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LA PRESIDENTA DE CEAPS TAMBIÉN ABOGA POR INSPECCIONES "RIGUROSAS, TRANSPARENTES Y CON INDICADORES COMUNES"

Cinta Pascual: "El sector necesita estabilidad, financiación y, con urgencia, profesionales al frente de los cuidados de las personas mayores"

La presidenta de CEAPs, Cinta Pascual.
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La presidenta de CEAPs, Cinta Pascual. (Foto: JC/Dependencia.info)
miércoles 19 de julio de 2023, 23:33h

La presidenta del Circulo Empresarial de Atención a Personas (CEAPs), Cinta Pascual, tiene muy claro que "el sector necesita estabilidad, financiación y, con urgencia, profesionales que se pongan al frente de los cuidados de las personas mayores". Por otra parte, también se manifiesta a favor de que haya inspecciones, "pero que sean rigurosas, transparentes y con indicadores comunes... Esto nos sirve como auditoría de los centros".

Al respecto, es tajante: "Como patronal del sector somos los primeros interesados en que se multe o se cierre cualquier centro o servicio que realice prácticas inadecuadas o incumpla los estándares de calidad... No los queremos dentro del sector".

Y, en cualquier caso, desde CEAPs se insiste en que "nadie puede dudar ya de que lo que falta es financiación" y denuncia que "España pretende situar la atención a la Dependencia a la cabeza de Europa pero destinando solo un 0,7% del PIB cuando los países de nuestro entorno destinan un 2,5%". La pregunta que se hace es: "¿A alguien se les escapa que para prestar un mejor servicio necesariamente se necesitan más recursos?".

Pero Cinta Pascual aclara muchos más aspectos relevantes del día a día del sector:

- ¿Cuáles son los principales problemas y desafíos que afronta el sector de la atención y cuidado de las personas mayores en la actualidad? ¿Qué necesita el sector ya?

El sector necesita estabilidad, financiación y, con urgencia, profesionales que se pongan al frente de los cuidados de las personas mayores y/o personas en situación de Dependencia. En CEAPs venimos alertando desde hace tiempo del déficit endémico de profesionales que sufrimos, pero las administraciones siguen haciendo oídos sordos. Continúan sin poner sobre la mesa un debate serio, concienzudo y riguroso que ayude a cuantificar el número exacto de plazas de medicina y de enfermería que hacen faltan hoy y mañana para hacer frente al progresivo envejecimiento de la población, al incremento de la longevidad y al aumento de la cronicidad de las enfermedades.

Por nuestra parte, ya hemos mejorado las condiciones sociolaborales de los profesionales del sector de la Dependencia, con el acuerdo histórico plasmado en el VIII Convenio Marco Estatal de Servicios de Atención a las Personas Dependientes y Desarrollo de la Promoción de la Autonomía Personal, pero el sector no puede solventar este déficit en solitario.

- ¿Hemos dicho adiós definitivamente a la pandemia? ¿Qué es lo más importante que hemos aprendido de la covid-19?

Todo hace indicar que sí hemos dicho adiós a la pandemia. Los centros de personas mayores, pese a ser los últimos en hacerlo, hemos comenzado por fin a recuperar la normalidad. Celebramos con la máxima felicidad el fin del uso obligatorio de las mascarillas por parte de profesionales y familiares, porque a veces se olvida que las residencias de personas mayores son sus hogares.

En cuanto a qué se ha aprendido, nosotros ya lo sabíamos, pero quizás los ciudadanos y las administraciones no tanto. Somos un sector esencial. Se demostró durante la pandemia y se sigue demostrando. Y, sobre todo, se demostró que no es de recibo que no exista una verdadera y eficaz coordinación sociosanitaria. No cejaremos en reivindicarla porque el sistema sanitario no puede abandonar a las personas mayores que viven en centros residenciales. No puede privarles de un derecho básico y universal como es la sanidad.

- ¿Cómo afrontan este verano la falta de trabajadores en sus centros?

Las dificultades en los centros se acrecientan, más si cabe, con la llegada de los periodos vacacionales de nuestros profesionales, sobre todo en los centros más pequeños, como no puede ser de otra manera. Sin embargo, a base de mucha planificación y reorganización tratamos de hacer encaje de bolillos para que nuestros residentes no vean afectada su atención. Pero el problema no se va a solucionar con parches. Las administraciones deberían acelerar los procesos de homologación de títulos, desarrollar nuevos perfiles profesionales para el sector…

- ¿Cómo fomentan la formación y el desarrollo profesional de los trabajadores de sus centros?

Somos conscientes de que la formación de nuestros profesionales, y de los que están por llegar, es vital para proporcionar unos óptimos estándares de calidad en la atención. Apostamos por la formación continua especializada de nuestros profesionales y por la promoción interna, y disponemos de nuevos planes de formación que comenzaremos a poner en marcha.

- ¿Cómo promueven la calidad de los servicios de atención y cuidado a las personas mayores las empresas que representan?

El sector ha evolucionado de forma vertiginosa, adaptándose a las necesidades cambiantes de la sociedad. Nuestros servicios nada tienen que ver hoy con los que ofrecíamos hace 20 o 30 años. Y continuamos en ese proceso de cambio. Conceptos que ya llevamos aplicando, como la atención centrada en la persona, unidades de convivencia, plataformas multiservicios, profesionales de referencia, historias de vida del usuario, centros libres de sujeciones, teleasistencia avanzada… eran impensables hace 30 años.

