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Una inspección de residencias de mayores centrada en la persona

Por Josep de Martí
martes 30 de abril de 2019, 20:02h
Josep de Martí
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Josep de Martí (Foto: Inforesidencias.com)

Trabajé durante casi diez años en la inspección de servicios sociales de la Generalitat de Cataluña y, aunque hayan pasado diecinueve desde que lo dejé, hay una pregunta que me hacía entonces y sigo haciéndome ahora. ¿Para quién inspecciona la inspección?

Hablamos mucho de Atención Centrada en la Persona como una filosofía que está orientando la forma de cuidar y apoyar en residencias de personas mayores. Nos damos cuenta de que durante años hemos trabajado pensando más en las necesidades de la organización y en las necesidades de los usuarios que en sus preferencias y opciones personales. Ahora estamos cambiando esa orientación en un proceso que no siempre es fácil, pero ¿y la inspección?

Pongo un ejemplo y expongo mi opinión:

Una residencia recibe una inspección en abril en la que, según el criterio del inspector, a pesar de que se cubre de sobra la ratio de personal exigida, se está desatendiendo a los residentes porque en una sala, mientras acompañan a uno de ellos al lavabo, las auxiliares presentes han dejado a los demás residentes “solos” durante unos minutos. El inspector lo escribe en el acta y en septiembre la residencia recibe un escrito en el que se le informa de que se ha abierto un expediente sancionador por esa desatención que se tipifica como infracción muy grave y a la que le corresponde, una multa de, por ejemplo 7.000 euros.

A partir de allí la residencia tiene dos opciones: acepta pagar ya sin alegar nada y obtiene un descuento del 40% sobre la multa o presenta alegaciones y se arriesga a tener que pagar la sanción íntegra.

Pongamos que decide alegar. Lo hace, pide una nueva inspección (que en comunidades como Cataluña se tienen que pagar, con un precio aproximado de 250 euros) y ésta viene en octubre.

Hasta aquí el ejemplo, lo que pasa después en ese caso concreto lo dejo para el “Rincón del director”. Lo que interesa ahora es que tenemos una inspección que “detecta” en abril algo que considera “muy grave” y no hace nada en ese momento. Espera unos meses para abrir expediente y a que la residencia alegue para volver a visitar el centro. Si de verdad los residentes hubiesen estado desatendidos y esa desatención fuera muy grave, ¿tendría sentido dejar pasar cuatro meses para abrir un expediente?

Si durante una inspección el mismo funcionario detectase que los residentes llevan dos días sin comer, ¿lo apuntaría en el acta y se iría? Espero que no. Lo que haría es llamar a sus jefes y proponer medidas urgentes que prevé la ley. Y haría bien porque esa situación sí que sería verdaderamente muy grave. La de dejar “solos” a unos residentes mientras se acompaña a alguien al lavabo es sólo “muy grave” en el misterioso y variable mundo de los inspectores a los únicos efectos de cobrar una multa.

A veces la inspección vive un divorcio con la “realidad real”, la que vemos todos, y sometida a una especie de “realidad jurídica virtual” en la que se siente cómoda y que existe sólo porque nadie fiscaliza lo que hace. En esa realidad paralela cada inspector va inspeccionando y generando documentación que después la administración tramita sin tener que dar demasiadas explicaciones. La inspección sabe que su “vigilante natural”, o sea, los jueces del contencioso administrativo, les darán casi siempre la razón en las pocas ocasiones en que lleguen a actuar.

Intento imaginarme qué pasaría si a la puerta de cada residencia hubiese una ficha con datos extraídos de las actuaciones de inspección, como en Alemania, o si el gobierno se viese obligado a tener que “dar estrellas” a las residencias según su nivel de calidad exponiéndose a ser demandada si no lo hace bien, como en Estados Unidos.

Me imagino una “inspección centrada en la persona” que orientase su actuación a que los usuarios pudiesen saber cuán buena es la residencia donde viven en relación con las demás. Una inspección transparente que dijese a los ciudadanos: “Somos tus ojos y te ayudaremos a elegir. Lo que nosotros sabemos lo sabes tú. Por eso nos pagas con tus impuestos”.

Como llevo unos cuántos años escribiendo cosas parecidas a ésta me pregunto: ¿alguien igual piensa como yo?

Josep de Martí Vallés

Jurista y Gerontólogo

Director de Inforesidencias.com

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