reto persistente en las residencias de mayores: encontrar y fidelizar enfermeras en un contexto cambiante, y en la que hacía mención a la anterior. Habla de una situación que es el reflejo de "una compleja red de factores que abarcan desde cuestiones económicas hasta desafíos demográficos y sociales". El elemento crucial: "la notable diferencia salarial entre lo que pueden ofrecer las residencias para mayores y lo que obtienen las enfermeras en hospitales o en la atención primaria pública".
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Resulta, además, que el desafío de poder contratar enfermeras en general, y en las residencias en particular, se acrecienta con la llegada del verano. Las profesionales prefieren marcharse a trabajar a la sanidad pública y privada, donde se ven mejor pagadas y con menos carga de trabajo.
También recientemente, la Sociedad Española de Enfermería Geriátrica y Gerontológica (SEEGG), en voz de su presidenta Rosa Martinez Sellarès, apuntaba: "En España, la ratio de enfermeras por usuario en las residencias de mayores varía considerablemente en función de cada Comunidad Autónoma, pero el promedio es de 1 enfermera por cada 109 residentes... esta cifra es excesiva, siendo lo mínimo aconsejable de 1 enfermera por cada 50 residentes".
Añadía que "esto es aún más grave si tenemos en cuenta que España sufre un déficit importante de número de plazas en residencias, tanto públicas como privadas; una situación que ha empeorado tras la pandemia (faltan más de 85.000 plazas residenciales)". Rosa Martínez insiste: “En España, en la actualidad, hay unos 8.500 profesionales de la enfermería geriátrica y gerontológica, pero es una cifra todavía insuficiente y es necesario doblarla en los próximos años si se desea dar una asistencia de calidad”.
Estas serían las razones principales por las que los centros residenciales encuentran esta dificultad en unos tiempos en los que la falta de profesionales cualificados es más notable. Así lo explica Rosa Martinez Sellarès, presidenta de que ve "fundamental incentivar la formación de enfermeras en nuestro país" e "imprescindible equiparar los salarios del personal sanitario".
Martinez Sellarès ahonda en la problemática:
- Las residencias y centros de día vienen teniendo problemas para contratar enfermeras desde hace años. El sector geroasistencial lleva advirtiéndolo desde hace mucho tiempo y el problema ha ido a más porque ya faltan enfermeras también en el sistema de Salud en general... ¿Qué hay que hacer?
No es comprensible, ni defendible éticamente, como en la esfera pública se ha constatado la necesidad apremiante de contratar enfermeras en las residencias y en cambio se está legislando con el único objetivo de excluir la presencia de nuestra figura profesional de las mismas. Al menos aparentemente, la sensación que tenemos todos los miembros de la SEEGG es que, ante la dificultad de contratar y fidelizar adecuadamente a las enfermeras geriátricas, se ha decidido solucionar este problema sacándolas de las residencias.
Es fundamental incentivar la formación de enfermeras en nuestro país; la calidad de la enseñanza en las facultades es, en muchos casos, superior a la del resto de Europa (en otros países sienten especial predilección por contratar enfermeras españolas), sin que esto signifique un menosprecio al resto de enfermeras no formadas en España.
Nuestra profesión enfermera, la de cuidar, supone un alto grado de vocación y de cierto altruismo. Me hace pensar que esta situación es aprovechada para generar situaciones de sobrecarga laboral, provocando el consiguiente abandono de los centros residenciales para trabajar en otras entidades públicas y/o hospitalarias o de atención primaria.
En imprescindible equiparar los salarios del personal sanitario, entre ellos el de las enfermeras. Existe un enorme agravio comparativo entre los salarios de entidades públicas y entidades privadas, sobre todo en el ámbito de los centros residenciales para atención a personas mayores.
- Pero... si el problema tiene carácter urgente porque hacen falta enfermeras en general y geriátricas en particular ya, ahora, y no se puede esperar a nuevas promociones, ¿qué puede hacer hoy un director de residencia que no puede cumplir la ley (los ratios de trabajadores que marcan desde cada comunidad autónoma) porque no encuentra enfermeras ni aunque suban salarios por encima del convenio y faciliten horarios y mejoren la conciliación familiar....?
