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FRENTE A LA ESTRATEGIA DE DESINSTITUCIONALIZACIÓN, LOS QUE OPINAN QUE HACE FALTA DE TODO Y FINANCIACIÓN

¿Se debería frenar la construcción de residencias en España? ¿De verdad no necesitamos más residencias?

Una persona mayor en la cama de su habitación en una residencia.
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Una persona mayor en la cama de su habitación en una residencia. (Foto: JC/Dependencia.info)
jueves 11 de enero de 2024, 04:40h

El incremento del envejecimiento de la población y, por tanto, cubrir la necesidad creciente de servicios y plazas en centros de día y residenciales es un reto ineludible de la Administración en España. Con la idea de dar respuesta a esta demanda, muchas empresas siguen manteniendo sus proyectos de atención domiciliaria y también de nueva construcción de residencias. No es menos cierto que con un entorno legislativo cambiante, algunos grupos han frenado algunas iniciativas e inversiones.

Hay estudios que dicen que en España hacen falta mil residencias y otros que apuntan que en algunos países de los que consideramos avanzados en la materia ha descendido la cobertura de residencias en los últimos años en favor de otro tipo de servicios. En cualquier caso, los datos del IMSERSO indican que hay 200.000 personas en lista de espera para recibir un servicio para su dependencia. La necesidad existe.

También con datos del IMSERSO, el fundador de Inforesidencias.com, Josep de Martí, explica en el artículo 'Retos geroasistenciales para 2024, ¿hacen falta más residencias?' que "la residencia es la respuesta a una necesidad, no una elección" y opina que t"odos preferiríamos no necesitar una residencia". Pero para ello, subraya, hace falta financiación. Viene a señalar que no es mala cosa la atención domiciliaria ni la residencial, pero recalca que cada una de las 534.321 personas mayores que recibía SAD en España en 2022 le tocaban unos 34 minutos al día y, además, se pregunta: ¿Podemos de verdad pensar que por 60€/día (el dinero que paga la Administración por una plaza concertada) se pueden cubrir todas las necesidades de una persona dependiente?

Por ello, ante esta necesidad creciente de atención y de cuidados nos preguntamos: ¿Se debería frenar la construcción de residencias en España? ¿De verdad España no necesita más residencias? ¿Deberían existir menos centros residenciales?

Estrategia de desinstitucionalización

Mayte Sancho, psicogerontóloga experta en atención a personas mayores, apuntaba a Dependencia.info que "si tenemos un buen desarrollo de un modelo de cuidados de base comunitaria, el modelo actual de instituciones residenciales debería transformase, como se está intentando, a través de la estrategia de desinstitucionalización y de lo que se lleva haciendo desde hace 50 años en otros países con mayor recorrido en sus sistemas de cuidados de larga duración". "Hay mucha evidencia científica sobre esto", añadía.

Recordaba que los últimos datos de la OCDE (Health Statistics 2023) reflejan que "durante los últimos años ha ido descendiendo el número de ratios de cobertura de residencias" en la mayor parte de los países, especialmente en aquellos más modélicos en su desarrollo de sus sistemas de bienestar, es decir los países nórdicos sobre todo. Incide Sancho en que "no es que vayan para abajo porque no haya alojamientos para personas mayores, sino que hay otra concepción, menos institucional, mucho más diversa y más cercana a la generación de entorno hogareños".

A este respecto era clara: "Yo no puedo entender cómo en este país todavía se están inaugurando hoy residencias de 200 plazas, -aparte de que va en contra de lo establecido en el Acuerdo de Acreditación aprobado-. En algún momento habrá que afrontar este proceso de transformación, a no ser que desde ahora, este tipo de centros se diseñen en unidades de convivencia reales, de no mas de 15 plazas, preferiblemente 12. Pero esto pasa porque creo que no hay una visión clara de lo que queremos las personas. La mayor parte de la población no queremos ir a un alojamiento de 200 plazas. ¿Por qué se hacen? Esto no quiere decir que en ningún caso no tengan que existir alojamientos".

Preguntada por que los proyectos con 200 plazas se hacen por viabilidad económica, Mayte Sancho parte de la necesidad de dedicar más financiación a los cuidados de larga duración. pero también señala que "no llamemos unidades de convivencia a 30 plazas" y se pregunta: "¿Hay algún hogar de ese tamaño?

