La Residència i Centre de Dia Mirador de Mataró incorpora la realidad virtual al conjunto de actividades que ofrece a las personas residentes. Las gafas 3D de OROI son una experiencia inmersiva donde la persona mayor puede pasear por una gran ciudad, visitar un museo o vivir diferentes experiencias que entretienen y favorecen la estimulación cognitiva y el bienestar emocional.
El 2020 ha sido un año difícil, donde hemos tenido que aprender a vivir de manera diferente las relaciones con los demás y con nuestro entorno. La tecnología ha sido una gran aliada a la hora de ofrecer soluciones de comunicación y entretenimiento. Desde la Residència i Centre de Dia Mirador de Mataró se ha apostado también por las nuevas tecnologías, que pueden hacernos la vida más fácil y aportarnos múltiples beneficios para minimizar el deterioro cognitivo y mejorar la calidad de vida de las personas que viven en un centro residencial.
La aplicación 3D ha sido una de las soluciones tecnológicas que se han incorporado a la residencia en los últimos meses. Son gafas de realidad virtual inmersiva donde la persona mayor puede pasear por el barrio de una ciudad que ya conoce o querría visitar, dar un paseo en globo, ir al acuario o “subirse” en barco para ver las Islas Medas. Múltiples vídeos que ofrecen una amplia gama de posibilidades adaptadas a los gustos y preferencias de la persona. La solución 3D de OROI es una experiencia que relaja, entretiene y ayuda a la persona a desarrollar su capacidad de observación a la vez que estimula la memoria y los recuerdos. Las personas disfrutan de una sensación similar a la que tendrían en la realidad. Pueden ver lugares donde han estado u otros donde querrían ir. Es una actividad que se centra en la persona, en la que se potencian los intereses personales a partir de experiencias reales y motivadoras.
Elsa Ortega, psicóloga de Mirador de Mataró, explica: “De momento las gafas de realidad virtual de OROI se han incorporado en la tercera planta, donde residen personas preservadas cognitivamente o con un leve deterioro cognitivo. La actividad se hace de manera individualizada o en pequeños grupos. Como contamos con dos gafas, dos residentes pueden ver el mismo vídeo al mismo tiempo e interactúan entre ellos. Se involucran desde el primer momento, deciden que quieren ver y hacen propuestas de vídeos para el futuro. Además, no les importa repetir algunas visualizaciones.
Elsa Ortega añade que las personas residentes piden ver sus pueblos de origen, las ciudades donde han estado… y la actividad se prolonga mucho más allá de la experiencia con las gafas 3D, ya que comentan entre ellas e incluso con las familias todo lo que han visto y sentido. Despiertan recuerdos. Salen de su entorno actual, rompen su rutina y en consecuencia disminuye la apatía. "Esta actividad ha tenido una muy buena acogida. Cuando nos ven aparecer con las gafas ya preguntan: ¿Dónde vamos hoy? Algunos residentes que no son muy participativos, hacen esta de buen grado, la disfrutan y dejan sus ocupaciones del momento para ponerse las gafas. Incluso los más reticentes con las nuevas tecnologías se motivan a usarlas cuando ven las reacciones de los demás".
Además los beneficios son múltiples. "A corto plazo no solo se observa una mejora en su estado de ánimo, ya que expresan alegría y se sienten más motivados; sino que se observa una disminución de la sintomatología ansiosa y se reduce el discurso centrado en las preocupaciones propias. Aumenta su autoestima y se sienten parte del grupo, favoreciendo así las relaciones personales. Aunque el objetivo inicial no se basa en la estimulación cognitiva, de manera indirecta estimula funciones como la memoria, la atención o el lenguaje entre otros. En definitiva, mejora la calidad de vida del residente ".