Hace pocos días, repasando las noticias que aparecen en internet relacionadas con residencias de personas mayores, un titular llamó poderosamente mi atención. Decía así: “Cerca de 4.000 ancianos en espera de una plaza en un asilo público”.
Leer “ancianos” y “asilo” en la misma frase en 2018 me pareció un anacronismo extraordinario aunque después me pareció que quizás era yo el que estaba demasiado sumergido en el mundo de la corrección léxica cuando en la calle era eso lo que se decía.
Puesto a comprobar si mi sospecha tenía fundamento, acudí, ¡cómo no!, a Google. Concretamente a la aplicación Google Trends que permite saber cómo evolucionan los términos que se buscan en internet.
Para mi sorpresa, el término más aceptado entre profesionales en el mundo de la atención geroasistencial, “Residencia de personas mayores”, es muy poco popular en internet. Tiene mucho más éxito “Residencia de tercera edad” y aún más “Residencia de ancianos”. O sea que, para la gran mayoría de personas que entran en Google buscando un lugar donde recibir apoyo en las AVD en un establecimiento sustituto del hogar, lo que de verdad están buscando es una “residencia de ancianos”.
El gráfico presenta en qué porcentaje se han usado esos tres términos de búsqueda: Residencia de “ancianos” (rojo), “tercera edad” (amarillo) y “personas mayores” (azul) desde 2013.

Viendo los datos no cuesta entender que si “ancianos” es una palabra que se utiliza normalmente en internet, quien tenga una residencia y quiera atraer visitas a su web, tenderá a utilizarla, aunque eso suponga ahondar el divorcio conceptual que existe entre profesionales y gente común.
El gráfico no permite ver un cambio en el último lustro, o sea que no es que cada vez la gente se vuelva más “correcta” y hable más de “personas mayores” sino que sigue usando preferentemente “ancianos” y ese concepto que parecía caduco: “tercera edad”.
No es aquí el único lugar donde esto sucede. En un viaje a Chile en el que tuve la ocasión de dirigirme a un grupo de propietarios de centros gerontológicos me dijeron que la palabra “correcta” para definir una residencia era ELEAM (Establecimiento de Larga Estadía para el Adulto Mayor). En el mismo acto, uno de los ponentes, que creo recordar venía de la administración, repitió varias veces "Establecimiento de Larga Estadía para el Adulto Mayor Autovalente", o sea, residencia de válidos. Me hizo gracia que no utilizase el acrónimo sino todas las palabras. Cuando, acabado el acto, manifesté mi sorpresa sobre ese derroche léxico para referirse a algo tan común, me confesaron que muchas veces hablaban sencillamente de “asilos o casas de reposo”.