Varios estudios en todo el mundo reflejan con toda lógica que la mayoría de las personas quiere permanecer en su entorno y en su hogar todo el tiempo que sea posible. El colectivo LGTBI, igual, pero no lo tiene tan fácil. Para que la permanencia en el hogar se prolongue el mayor tiempo posible, las personas mayores requieren soluciones que compensen los cambios físicos y sociales relacionados con la edad y éstas han de considerar las diferentes características personales de los usuarios, promoviendo su empoderamiento, además de aspectos de viabilidad tecnológica, económica y funcional.
Hay, por tanto, que ofrecer múltiples servicios según la demanda y necesidad. Pero en España, por ejemplo, no hay empresas de atención a domicilio que esté dirigidas exclusivamente a personas mayores dentro del colectivo LGTBI. "Las condiciones y necesidades son claramente cambiantes y ofrecen al sector gerontológico una oportunidad de crecer dentro del sector LGTBI+... Teniendo solo en cuenta la demanda y la lista de espera, la economía plateada LGTBI+ es sin duda muy interesante y la innovación para un mejor envejecimiento, imprescindible", explica a Dependencia.info el consultor de innovación en Gerontología Social y experto en temática LGTBI Stephan Biel.
Biel tiene claro que "el colectivo LGTBI es tan diverso cómo la sociedad en general, sin embargo, a la hora de estar atendido en un servicio se sienten discriminados por su orientación sexual". "A raíz de esto, el colectivo reclama más sensibilidad y empatía hacia ellos, pero no un trato especial, sino, ser respetado tal y como son", añade.
En esta misma línea se expresa el presidente de la Fundación 26 de Diciembre, Federico Armenteros, que opina que "no hay" servicios de atención a las personas mayores de este colectivo porque no son visibles: "No lo hay porque, al no estar visibles, al no haber datos, cómo se va a estudiar. Se nos sigue diciendo sé lo que te dé la gana, ya te lo permitimos, pero no lo digas, no seas visible".
Armenteros subraya que quieren que haya residencias para todos: "Nosotros queremos la diversidad. No queremos que se nos catalogue de gueto. ¿Por qué tenemos que ir a centros donde se nos insulte? Cuando somos mayores, queremos ir a sitios donde estemos tranquilos, entre iguales, con gente que nos reconoce, que nos respeta, con gente que está formada para tratarnos. Eso es lo que estamos pidiendo porque no lo hay".
Falta de visibilidad y falta de recursos
El presidente de la Fundación 26 de diciembre lamenta que no se sepa cuántas personas LGTBI mayores hay en España: "Es una cuestión que debe estar ya normalizada, pero da miedo preguntar la orientación sexual. ¿Se sabe cuántas personas votan al PP o al PSOE y no sabemos cuántas personas somos diversas?". Aun así, recogiendo el dato de ese 10% de población homosexual del informe Kinsey (del año 1948), apunta Armenteros, "estamos alrededor de 950.000 personas en toda España mayores de 65 años y no es nada desdeñable que haya cerca de un millón de personas mayores de 65 años del colectivo LGTBI".
Pero ante esta franja del 10% de la población, los recursos en servicios destinados especificamente hacia este colectivo son muy escasos. Stephan Biel nos recuerda: "Korian, bajo su marca Seniors Residencias, ofrece actualmente sus llamadas "Rainbow Apartments LGTBI Friendly" con 48 apartamentos en Benalmádena, en Málaga. Según la empresa las instalaciones facilitan al colectivo una vida autónoma y tranquila en un entorno seguro de LGTBI fobia. La Fundación 26 de diciembre tiene una residencia en Villaverde (Madrid) para personas LGTBI+ en situación de dependencia. Por otro lado, la Fundació Enllac de Barcelona es una entidad que defiende también los derechos del colectivo LGTBI+".
Faltan residencias LGTBI y falta formación
Entonces, la pregunta es: ¿Hacen falta residencias LGTBI o simplemente hace falta formación, sensibilización, concienciación...? Federico Armenteros es claro y tajante: "Claro, hace falta formación y educación y concienciación y sensibilización, pero también alguna residencia específica. Cuando pones a la persona en el centro, que es lo que estamos intentando ahora, la persona te dice que quiere estar con los suyos. ¿Y qué mal hay?"
Stephan Biel, enfermero humanista se extiende un poco más: "¡No es que no me guste vivir con otras personas mayores, es que no quiero volver al armario! Esta es una expresión real, es el miedo de muchos mayores del colectivo LGTBI+, no poder ser cómo y quién eres, esconder tus deseos y ser rechazado. Por ello, países cómo Suecia, Holanda, Alemania, Austria, España o EEUU, entre otros, ofrecen ya, a través de asociaciones, fundaciones o empresas privadas, servicios dirigidos a ellos como: apartamentos con servicios, residencias asistidas, housing, sello gay friendly, centros de apoyo... con el fin de vivir como quieres, sin dar explicaciones y cuando se les pregunta qué más quieren te dicen que ahora servicios propios. ¡Pues sí. No se trata de hacer guetos, sino de respetar la dignidad!