- ¿Cree usted que las inspecciones están cumpliendo su función? ¿Cambiaría algo del modelo de inspección a las residencias?

En CEAPs siempre nos hemos manifestado a favor de que existan inspecciones, pero que estas sean rigurosas, transparentes y con indicadores comunes. Llevamos años pidiendo unos indicadores y una lista de chequeo común y que nos comuniquen el resultado de las inspecciones. Esto nos sirven como auditoría de los centros.

Como patronal del sector de la atención somos los primeros interesados en que se multe o incluso se cierre cualquier centro o servicio que realice prácticas inadecuadas o incumpla los estándares de calidad exigidos. No los queremos dentro del sector.

- ¿Cómo ven el reto de la Transparencia? ¿Promueven algunas prácticas para fomentarla?

Apostamos por abrir más las residencias a la sociedad porque estamos convencidos de que una política de puertas abiertas beneficiará la imagen que la sociedad tiene del sector.

- Hablando de política... ¿cómo ven el futuro del Acuerdo Belarra?

Con gran incertidumbre a la espera de qué ocurre el próximo 23 de julio. Si hay un cambio de Gobierno es posible que el Acuerdo Belarra, al que se opusieron las comunidades de Galicia, Madrid, Andalucía, Murcia, Ceuta, Cataluña, País Vasco, Castilla y León y Castilla-La Mancha, salte por los aires. Confiamos en que se replantee el modelo y, sobre todo, que nazca con financiación suficiente para poder aplicarlo.

- ¿Cree que se está haciendo lo suficiente desde las Administraciones para enfrentarse al envejecimiento de la población y el correspondiente aumento de la demanda de servicios de atención y cuidado?

En absoluto y eso está poniendo en jaque los cuidados de las personas mayores y/o dependientes en España no solo las de mañana, también las de hoy. Las proyecciones de población hablan por sí solas: envejecimiento, longevidad... O se ponen ahora las bases y se planifica de forma inmediata, o la atención a toda la llamada generación del ‘baby boom’ está abocada al fracaso.

Llevamos tiempo alzando la voz de alarma, pero es necesario que todos aquellos que hoy se sienten jóvenes sepan que sostener el sector de los cuidados requiere un impulso en la financiación.

- El problema de la falta de financiación siempre está encima de la mesa... ¿Cuál es su perspectiva sobre la sostenibilidad económica de los servicios de atención y cuidado a personas mayores en el largo plazo? Siempre lo pregunto: ¿Falta dinero o faltan ideas?

Nadie puede dudar ya de que lo que falta es financiación. Desde CEAPs, y todas las patronales que la conforman, hemos demostrado que ideas no nos faltan. La prueba está en que estamos siendo capaces de sostener, entre las empresas y las familias, el sector, y eso pese a estar infrafinanciado. Lo que falta es dinero para desarrollar todas esas ideas.

Lo curioso es que España pretende situar la atención a la Dependencia a la cabeza de Europa pero destinando solo un 0,7% del PIB cuando los países de nuestro entorno destinan un 2,5%. Y con ese dinero se habla de aumentar ratios, de nuevos modelos de atención, de más requisitos… ¿A alguien se les escapa que para prestar un mejor servicio necesariamente se necesitan más recursos?

- La penúltima, de mi negociado... El sector de la atención a las personas mayores sigue teniendo un problema de imagen en la sociedad y los medios de comunicación tienen parte de culpa en esto... ¿Hace la patronal alguna reflexión autocrítica? ¿Qué hay que hacer para mejorar esa percepción por parte de la población?

Quizás hemos pecado de estar demasiado centrados en mejorar la atención que prestamos a las personas mayores y menos en comunicar qué se hace dentro de un centro residencial. Sin embargo, creo que, aunque reforzáramos la comunicación, aquellas personas que nunca han estado en contacto con una residencia, que ni siquiera han visitado una, seguirán en sus trece porque los medios de comunicación, en demasiadas ocasiones, no han ayudado a trasmitir una imagen positiva de los centros residenciales.

Y no es justo. Tenemos una buena imagen entre los familiares, entre los profesionales que trabajan con nosotros y entre los usuarios, y así nos lo hacen llegar en sus encuestas de satisfacción. Las administraciones tampoco han contribuido a poner a un sector tan esencial como el nuestro en el lugar que nos corresponde.

- Terminamos con un clásico: ¿cómo ve el sector dentro de 5 años? ¿Y de 10? 

¿Cómo lo veo o cómo me gustaría verlo? Veo un sector más necesario que nunca, acorde con las necesidades crecientes de los ciudadanos; donde las personas sean libres a la hora de elegir cuál es el recurso que mejor se adapta a sus condiciones; donde nadie se quede fuera del sistema por cuestiones económicas; donde todas las autonomías apuesten en serio por las prestaciones vinculadas al servicio (PEVs); donde se limen las diferencias abismales que separan a las distintas comunidades; donde se establezca un importe por debajo del cual no se pueda trabajar, y donde se fije un IVA único del 4% para todos los Servicios Sociales.

Pero, con un sistema infrafinanciado como está actualmente, la incertidumbre a corto y medio plazo se multiplica, y así es muy complicado trabajar.

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