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Las nuevas instrucciones para los planes de contingencia vendrán con una caja de Magia Borrás

Por Josep de Martí
miércoles 15 de julio de 2020, 15:02h
Josep de Martí
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Josep de Martí (Foto: Inforesidencias.com)

Muchas residencias y casi todos los centros de día tienen plazas libres en estos momentos. Durante tres meses no han podido hacer ingresos debido a las medidas tomadas para combatir la pandemia; los centros de día se cerraron del todo y en las residencias los fallecimientos y las bajas no pudieron ser cubiertas.

Ahora llevamos unas cuantas semanas preparando el “cómo” se pueden llevar a cabo esas nuevas altas y lo normal está siendo que las comunidades autónomas dicten unos criterios, que a veces llaman eufemísticamente “recomendaciones”, con los que cada residencia y centro de día tienen que elaborar su plan.

Es totalmente lógico que, viendo lo que ha sucedido, se tomen precauciones para evitar que el rebrote sea aún peor que el brote original. Aún así, hay medidas que resultan bastante difíciles de aplicar, incluso imposibles.

Si hablamos de servicio de centro de día prestado dentro de una residencia, se suele proponer aislar a los “usuarios diurnos” de los que viven allí. Esto se puede conseguir haciendo una entrada independiente, separando espacios y dedicando en exclusiva al personal a un servicio o a otro. Eso es posible en algunos casos, pocos, cuando la residencia dispone de un espacio independiente para el centro de día (algo que por normativa siempre ha sido así en alguna comunidad autónoma); intentarlo en una residencia que hasta ahora ha ofrecido un acogimiento diurno en sus espacios de convivencia de forma no diferenciada con los residentes es poco menos que imposible. Como la viabilidad económica de algunas residencias depende en una parte importante de esas plazas de centro de día, los gestores están haciendo lo posible para adaptarse a las medidas.

Algunos han establecido un “turno de uso de la puerta de entrada” otros están pensando instalar una carpa en el jardín y utilizarla como centro de día provisional. En todos esos casos, cuando lo han comentado a su administración autonómica, bien les han dicho que no o que presenten un plan en el que expliquen cómo piensan cumplir los criterios. Con ese plan pueden hacer ingresos, si un día hay un rebrote, ya comprobarán si las medidas tomadas fueron suficientes.

Para abrir las residencias a nuevos ingresos se suelen también proponer algunas medidas que se cumplen con una “declaración responsable” dentro de un plan de contingencia y que tienen su enjundia. Pedir, por ejemplo, que se tenga prevista la existencia de una bolsa de trabajo para cubrir bajas en caso de rebrote; el “disponer de un stock suficiente de EPIs” o cosas por el estilo es a mi entender ilusorio. Durante la pandemia supimos lo difícil que resulta cubrir bajas laborales cuando la prensa pinta a las residencias como lugares de muerte. También ahora sabemos que eso de los EPIs es algo relativo. Resulta que casi todas las residencias tienen un pequeño almacén lleno de batas o monos, pero están rompiéndose la cabeza para conseguir guantes. ¿Qué quiero decir si firmo una declaración responsable diciendo que tengo suficientes EPIs?. De marzo a mayor se usaron batas y monos de un solo uso de forma repetida; se desinfectaron en las residencias (y hospitales) en vez de tirarse. Si digo que tengo “suficientes”, ¿considero que los utilizaré como durante la pandemia o como dicen las instrucciones de uso?

Sé que muchos gerentes de residencias que lean estas líneas pensarán que en la situación actual están obligados a tomar la oportunidad que les den de volver a hacer ingresos. Es cierto que las comunidades han pagado las plazas concertadas desocupadas por la pandemia, pero también hay plazas privadas que cubrir por lo que, para garantizar la viabilidad de las residencias no pueden trabajar con muchas plazas desocupadas.

Desde marzo y hasta ahora se han tomado muchas medidas extremas. En la nueva fase, con los planes de contingencia, vuelven a aparecer unos viejos amigos de las residencias, los inspectores e inspectoras. En Cataluña, el consejero del ramo ha anunciado su intención de incrementar de forma importante la plantilla de inspección para aumentar el control. ¿Vendrán con la visión de que salimos de una situación extrema y que las residencias necesitan un tiempo para recuperarse o con el libro de actas a punto para sancionar?

Espero que, como se ha anunciado, ese aumento tenga por finalidad también dar apoyo ya que de otra forma el resultado puede ser negativo para todos.

Josep Fuguet, un buen amigo gerente de varias fundaciones me dijo hace unos días que, en esta situación, las medidas que propone la Generalitat deberían venir acompañadas con una caja de Magia Borrás. La idea me ha parece interesante. Como en Cataluña también se plantea un aumento de dedicación de personal de enfermería supongo que la caja debería traer el “clonador de enfermería” o el “multiplicador de guantes y EPis”. Si junto con los trucos trae también un manual de conjuros, creo que a más de una residencia le acabará yendo bien un Especto Patronum para afrontar a los inspectores. Puestos a usar magia…

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