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Reenamorada de la profesión a través de la visión de la Atención Centrada en la Persona (II)

Por Esther García-Abadillo Alonso
jueves 28 de septiembre de 2023, 00:03h
Esther García-Abadillo Alonso es trabajadora social especializada en mediación familiar y atención geriátrica en reactivación, animación y acompañamiento afectivo-paliativo.
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Esther García-Abadillo Alonso es trabajadora social especializada en mediación familiar y atención geriátrica en reactivación, animación y acompañamiento afectivo-paliativo. (Foto: Esther García-Abadillo)

(Tras recibir varias peticiones de compañeros que desean conocer más sobre el desarrollo de mi experiencia narrada en el pasado artículo de opinión publicado el pasado martes 18 de julio en Dependencia.info. He decidido escribir esta segunda parte que espero responda a sus dudas. Especial agradecimiento por su apoyo a Ana Maeso de Senniors, gracias por tu sugerencia y tus palabras de ánimo)


Mi querido lector, te recuerdo que en mi anterior escrito hablé de mi viaje a Alemania y mi formación como Betreuungskraft (profesión nueva, una especie de auxiliar de apoyo afectivo-social mezclado con funciones de animador sociocultural geriátrico) y mi experiencia laboral tanto en centro de día como en atención residencial. En mi anterior escrito hablé de la residencia “Michaelsberg de Sozialstiftung” en Bamberg, que cuenta con atención a grandes dependientes con un Oasis para paliativos, centro de día y pisos tutelados.

Pues sigamos desde ahí, mi tiempo en Sozialstiftung llegó a su fin, necesitaba cambiar de centro y conocer otra forma de trabajar en un centro con otras características. Tengo la oportunidad de trabajar en otra residencia, en esta ocasión en el “Caritas-Pflegezentrum St. Walburga”, un centro más pequeño que el complejo de atención de Sozialstiftung. Las diferencias de ambos van más allá del tamaño. St. Walburga pertenece a CARITAS (Erdiócesis Bamberg). Aunque las diferencias son mínimas en St. Walburga también se realizan actividades muy parecidas e igual que en Sozialstiftung (pese a no contar con un Oasis) se realiza el apoyo socioafectivo en los cuidados paliativos, aquí las habitaciones se transforman en un pequeño “oasis” para una despedida armoniosa de la persona afectada.

Los Betreuungkraft en nuestro “despacho” contábamos con un pequeño “carrito” equipado con: vaporizador de esencias (para lavanda), un proyector de luces ambientales y un reproductor de CD (con Cds relajantes). De esta forma era fácil trasladar el equipo de acompañamiento paliativo de una habitación a otra según se necesitara. Además, como la residencia contaba con un jardín recogíamos flores frescas para alegrar la estancia como no... con lavanda.

Todavía recuerdo a una de mis residentes de quien me encargué de realizar desde el principio la acogida, me dijo que deseaba irse escuchando a Mozart, otra residente me comentó que no deseaba estar rodeada de plañideras, pero sí de algún rezo... cada persona es distinta. Con las primeras pérdidas repentinas aprendí que, si se tiene la oportunidad de conocer sus deseos antes de que llegue el momento de los últimos cuidados, hay que procurarles cumplir esos deseos, mientras hay un hilo de vida, la persona tiene derecho a ser tratada de forma digna y según sus deseos hasta el final.

En ambos centros, disfruté de buenas experiencias profesionales acompañando a los residentes y según fue avanzando la pandemia se pudo ir ampliando las actividades a nivel grupal y comunitario, aunque ciertas actividades no volvieron a realizarse durante mi estancia (taller de carpintería, actividades llevadas por voluntarios, venta de ropa de 2a mano, acompañamiento a residentes..., visitas de escolares en la fiesta de los faroles de San Martín...), espero que ahora que se ha superado la pandemia ambos centros hayan vuelto a retomarlas.

Ya llevo de regreso en mi España casi 2 años y todavía, en ocasiones, mi tiempo en Alemania me parece un sueño, no voy a mentir querido lector. Más de una vez y más de dos mi mente se despierta con deseos de volver a acudir a mis antiguos puestos en Bamberg. Echo de menos no sólo a mis residentes de Sozialstiftung y los residentes de St. Walburga, también a esa forma de trabajar que en ciertos aspectos no es tan distinta a la española, pero es lo suficientemente distinta para que me sienta en ocasiones perdida y fuera de onda.

