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¡Vacaciones! Desconecten del todo... o no

martes 30 de julio de 2019, 02:47h
Javier Cámara
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Javier Cámara

Nos vamos de vacaciones. Espero que ustedes también. Si no, que sea porque vuelven de ellas. En ese caso, es mi deseo que las hayan disfrutado. No es por dar envidia ahora, en Dependencia.info descansamos hasta septiembre, cuando prometemos volver a la carga con más noticias y reportajes sobre el sector de las residencias de mayores y otros servicios de atención geroasistencial.

No quiero aburrir. Por eso este artículo, no sé si de opinión, va a estar lleno de tópicos vacacionales para que no les lleve mucho tiempo su lectura. Así, con el deseo de que, más bien que mal, se haya podido solucionar el eterno problema de la falta de profesionales sanitarios en verano – si no porque se van a la sanidad pública, por el déficit de profesionales–, de que hayan solventado de la mejor manera posible las sustituciones en este periodo estival, procuren en la medida de que sus responsabilidades se lo permitan desconectar, descansar y disfrutar de este asueto más que merecido.

Es tiempo para sacudirnos el estrés, reponer fuerzas y renovar energías. Recuerden que el descanso debe ser físico y mental. Alguien me dijo una vez que había que ponerse un objetivo en vacaciones. Si uno quiere aprender a hacer algo lúdico es, desde luego, el mejor momento. Se me ocurre bucear o hacer rápel o escribir un libro. Si quiere ver todas las series pendientes, funda Netflix, si prefiere leerse tres libros por semana, adelante. Por el contrario, si su deseo es no hacer absolutamente nada, es decir, nada de nada, lo que es cero absoluto, perfecto también. Pero luego no se arrepienta.

Aun así, otro consejo, no desconecten del todo. Es precisamente este descanso mental de las labores cotidianas, de las obligaciones innegociables de cada día, el que nos puede dejar un resquicio para, insisto, desde esa tranquilidad, dejar volar la imaginación y pensar en nuevos proyectos o renovar los ya existentes: cómo mejorar esto, cómo arreglar lo otro, qué hacer para modernizar, refrescar y actualizar nuestra tarea y la de los compañeros.

Desde el relax de la playa, el aire fresco de la montaña o entre monumento y espectáculo se tiene una perspectiva diferente, puede que, incluso, más clara y real. Piensen un rato (tampoco mucho, están de vacaciones) en cómo hacer las cosas mejor.

Es tiempo de vacaciones y, aunque sepamos que irremediablemente habrá una vuelta dura, cierren los asuntos pendientes, disfruten y no se olviden de sonreír.

Volveremos, ¡felices vacaciones!

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