La Asociación de Atención Sociosanitaria en Residencias Extremeñas, Asorex, explicaba recientemente que el borrador del decreto realizado por Colegios Profesionales de Farmacéuticos y por el que pretenden regular la prestación en centros de personas mayores de la comunidad es “ilegal” y vulnera derechos fundamentales de libre competencia en el sector. Insistían desde la patronal, sobre todo, en que “causaría graves perjuicios para todos los agentes intervinientes en él: titulares de oficinas de farmacia, centros sociosanitarios y usuarios/residentes de dichos centros”.
Hay que aclarar que las residencias no eligen en teoría a la farmacia, es cada residente el que "elige" a la farmacia, pero le da un mandato a la residencia para que vaya con su receta a una farmacia. El matiz es que la relación se da entre el usuario del centro y el sistema de salud porque la residencia no es un establecimiento sanitario. Si quisieran regular dónde tiene que comprar la residencia, le estarían dando a entender que tiene un papel sanitario y eso no es así.
Sucede por lo general en todas las comunidades que las residencias prefieren llevar las recetas de los usuarios de su centro a las farmacias que presten un servicio farmacéutico avanzado, por ejemplo, que pueda hacer el emblistado de los medicamentos, que si hay cambios durante un fin de semana o un día de fiesta se lo puedan preparar, que haya una flexibilidad, una relación de confianza, pero dejando claro que la residencia no es el cliente de la farmacia. El cliente es el residente que envía su receta.
El problema es que la Administración está intentando regular la dispensación de la medicación en las residencias de mayores y el Colegio Profesional de Farmacéuticos está pretendiendo que el decreto que regule esa prescripción o ese abastecimiento de medicamento lleve un itinerario que no comparten desde Asorex. Su presidente, Juan Carlos Campón, ha señalado a Dependencia.info que "las residencias extremeñas abogan, como principio fundamental, por la libertad de elección por la eficiencia en el suministro de medicamentos".
Más claramente: "Entendemos que la libertad de mercado nos permite a los responsables de la residencia adquirir la medicación a través de las recetas de nuestros residentes en el centro que entendemos que tiene que hacermos el abastecimiento, y en función de los parámetros que entendamos, y los colegios profesionales lo que pretenden es que se genere un turno rotatorio entre las farmacias de la localidad para que sean ellas las que abastezcan a los centros residenciales".
"No compartimos ese principio y es uno de los principales choques que tenemos ahora mismo en este aspecto cuando todo esto se intenta elevar a una norma que tenga un obligado cumplimiento", agrega Campón. "La dispensación de medicamentos no corre peligro, pero sí la forma de distribuirlos. Vamos a buscar la eficiencia, la excelencia y un buen servicio y este buen servicio pasa por tener libertad suficiente para elegir dónde se adquiere la medicación de los residentes sin que tengamos que vernos constreñidos por una norma que carece de sentido", subraya.
Un problema de eficiencia
Pero el responsable de la patronal extremeña de residencias apunta que "no solo es un problema de libertad, es un problema fundamentalmente de eficiencia" y explica que, al final, en las residencias "vamos a buscar un farmacéutico que, no solamente venda los medicamentos a nuestros usuarios, sino que nos dé atención farmacéutica, que es muy importante, que nos ayude a supervisar los tratamientos de los residentes, que nos ayude en los procesos de distribución de la medicación".
"Yo no compro las medicinas, yo ayudo a mis residentes a que se abastezcan de las medicinas que necesitan", aclara, para añadir a continuación: "Evidentemente, intentando abordar el mejor de los servicios para nuestros residentes, lo que pretendemos es: déjennos ustedes que nosotros adquiramos la medicación en la oficina de farmacia que mejor servicio nos está prestando, como nos pasa con cualquier otro producto que adquirimos para nuestros centros".
Ahora están pendientes de que la administración siga avanzando con el decreto, que se paró y no llegó a publicarse. Se encuentran en una fase de sugerencias y alegaciones. Asorex ha hecho aportaciones en ambos casos se encuentran a la espera de ver cómo avanza el decreto con el nuevo Gobierno en la comunidad autónoma de Extremadura, porque este decreto viene del anterior equipo.
Juan Carlos Campón se muestra optimista porque se han reunido tanto con la consejera de Sanidad como con la nueva presidenta regional y "han entendido perfectamente el problema y se han comprometido con el sector a que llegaremos a un acuerdo".
En otras comunidades...