¿Y si no se hicieran residencias en España, qué pasaría?

La experta entiende que "depende del desarrollo de servicios domiciliarios y comunitarios que tengamos para dar respuesta a los deseos de las personas: quedarse en su entorno cercano". Y lo explica: "Un modelo ecosistémico, territorializado, integra en todo caso alojamientos para toda la vida, entre las que están las residencias, transformadas claro. Es evidente que hay un grupo de personas, generalmente con deterioro cognitivo y edad avanzada, con ausencia de red familiar y social y viviendo solas, que tienen que recurrir a un modelo de residencia o alojamiento para toda la vida: eso sí, hogareño y significativo para la persona".

No contempla que no haya servicios domiciliarios y comunitarios" porque no cabe en nuestra situación actual en España y en Europa". Mayte Sancho insiste en que "existe consenso sólido en la defensa de generar recursos cercanos y acordes con las necesidades y deseos de las personas" y asegura que todos los Organismos internacionales se posicionan insistentemente en este modelo de atención.

De esta forma, esta psicogerontóloga experta en atención a personas mayores comparte el planteamiento a día de hoy: "Dejemos ya de hablar casi exclusivamente de ratios de plazas residenciales porque lo que tenemos que hablar y sobre todo construir es un modelo de cuidados de larga duración en los que el domicilio está en el centro. El planteamiento yo creo que es hablar de organización de cuidados en el entorno comunitario en el que, ¡cómo no!, entran los alojamientos, ¡claro que sí!".

Sancho apunta que prefiere utilizar el concepto de alojamiento porque lo considera "mucho más diverso que el concepto residencia": "El alojamiento tiene que estar asociado a diversidad de soluciones para diversidad de perfiles de personas, de situaciones de dependencia y de situaciones que pueden derivar en dependencia, que son todo el mundo de viviendas colaborativas, senior living, cohousing, viviendas para toda la vida". "Creo que todo esto que empieza a surgir con fuerza en los últimos años, es un mundo mucho más abierto que residencias o servicios domiciliarios", concluye.

Faltan recursos intermedios

Pilar Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares, preguntada también sobre si deberían existir menos centros residenciales, opina: "No, yo no digo el número que debe ser adecuado de residencias, digo que tiene que haber todos los servicios, todos, los que hay disponibles más los que se puedan poner, porque la necesidad va a ser muy grande, pero hay que hacer un esfuerzo, quizá mayor, en todo lo que tiene que ver con poder vivir en casa, que es la atención domiciliaria, es la teleasistencia, son las adaptaciones de vivienda, los centros de día… lo que ocurre ahora es que algunas personas van a una residencia porque les faltan esos recursos intermedios".

Entiende Rodríguez que "si los hubiera, habría menos demanda para la residencia; mucha gente no habría ido a una residencia si tiene un centro de día donde le atienden".

Para esta experta en Atención Integral Centrada en la Persona otra cosa son los apoyos a la familia, porque "siguen cargando con el mayor peso en el cuidado y muchas se ven abocadas a tomar la decisión de llevar al familiar a una residencia, pero porque no pueden más". Pilar Rodríguez tiene calculado lo que cuesta tres turnos de 8 horas para tener una persona con demencia atendida las 24 horas: "Te sale a 10.000 euros al mes, porque son tres turnos más las vacaciones más los fines de semana...".

Así, la presidenta de la Fundación Pilares opina que "las residencias son necesarias, pero no las residencias que hay ahora, eso es lo que hay que mejorar". Tambien piensa que tienen que cambiar los servivios: "Tienen que mejorar y ofrecerse de una manera en que la gente pueda elegir de un abanico grande y que no esté todo tan compartimentalizado". "Tiene que ser una cosa mucho más fácil de hacer llegar a las personas y acompañar a las familias y cuando es necesario ofrecer residencia, se ofrece, u otro tipo de alojamiento. Los cohousing, los apartamentos con servicios, las residencias más bien pequeñas. Todo lo que tiene que ver con seguir viviendo una vida decente y con sentido", remarca.

Las patronales, las representantes de las empresas que ofrecen los servicios a las personas mayores y dependientes, también opinan sobre el cambio de modelo de atención y sobre si hacen falta menos residencias. En lo que coinciden casi todas es en la necesidad de financiación para dar el servicio que se necesite con coherencia y sentido común:

Josune Méndez de Cruz, secretaria general de AESTE: ¿Por qué no hacer compatible los dos recursos, la atención domiciliaria y la residencia?

