Una de las novedades del borrador de anteproyecto de Ley de Atención Residencial en Castilla y León que ha presentado recientemente la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, es que la Junta evaluará la calidad de los centros residenciales de mayores y dependientes de la Comunidad. Y lo hará con un baremo de centros que permita a los usuarios conocer los mejor y peor valorados y unas notas que serán determinantes para que los privados accedan a la concertación de servicios con la administración.
La consejera ya ha incidido en que la evaluación de la calidad de esos centros velará tanto por la medición de la calidad de los servicios residenciales de forma periódica, como por el refuerzo de las tecnologías y el desarrollo de innovaciones que contribuyan a su mejora.
Se tendrán en cuenta los resultados en la calidad de vida de sus usuarios y la contribución de los apoyos profesionales y los servicios prestados. Con toda esta información se elaborará un informe anual de los centros con la consiguiente baremación o categorización de ellos establecida a partir de un conjunto de parámetros objetivos.
El objetivo final es que los futuros usuarios puedan elegir con garantías el centro al que quieren acudir, pero también que las residencias privadas puedan acceder a la concertación de servicios con la administración.
Nos explicá qué significa esta propuesta del Gobierno regional para los centros residencial el presidente de la Federación Castellano Leonesa de la Atención a la Dependencia (ACALERTE), Diego Juez:
¿En qué consiste esta propuesta de la Comunidad de Castilla y León? ¿Una valoración?
Desde la creación de ACALERTE, uno de los pilares fundamentales ha sido siempre que los centros residenciales se distingan por la calidad. Creemos que es fundamental para que los mayores tengan una mejor calidad de vida, para que se cumplan todos sus deseos y sus proyectos de vida, que los centros tengan un sistema de calidad suficientemente implantado.
Bien es cierto que tenemos que trabajar mucho, formar mucho a los profesionales para que estos sistemas de calidad sean iguales en toda la comunidad autónoma, que sean aspectos que valoren la mejora de la calidad de vida, que mejoren la atención al usuario y que no supongan una carga de trabajo a nivel documental.
¿A qué obliga al Gobierno regional, por un lado, y a las residencias, por otro?
Creemos que este sistema de calidad debe ser lo suficientemente hablado, consensuado tanto por la administración como por las entidades residenciales. La obligación, entendemos que debe ser igual independientemente de la forma jurídica tanto para las administraciones públicas como para las entidades privadas.
¿Hay riesgo de que se queden muchos centros fuera del concierto?
Siempre nos tenemos que preguntar cuando hablamos de los distintos modelos de atención, qué es lo que queremos cuando nosotros seamos mayores, cuál va a ser el sistema mediante el cual queremos nos atiendan.
Y es un sistema en el que seguramente todos coincidamos y que esté basado en unos parámetros muy claros de calidad. Todo aquel que cumpla con esos criterios, que serán unos requisitos mínimos asistenciales, pero suficientes para que cualquiera de nosotros o nuestra familia podamos estar allí cuando seamos dependientes, poder estar en ellos.
Creo que no va a suponer ningún inconveniente para ningún centro que apueste por la calidad optar a las plazas de concierto.
¿Qué ventajas tiene para los futuros usuarios?
Para los futuros usuarios van a ser todo ventajas. Los que apostemos por una Atención Centrada en la Persona lo primero que vamos a hacer es preguntar a la persona mayor qué es lo que quiere.
Y básicamente, lo que tenemos que conseguir con este sistema de calidad es que esas expectativas que el mayor quiere o desea, se vean cumplidas por parte del centro y que se haya hecho todo los posible para que su proyecto de vida se lleve a cabo.
¿Qué ventajas tiene igualmente para los centros residenciales?
Implantar un sistema de calidad en un centro significa tener un mayor control sobre muchos procesos, muchos trabajadores, e intentar minimizar al máximo los errores que se puedan cometer. Pensamos que un sistema de calidad siempre es positivo tanto para el usuario, como el residente o la propia administración.
¿Más transparencia significa mayor calidad?
Las residencias trabajamos y nos debemos únicamente por mejorar las expectativas y la atención a las personas usuarias. Creemos que la transparencia con las familias y los residentes es fundamental para que se lleve a cabo todo este proceso.
Cuando hablamos de las inspecciones y de los controles, creo que el mayor control es tener los centros abiertos a las familias que forman parte como una pirámide más entre el usuario, las familias y el residente dentro de los centros.
Al final, la transparencia y hacer las cosas con naturalidad supone mejorar la calidad de vida del residente.