Es fundamental aunar esfuerzos y reivindicaciones con un solo propósito: visibilizar el trabajo de las enfermeras, sobre todo las especialistas en geriatría si nos ceñimos al cuidado de las personas mayores. Si llevamos a cabo campañas partidistas, sin hacer un frente común a nivel de patronales, facultades, sindicatos, y colegios oficiales de enfermería, la reivindicación se diluye.
Si nos removemos en la queja sin llevar a cabo ninguna intervención que sume a nivel de todos los organismos para que llegue a los despachos de los Ministerios, nuestra reivindicación caerá siempre en saco roto. La atención y cuidado hacia la persona mayor, y sobre todo que vive en residencia y sus familiares merecen afrontar este desafío.
Por un lado, hay acciones que claramente se pueden hacer desde las direcciones de los centros residenciales o los grupos que tienen más de un centro residencial; se trata de mejorar las condiciones laborales de las enfermeras y el resto del equipo de enfermería (las gerocultoras), e incluir otras titulaciones como las TCAES, las cuales realizarían actividades delegadas que son competencia de las enfermeras.
Muchas residencias, ya pagan por encima de convenio pero no son sueldos que se equiparen a los sueldos del sistema sanitario; hasta que esto no se produzca no habrá ni enfermeras generalistas, ni se podrán incorporar las enfermeras especialistas en geriatría las cuales aumentarían, y mucho, la calidad del cuidado que se proporciona en el tercer sector.
Entendemos que hay problema de financiación, pero no se pueden proporcionar cuidados profesionales sin enfermera; quizás hubiera que tomar medidas drásticas como sector empresarial, a fin de que las administraciones se tomaran en serio las reivindicaciones.
Como conclusión, los gestores, directores, empresarios no pueden permitir por más tiempo seguir manteniendo un servicio sin el mínimo exigible, esto es un cuidado digno, de calidad.
- Desde la Enfermería se han opuesto a la creación de "figuras" intermedias para trabajar en residencias y centros de día... ¿siguen sin verlo viable, aunque se garantice que no se inmiscuyen en asuntos puramente sanitarios, que son solo para cuidados menores y administrativos?
Fundamentalmente no se trata tan solo de no maleficencia, la base de la formación universitaria en enfermería y la posterior maestría a través de la especialidad en geriatría comprenden un complejo conocimiento, desarrollo de actitudes y de aptitudes que no se pueden aprender en otros niveles “intermedios”.
Esta especialización permite CIUDAR desde el más alto nivel profesional, cualquier “figura” intermedia desvirtúa la verdadera esencia de este cuidado y no permite desarrollar un continuum de atención digna e íntegra a la persona mayor, sobre todo, si ésta se encuentra en una situación de vulnerabilidad.
- Y cómo ve la nueva presidenta de la SEEGG que ante estas dificultades máximas para contratar profesionales cualificadas se opte por fórmulas como la contratación en origen de enfermeras de países en las que existen la categoría y formación profesional adecuada?
Tenemos muy buena relación con comunidades enfermeras a través de las redes Internacionales de enfermería. En especial, tenemos representación española (Mª Victoria García López, tesorera de la SEEGG) en la red de enfermería en Salud del Adulto Mayor- Red ESAM.
Toda contratación de profesionales cualificadas (enfermeras especialistas en geriatría) es bienvenida. En cada país se desarrolla una idiosincrasia que lo hace único: cultura, justicia, sociabilización, lenguaje, políticas a todos los niveles (sanitarias, en materia de bienestar social, farmacéuticas, educativas,). Estas peculiaridades influyen en el trato, valoración y determinación de cuidados en el adulto mayor, por lo que debemos tener muy presente la profesionalidad, y, además, todo lo concerniente a cultura, hábitos, experiencia de vida, y, en definitiva, necesidades de cuidados del propio individuo.
Estas cuestiones deben anteponerse a las características socio-culturales y profesionales de las enfermeras de otros países de origen.
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