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Se pueden cerrar los servicios de Inspección de las Consejerías: ¡Tenemos la Tele!

Por Aitor Pérez Artetxe
jueves 26 de septiembre de 2019, 02:39h
Aitor Pérez Artetxe, consultor gerontológico.
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Aitor Pérez Artetxe, consultor gerontológico. (Foto: JC)
Ahora que arrancan las legislaturas en muchas Comunidades Autónomas es momento de replantearse la pertinencia de continuar con los servicios que se encargan de la acreditación, control e inspección de las residencias de ancianos. ¿Para qué nos hacen falta funcionarios que se estudian las normativas, que visitan los centros, que analizan la documentación, que atienden reclamaciones y que hablan con directores, personal y familias cada vez que se produce una reclamación? ¡Qué pérdida de tiempo y dinero!
La TV, con sus programas estrella entrando en las residencias como un elefante en una cacharrería, nos ha demostrado como se arregla esto. No hay más que enviarle al famoso presentador con una cámara a las inmediaciones de un centro. En media hora habla con alguien que pasa por allí, no necesariamente tiene que ser un familiar de un residente, nos muestra fotos, videos y testimonios de gente que dice trabajar en el centro.
Con eso es suficiente. No es necesario analizar la documentación de la seguridad social, no tenemos que revisar el cumplimiento de los protocolos, ni los libros de incidencias, ni las reclamaciones formuladas y las resoluciones de las mismas. No es necesario, la TV emite el veredicto: siempre culpables.
En los programas que hemos visto, hemos de reconocer que no todos, se realiza un importante esfuerzo comunicativo en aclarar que se trata de centros públicos de gestión privada, de ahí vienen todos los males para los responsables del programa. De hecho, uno de los días que se hablaba de la Ayuda a Domicilio se esforzó en diferenciar el "BIEN", servicio prestado directamente por auxiliares contratados por un Ayuntamiento, del "MAL", un municipio en el que el servicio de ayuda a domicilio estaba a cargo de una empresa y además disponía del servicio de comida a domicilio prestado por otra empresa. En conclusión, lo publico es bueno, lo privado malo.
Sin entrar a valorar los casos que presentaba el famoso programa de TV y que no nos compete, no se puede demonizar un sector como se hace en estos programas. Ha costado muchos años ganar credibilidad ante la sociedad y con este tipo de programas el daño que se hace es muy grande. Si se tiene conocimiento de irregularidades hay que acudir a las Consejerías de Servicios Sociales y Sanidad, no se puede ni se debe hacer juicios públicos.
Ya sabemos cuales son las claves del éxito de este tipo de programas, cuanto peor, mejor. Y si no es suficientemente malo, hay que procurar que lo sea.

En fin, SHOW MUST GO ON…
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