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DANIEL SALVATIERRA, SECRETARIO GENERAL ANDALUZ DE POLÍTICAS SOCIALES

Centros residenciales de Cuidados Intermedios en Andalucía, "una apuesta por los cuidados especializados para las personas mayores"

Una residencia de personas mayores en Andalucía.
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Una residencia de personas mayores en Andalucía. (Foto: Junta de Andalucía)
miércoles 19 de mayo de 2021, 03:43h
El secretario general de Políticas Sociales, Voluntariado y Conciliación de la Consejería, Daniel Salvatierra.
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El secretario general de Políticas Sociales, Voluntariado y Conciliación de la Consejería, Daniel Salvatierra.

La Junta de Andalucía ha presentado recientemente la nueva red de Centros residenciales de Cuidados Intermedios en Andalucía, "una apuesta por los cuidados especializados para las personas mayores de la región".

Así explica en qué consisten estos centros en Dependencia.info el secretario general de Políticas Sociales, Voluntariado y Conciliación de la Consejería, Daniel Salvatierra, que nos cuenta que, además de esta nueva red, van a crear centros específicos para Alzheimer y otras demencias.

También insiste en que están trabajando en una legislación postcovid basada principalmente en la calidad asistencial de cualquier centro de atención a personas mayores y su evaluación.

Esta semana hemos oído hablar de la nueva red de Centros residenciales de Cuidados Intermedios en Andalucía, unos días antes del Mapa de Recursos de la Dependencia y hace unos meses del I Plan Estratégico para Mayores, entre otros programas… ¿Cómo vertebra la Junta de Andalucía todo esto?

Pues en el sentido inverso de cómo lo has enumerado. El I Plan Estratégico para Mayores se aprobó en Consejo de Gobierno en noviembre. Se trata de un documento estratégico importantísimo porque tiene un diagnóstico muy potente al que tuvimos que dedicar casi tres cuartas partes del tiempo de redacción del plan porque no había datos agregados.

Nos dimos cuenta aquí de que la Administración tiene que ir por delante de lo que demanda la ciudadanía en planificación estratégica y creo que hay tecnología más que suficiente para atender esa necesidad.

El reto demográfico que tenemos encima junto con el nivel de dependencia a la que la persona llega a edad avanzada, sobre todo a partir de los 80 años, hace que haya que organizar los recursos y ponerlos donde realmente hacen falta. Ahí surge el Mapa de Recursos de la Agencia de Servicios Sociales de la Dependencia, que es el órgano instrumental de la Consejería que gestiona directamente la atención a la dependencia en Andalucía.

Este mapa se genera analizando las tasas de cobertura que tiene la agencia, tanto a nivel de área como de zona de servicios sociales, que están divididas en distintos niveles (los que recomienda la OMS). Esto es una herramienta estratégica muy importante porque sabremos dónde tenemos un vacío de servicios públicos y poder ponerlos en las zonas con peor tasa de cobertura a la ciudadanía.

Esto se va a hacer para centros residenciales y está en proyecto los centros de día.

Y la nueva red de Centros residenciales de Cuidados Intermedios también viene a cubrir estas carencias de servicios

Claro, nos damos cuenta también de que existe un vacío asistencial con respecto a las patologías potencialmente cronificables, es decir, aquellas que tienen una ventana de rehabilitación limitada en el tiempo y cuyo desaprovechamiento a nivel terapéutico te deriva directamente a un nivel de dependencia que no le corresponde a la propia patología si se le hace un aprovechamiento de esta ventana.

El caso más claro es el ictus, que tiene una ventana de rehabilitación de 6 meses, una fase de hospitalización de 22 días y te mandan a casa. En este punto, la población se divide entre los que pueden pagarse un recurso privado y, por tanto, aprovechan su ventana de rehabilitación, y los que no pueden costearse un centro privado.