El presidente de Asorex recuerda que "en otras CCAA ha pasado lo mismo, cuando lo han intentado regular de esta manera se han encontrado con sentencias judiciales del Tribunal Supremo, que han generado en algún caso jurisprudencia, diciendo que ellos no pueden regular de esta manera". "El principio de libertad de mercado que marca el hecho de estar en la Comunidad Europea no permite que te obliguen a comprar determinado producto en una red que, además, organizan de una forma totalmente inflexible", termina.
Aunque es verdad que en alguna regiones la normativa obliga a que si tienes plazas concertadas se obliga a llevar las recetas de esos usuarios a farmacias que se encuentren en un radio inferior a "x" kilómetros, en Cataluña, en la actualidad, el Gobierno de la Generalitat quiere "desarrollar un modelo de atención farmacéutica en los centros residenciales asistidos con cien camas o más, coherente con el modelo de atención integral e integrado sanitario y social, basado en la proximidad, la equidad, el mantenimiento del continuum asistencial y la seguridad de los pacientes", según se explica en su web.
Para ello, ha abierto un periodo de Consulta pública previa a la elaboración de un Proyecto de decreto por el que se regula la atención farmacéutica a los usuarios de los centros de servicios sociales de carácter residencial asistidos de Cataluña con cien camas o más. El objetivo de la consulta es conocer la opinión de los centros de servicios sociales residenciales asistidos con cien camas o más, de los profesionales implicados y de los usuarios de estos centros sobre las situaciones en que se consideraría adecuado que estos establecimientos dispusieran de un depósito de medicamentos para atender las necesidades del centro.
Unificación de farmacias para residencias
Por José Luis Montserrat
Últimamente he vuelto a oír hablar que la administración quiere ponerse con el tema del suministro de medicamentos de farmacia a los centros residenciales, no sé si esta vez se avanzará en el tema, pero en otras ocasiones he visto cómo se ha ido posponiendo.
En nuestro entorno se comenta que el motivo principal es que existe la libre elección del usuario a escoger a su farmacia de referencia, el hecho de un cambio de domicilio no ha de implicar un cambio de su farmacia. En los centros residenciales, los residentes delegan la función de obtención de la mediación, y bajo la misma premisa del ciudadano de elección de farmacia, la residencia elige por temas de optimización de recursos, normalmente una única farmacia que les suministre los productos farmacéuticos.
Todos sabemos que el planteamiento de la administración de elección por su parte de la farmacia que ha de suministrar la medicación a la residencias tiene una justificación económica, pretendiendo reducir los costes que le supone la factura farmacéutica de los residentes.
No pretendo entrar en lo expuesto, pero si me gustaría hacer una reflexión sobre otros temas. Llevando más de 15 años de experiencia en la dirección de un centro residencial, siempre le he pedido dos cosas a la farmacia con la que hemos trabajado: preparación de medicación en unidosis y suministro rápido de productos.
Con la receta médica se obtienen los medicamentos en las farmacia, pero es inviable tener todos los productos completos y no preparados en unidosis por tomas, para administrarlos en el momento justo a cada residente. En caso contrario a la obtención de la unidosis, éstas se han de preparar en el centro residencial, con lo que se ha de invertir muchas horas al año para ello.
Los centros residenciales acostumbran a tener médico propio que puede prescribir, médicos de los servicios públicos de salud que también pueden prescribir o residentes que vuelven de visita médica u hospital con recetas. Con estas prescripciones se ha de obtener los medicamentos de la farmacia, por lo que desde la residencia se ha de ir a buscarlos a la farmacia o que la farmacia los traiga a la residencia.
En mi caso pido que semanalmente suministren las unidosis y que el suministro sea en el día, o exceptualmente si el pedido se hace a última hora, tenerlo a primera hora de la mañana, y mucho me temo que si hacen concursos para el suministro farmacéutico a residencias, ambos requisitos caigan y sea el centro residencial el que tenga que encargarse, dedicando mucho tiempo de su personal a ello, y más si encima se ha de ir a farmacias hospitalarias fuera de la población.
Esto es una completa incongruencia cuando se está hablando del cambio de modelo asistencial, y en el que muchos plantean la necesidad de incrementar los ratios de personal. Este posible cambio en la gestión de farmacia de las residencias conllevará seguramente a una dedicación extra por parte del personal del centro residencial y por tanto un menor tiempo de atención directa a los residentes.
Así que pediría a las personas de las administraciones que quieran legislar, que aunque no lo hayan hecho en otras ocasiones, dejen participar en la toma de decisiones a las personas que estamos realmente con los usuarios, ya que en definitiva repercutirá en una mejor atención.
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