Sin servicios especiales, sólo formación en diversidad
Otra pregunta a los expertos en las necesidades del colectivo sería si requiere algún servicio especial, distinto, un residente LGTBI. Biel considera que "servicios espaciales, no; ofrecer un servicio digno e individual, sí". Y lo desarrolla: "Hay que estar muy atento a lo que piden las personas y nadie tiene que decidir si se desarrolla un servicio específico para ellos o no, eso lo decide la propia persona y la sostenibilidad del proyecto. Lo importante es que participe, que desarrolle y diseñe servicios centrados y dirigidos por las personas.
Explica que en BIEL Consulting, en cooperación con INTRESS y la organización RozeZorg de Amsterdam, están "trabajado en un 'sello LGTBIQ+ friendly' para dar más énfasis hacia la diversidad, sensibilidad y no solo para hacer el llamado 'Pinkwashing' o lavado de imagen rosa".
Por su parte, el presidente de la Fundación 26 de diciembre tampoco cree que el colectivo requiera de ningún servicio especial o distinto, pero sí ha destacado que ahora ha venido un grupo importante de residencias y les ha pedido una "formación a todo su personal en diversidad porque quieren ser abiertos". Y eso está muy bien, dice, porque "si quiero que una residencia admita la diversidad, tendré que formar al profesional que no ha sido formado nunca".
Armenteros señala que "este cerca de millón de personas LGTBI mayores irían a gusto a cualquier centro que respetara la diversidad, donde hubiera un sello que garantiza que estarás tranquilo, aunque haya heterosexuales". "La principal reivindicación como colectivo que se hace a las administraciones es que sean diversas, que trabajemos por la diversidad. Necesitamos que se hable de esa diversidad y que se haga una educación en sexualidad normalizada", insiste.
El presidente de la Fundación 26 de Diciembre, Federico Armenteros. (Foto: TVE)
Por esto, el presidente de la fundación cree que existe discriminación "porque tienes que ser normal. Todas las diversidades estamos en esta sociedad y tenemos que ser visibles, porque como no lo seamos, entras en una situación en la que eres aceptado, siempre y cuando no digas que eres maricón o que eres lesbiana". Y concluye: "la gente LGTBI no quiere ir a esos espacios donde me tengo que meter otra vez en el armario y tengo que convivir con los que me han machacado y no se ha hecho nada. Tenemos los mismos derechos que todos los demás".
En este sentido, Stephan Biel recuerda que él ha sido "humillado por un enfermo en un hospital en urgencias" por su orientación sexual". Sostiene que estudios tanto a nivel internacional como nacional confirman que "hay un problema que requiere sensibilización a los profesionales tanto en el ámbito sanitario como social". Una respuesta a esta problemática es de la Generalitat de Catalunya, incide, que ha publicado en marzo de este año una Guía práctica para incorporar la perspectiva LGTBI+ en las residencias y otros centros y recursos para las personas mayores.
"El acceso a servicios seguros y cordiales puede ser difícil para los adultos mayores LGBT que no viven en ciudades grandes", indica el observatorio de SAGGE EEUU, que confirma que hay necesidad de actuar y poner a disposición guías de buenas prácticas. Igualmente, la Comunidad Foral de Navarra ha presentado un estudio sobre el colectivo en esa comunidad y una de sus conclusiones hace referencia al edadismo, que discrimina el doble al colectivo LGTBI+.
Atención a Domicilio a hombres homosexuales
Precisamente, en el próximo viaje de Inforesidencias a la ciudad de Berlín se va a visitar una empresa de Atención a Domicilio que atiende a hombres homosexuales. Para Stephan Biel, asesor y formador de innovación en gerontología social, lo más sorprendente será "ver que una empresa privada de Servición de Atención a Domicilio se dedica también al colectivo LGTBI+, y entender que cuidar personas no tiene fronteras, sino que todos somos iguales y lo que queremos es tener calidad de vida y bienestar, saber ser cuidado en un espacio seguro y digno".
Y concluye: "Sólo la perspectiva de sexo/ género no debe limitar la visión o ignorar o descuidar otras características de desigualdad. La atención consciente de la homosexualidad entre los profesionales, y su anclaje conceptual, no solo promueve la inclusión al colectivo LGTBI en la práctica de la atención, sino, abre una perspectiva adicional, por ejemplo, detectar la necesidad sexual de personas heterosexuales, y estilos de vida, que difieren en parte de la considerada heteronormatividad. (Enfoque diversity (van Keuk et. all)". Fuente: (Disertación, Heiko Gerlach und Markus Schupp, 2017)
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