Y aquí me encuentro, luchando cada día por demostrar los beneficios del Betreuungkraft en mi labor actual como trabajadora social. Soy consciente de que muchos lo confunden con las funciones de la animación sociocultural, pero esa atención iba más allá, traspasaba la conexión y la atención en el mero ocio y las celebraciones culturales y festivas,. Somos un apoyo directo del equipo de gerontólogos en sus cuidados diarios y apoyábamos a los residentes en ámbitos más profundos que la atención en las actividades de la vida diaria. Con algunos residentes se llegaba a tener un vínculo tan especial que me llegaron a pedir estar a su lado en el momento final.

Desde que volví varias veces he escuchado eso de: “Estamos en España no en Alemania” o “¿eso no lo tiene que hacer la terapeuta ocupacional o la animadora sociocultural?”, y yo me pregunto: ¿acaso no somos un equipo multidisciplinar, donde apoyarnos mutuamente? Yo soy consciente de las limitaciones de mis funciones como trabajadora social, pero no dejo de ser la profesional de referencia para la atención “SOCIAL” (socializar), por ello, como trabajadora social intento apoyar en las capacidades para que desde otros departamentos puedan fomentar mejor el mantenimiento, mejora y la recuperación de la autonomía.

Incluso con alguna colega trabajadora social y animadora sociocultural como yo he llegado a comentar lo importante que es mantener el interés de los residentes en mantener una conexión SOCIAL con el resto de las personas, pues con ello se refuerza el interés por mantener esa capacidad de autonomía para decir hacer o no ciertas actividades, tanto aquellos considerados “válidos” con la mayoría de las capacidades intactas, pero aún más con aquellos que las han perdido. Con trabajo diario, actividad por aquí y actividad por allá, he podido observar cómo las personas con deterioro comienzan a “despertar”, su interés por lo que sucede a su alrededor y de alguna forma despiertan su conciencia del YO y la necesidad de dar satisfacción cubriendo sus necesidades, así cuando les intentan fomentar sus habilidades de autonomía son más proclives a reaccionar de forma positiva. Vamos, lo que se dice un trabajo de equipo.

Querido lector no deseo aburrirte, pero creo que, como has podido observar, el trabajador social es mucho más que un burócrata, un gestor de recursos, veo a familiares que acuden a las entrevistas y preguntan el poder que tenemos los trabajadores sociales para poder gestionar el dinero de los residentes e incluso algunos me demandan casi exigentes el cambio o la adjudicación de cambios de plaza como si el trabajador social fuera el controlador todopoderoso de esas cuestiones.

En ocasiones, somos nosotros mismos como profesionales los que entramos en la dinámica de encerrarnos en el despacho y limitar nuestra labor de la jornada en la documentación. Ahora, al volver a España, me he encontrado con un escenario en el que pareciera se está dando un paso atrás en la evolución del TRABAJO SOCIAL. ¿Acaso no dejamos atrás el esfuerzo de profesionales y autores del sector? Se nos ha abierto una gran oportunidad de demostrar la valía del Trabajo Social con el nuevo enfoque ACP y “las actividades de Fomento de la Autonomía” que, realizadas por parte de los trabajadores sociales y correctamente enfocadas hacia el desarrollo SOCIAL, marca una diferencia con otros profesionales del equipo técnico de los centros de atención (diurnos, domiciliarios y residenciales).

En todos los ámbitos de trabajo se puede potenciar esa autonomía ya sea promoviendo el mantenimiento como volver a despertar a la persona el interés por volver a recuperar esa capacidad perdida y siempre a través del trabajo en EQUIPO de todos los profesionales implicados en la atención geroasistencial.

En definitiva, gracias a mi experiencia en Alemania he vuelto a recuperar mi ilusión y mi amor por la ATENCIÓN GERIÁTRICA desde el enfoque del Trabajo Social, pero desde otra perspectiva enriquecida que creo y espero sea valorada así por aquellos por los que acudo cada día a trabajar: mis queridos residentes y sus familias.

Gracias lector por tomarte tu tiempo en leer esta humilde historia de una emigrante más por tierras germanas en el siglo XXI.

Esther García-Abadillo Alonso es trabajadora social especializada en mediación familiar y atención geriátrica en reactivación, animación y acompañamiento afectivo-paliativo.

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