"Nosotros defendemos un modelo en el que se prime la capacidad de elección de las personas. En este sentido, si entendemos que las personas mayores por lo general prefieren vivir en su casa, estamos de acuerdo en que este es un tipo de recurso que sin duda debemos promover. Sin embargo, las residencias también son necesarias porque siempre va a haber personas que las necesiten porque no podrán ser atendidas en domicilio.

Así pues, tenemos que ser capaces de dar respuesta tanto al que se quiere quedar en su casa como al que quiere o necesita ir a una residencia. O también, por qué no, hacer compatibles los dos tipos de recursos.

Con todo ello y teniendo en cuenta también el envejecimiento de la población y la falta de plazas de residencia que hoy día tenemos y prevemos también para los próximos años, pensamos que sí es necesario seguir promoviendo la creación de nuevas plazas de residencia debiendo ser este crecimiento siempre, coherente y sostenible".

Ignacio Fernández-Cid, presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia (FED),: "La construcción de nuevos centros deberá estar en función de los deseos de los mayores y de sus familias"

"Siempre hemos coincidido en que las personas mayores deberían poder envejecer en sus domicilios y de hecho así se está produciendo puesto que el 95,8% de éstos vive en sus casas. Sin embargo, para ese pequeño porcentaje de personas mayores que son dependientes y necesitan ayuda para las actividades básicas de la vida, en caso de quererlo, evidentemente, deberemos ser capaces de poder ofrecerles alternativas a su domicilio, centros que cada día sean mejores y más adaptados a sus necesidades y deseos y con toda clase de avances tecnológicos para hacerles la vida mejor y más fácil.

Por tanto, la construcción y desarrollo de nuevos centros en realidad deberá estar en función de los deseos de los mayores y de sus familias, no de planes concebidos al margen de la realidad".

Cinta Pascual, presidenta del Círculo Empresarial de Atención a la Dependencia (CEAPS): "A las puertas de un baby boom hace falta de todo, porque ahora hay muchas personas que atender"

"Yo no me atrevería a decir que no hacen falta residencias para gente mayor y centros de día y empresas de atención domiciliaria. Yo creo que a las puertas de un baby boom como en el que estamos en estos momentos hace falta de todo porque ahora hay muchas personas que atender y por supuesto que necesitamos servicios y, sobre todo, servicio de calidad.

Lo que sí hace falta, sin duda, es financiación. Con una financiación adecuada, pasando del 0,9% del PIB al 2%, que es lo mínimo que tienen los países de nuestro entorno de la UE para la atención a las personas mayores, haríamos muchísimas más cosas, crearíamos servicios de más calidad, tal vez también infraestructuras nuevas, pero sobre todo, lo más importante y lo que importa a las personas, les subvencionaríamos para que pudieran estar en una residencia o en un centro de día o en atención profesional".

José Luis Pareja, presidente nacional del Grupo Social Lares: "Desinstitucionalización versus residencias"... durante años van a tener que convivir ambas tendencias"

"En la actualidad no podemos entrar en la dicotomía "desinstitucionalización versus residencias" porque durante años van a tener que convivir ambas tendencias. La lista de espera para personas que precisan entrar en una residencia es tremendamente cruel en lo que a espera se refiere: para ellas y para sus familias. Esas personas no siempre pueden tener como alternativa la permanencia en sus casas por cientos de razones: ubicación y localización de la vivienda, inexistencia de recursos de proximidad inmediatos, remodelación de la propia vivienda -muchas de ellas muy antiguas- y por la diferencia entre entorno urbano/metropolitano y rural.

Por otro lado, los centros de día, siendo un recurso "intermedio", presentan limitaciones lógicas en cuanto a la atención de esas personas cuando su deterioro se hace cada vez más evidente..... dejémonos de demagogias y sentémonos para hablar y dialogar desde el conocimiento y no desde el titular llamativo. Llevo más de 20 años trabajando en un centro residencial y cada día me sorprendo con la enorme desinformación que existe sobre ellos y las soluciones mágicas que nos ofrecen los políticos y ciertas corrientes de opinión".

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