Apreciados amigos y amigas,
hoy quiero compartir algo un poco diferente: una felicitación para esta semana navideña y la entrada de 2024.
Mientras las luces iluminan las calles, las ciudades compiten por ser las mejor engalanadas y las melodías festivas resuenan en el aire, leo una noticia y me viene a la mente una residencia de personas mayores imaginaria, 'El Hogar Perseida', donde cada año, por estas fechas, los residentes y el personal se reúnen para buscar en el cielo una estrella fugaz que anuncie la llegada de la Navidad. Algo que empezó como una broma para entretener a los que “se quedaban”, cuando la mayoría de los residentes se iban a casa de familiares a pasar las fiestas.
Ahora que se quedan casi todos, es una tradición que, según dicen, trae buena suerte y esperanza para el año venidero. Cuanto más tarda la estrella en llegar, más rato tienen que pasar mirando por la gran vidriera del salón a partir de las seis de la tarde escudriñando el oscurecido cielo, hablando entre ellos para pasar el rato, compartieron historias, algunas risas y muchos recuerdos. A menudo, se producen silencios en los que cada uno escucha en su interior las voces de las navidades pretéritas.
Cuando coinciden muchas, empiezan a hablar más alto hasta que el silencio se hace ensordecedor. El año que coinciden auxiliares y residentes cantarines, son los villancicos los que se imponen a las voces del recuerdo.
Sea como sea, año a año, en el Hogar Perseida, en Navidad el tiempo pasa a una velocidad diferente durante esa semana. Se estira y se contrae, se enrolla sobre sí mismo, haciendo que los pensamientos sean tan intensos que hacen que los familiares que no han visitado a sus mayores se sonrojen en las fotografías de colores desmayados que descansan en las mesillas y estantes de los dormitorios, avergonzados, por lo menos en imagen.
Algunos residentes, afectados por deterioro cognitivo, parecen entender, por momentos lo que pasa a su alrededor y regresan después caminando al laberinto crepuscular en que se ha convertido su cotidianidad, acomodándose en una vida en la que el olvido y la confusión son llevaderos gracias al apoyo de las gerocultoras y profesionales.
Para aquellos que dejaron atrás los años en los que pedir tres deseos era una esperanza razonable de las que lleva a la gente a frotar todas las lámparas que se encuentra por el camino, la magia de la Navidad puede ser algo más sosegado. Algo que puede surgir en momentos compartidos y no solo en los deseos concedidos.
Así, con el espíritu sereno del Hogar Perseida, deseo que 2024 sea un año estelar para todos. Que las residencias no solo estén a plena ocupación sino que lo estén con precios adecuados que reflejen el valor de su trabajo y permitan que tanto las residencias como sus empleados prosperen en un entorno justo y equitativo.
Y, por supuesto, no olvido el deseo de una relación de confianza y entendimiento mutuo con la Administración.
Con estos deseos, os mando un fuerte abrazo, felicidad y buena salud para todos.
¡Felices fiestas y un mejor año nuevo!