Como en cada comunidad autónoma se hacen las cosas diferentes cuando hablamos de cómo afrontar la pandemia quizás esto que voy a explicar ahora a algunos les suene como cercano y a otros como algo totalmente ajeno. Aún así, creo que todos encontrarán en la actitud entre caprichosa y absurda de la administración un eco familiarmente reconocible.
Me lo ha hecho llegar el director de una residencia que tiene también plazas de centro de día y dice así:
“Te escribo para hacerte una consulta/comentario sobre las nuevas altas en la residencia y el regreso de los usuarios de centro de día. Nos piden, como ya sabrás, realizar un plan de contingencia específico para estos últimos, adecuar el centro para tenerlos aislados, tener personal únicamente dedicado a ellos, no pudiéndose mezclar con el resto, etc..
Como seguramente te habrás encontrado, a las residencias pequeñas que no disponemos de medios (ni estructural, ni de personal, ni en estos tiempos, económicos) nos es prácticamente imposible cumplir las exigencias impuestas. Encontramos que es ABSURDO todo lo que nos exigen ya que, si miramos la vida de un residente de día, va de su casa a la residencia por la mañana, y suele irse a media tarde, llegando a su casa, con la familia que viva, y haciendo una vida social fuera de la residencia, en la mayoría de casos, muy limitada, con el único riesgo de contagio por contacto con sus familiares...
Comparando esa vida con la de un trabajador de la residencia, ¿qué diferencia hay?
El trabajador viene al centro por la mañana y se va a su casa por la tarde, y éste sí que lleva una vida social fuera de la residencia con más riesgo de contagio, ya que va al súper, queda con amigos, suele tener hijos que llevar al colegio, marido que trabaja en otros lugares, etc... ¿Qué diferencia hay entre un trabajador, a quien sí se le permite mezclarse con los residentes cuando viene a trabajar, y un usuario de centro de día cuando acude al centro? Es absurdo tener que elaborar un plan de contingencia separado, cuando ya tenemos uno aprobado para la residencia, es absurdo que tengan que estar aislados de los demás residentes, y es absurdo que un trabajador no se pueda mezclar con 20 trabajadores más dentro del centro, por tener que estar separado para atender a los abuelos del centro de día...
Nuestra pregunta es, ¿hasta qué punto me pueden obligar a realizar todas esas absurdeces para poder 'activar' la vuelta de mis usuarios de centro de día que a día de hoy aún están en sus casas sin poder venir?
La verdad es que no entendemos quién realiza este tipo de órdenes/protocolos/instrucciones a seguir, ya que están llenos de incoherencias.
Gracias de antemano por la ayuda y un saludo enorme”.
Qué alegría que alguien me escriba y que piense que mi consejo puede serle de utilidad, y a la vez qué tristeza no tener nada más que decirle más allá de que en estos momentos todo el sector está en manos de los designios más o menos acertados de las administraciones. Que quizás si su centro de día estuviese cien quilómetros más al norte o al sur esos designios serían diferentes y que no queda más remedio que seguirlos so pena de ser ejemplarmente castigado.