La Comunidad de Madrid ha iniciado los trabajos para implantar su nuevo modelo de atención a los mayores en la residencia pública de Navalcarnero, en la que va a invertir 20 millones de euros con el objetivo de crear unidades de convivencia más reducidas y personalizadas.
Así lo ha anunciado hoy la consejera de Familia, Juventud y Política Social, Concepción Dancausa, durante su visita a este centro que pertenece a la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS), donde ha repasado los detalles de un proyecto que ya ha salido a licitación y que, entre otros aspectos, permitirá incrementar de 120 a 175 las plazas disponibles.
Dancausa ha explicado que el objetivo principal de este nuevo modelo “es dar una atención más personalizada y un ambiente más cálido a las residencias, para que las personas que viven allí sientan que tienen un nuevo hogar que se adapta a sus necesidades”. Con esta idea, la AMAS reordenará el inmueble de Navalcarnero en nueve unidades de convivencia de tamaño más reducido: tres módulos de 24 residentes, tres de 18, dos de 20 y uno de nueve. Todos tendrán su sala de estar-comedor de unos 10 metros cuadrados por usuario, un office y zona de control de personal.
Estos espacios permiten que las relaciones interpersonales se puedan desarrollar de manera más fluida, con personal específico y programas adecuados a los residentes, lo que favorece la conservación de las capacidades funcionales y cognitivas de las personas mayores. Por su parte, los servicios comunes estarán en la planta baja, entre ellos administración, atención médica, enfermería, terapia ocupacional, fisioterapia, cocina, comedor y zonas de estar.
“Queremos aumentar el número de habitaciones individuales y acabar con las triples en todas las residencias públicas para seguir colocando a la persona en el centro de la atención”, ha señalado Dancausa. En la actualidad, de las 6.225 plazas autorizadas en las 25 residencias de la AMAS, existen 2.418 (38,9%) en habitación individual, 3.582 (57,5%) en habitación doble y 225 (3,6%) en habitación triple.
Esta obra, junto a otras que está planeando la Agencia Madrileña de Atención Social, tienen en cuenta la necesidad de que las residencias cuenten con un mayor espacio para evitar perder plazas en la transición al nuevo modelo, ya que la creación de unidades familiares de menor tamaño y el aumento de habitaciones individuales precisan obligatoriamente de una mayor extensión.