Me parece importante resaltar en este punto que esta carencia grava el sistema de la dependencia y lo pone en peligro con respecto a la sostenibilidad en el tiempo y hacer frente al reto demográfico del mismo. Porque pasado un año, un valorador dice que una persona tiene un grado 3 que podría haber sido completamente tratable dentro de la ventana de rehabilitación de la patología. Además, como sistema público, estás condenando a una persona por falta de esa continuidad de cuidados a una situación de dependencia que no le corresponde.

¿Qué caracteriza a estos centros de cuidados intermedios?

Entendemos que estos centros deben tener una característica importantísima, que es ser un centro de cuidados de proximidad. Si una persona va a necesitar estos servicios durante 3 o 5 o 9 meses, lo que se determine en cada patología el protocolo de actuación, es importante que esté cerca de su entorno familiar. En Andalucía, la única red de centros que tenemos son los de atención a la dependencia.

Pretendemos, con una nueva regulación que estamos trabajando en ella, que puedan convivir dos tipologías de centros en un mismo edificio siempre y cuando vayan destinadas a la misma población objeto, es decir, mayores con mayores y personas con discapacidad junto a personas con discapacidad. De esta forma aprovecharíamos esta implantación territorial tan importante que tienen estos centros de atención a la dependencia en Andalucía.

¿Cómo funcionan estos centros, con quién hay que ponerse en contacto?

Vamos a tratar que se la Administración la que tenga una actitud proactiva en la asignación de este recurso. Dejando, obviamente, la libertad al ciudadano de acogerse o no. Pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de actuaciones muy rápidas y si nos metemos en un laberinto burocrático al final nos vamos lejos en el tiempo.

Hay que tener en cuenta que en estas patologías el principal enemigo es el tiempo.

¿Alguna iniciativa más en la que estén trabajando en la Junta de Andalucía?

Pues ya te adelanto que además de la nueva red de Centros residenciales de Cuidados Intermedios vamos a crear centros específicos para Alzheimer y otras demencias.

También vamos sacar un decreto para hacer una simplificación muy importante de los trámites administrativos porque unificamos la autorización y la acreditación junto con la inscripción en el registro en un acto administrativo único. Esto, además de los beneficios que tiene para la pequeña y mediana empresa y para el pequeño emprendedor, tiene unos beneficios muy importantes que también nos ha enseñado el covid-19 y es que actualmente, en Andalucía, los centros que solamente están autorizados tienen unos requisitos que cumplir y los que solamente están acreditados tienen otros.

La idea es que hay que atender a una persona que tiene unas necesidades y me da igual si está en servicio público o privado y la administración tiene que, por igual, requerir los mismos requisitos. Porque el covid no ha discernido según las autorizaciones administrativas de las residencias.

Hablando de personas mayores y residencias, ¿cuál es el principal problema que tiene ahora mismo sobre la mesa el secretario general de Políticas Sociales, Voluntariado y Conciliación de la Consejería?

Tenemos un problema y es que tenemos que poner sobre la mesa toda experiencia que nos ha proporcionado el covid-19 y que se vea reflejada en una nueva normativa que dé un modelo de atención que sea moderno y que hable de indicadores de calidad.

Nos parece mucho más interesante establecer indicadores en los que midamos la calidad asistencial más que hablar de ratios estrictas. Preferimos medir qué queremos conseguir con la incorporación de una profesional. Vamos a requerir unos mínimos, pero, por supuesto, vamos a empezar a evaluar realmente la calidad asistencial.

¿Podemos hablar entonces de una legislación postcovid?

Si. Estamos trabajando ya en ella. Fundamentalmente basada en la calidad, pero también contar con una coordinación con el sistema de salud sin que pasen estos centros a ser centros sanitarios, seguirán siendo centros de servicios sociales. Si legalmente una residencia es el domicilio de una persona mayor, ésta tiene derecho a una asistencia especializada cuando la requiera. No podemos caer en el error de medicalizar una residencia para evitarnos la asistencia hospitalaria.

También se apostaría por las unidades de convivencia en las residencias entre otras muchísimas cosas, como empezar a exigir desde la administración el cumplimiento de estos indicadores de calidad de los que hablamos, como no tener un número determinado de sujeciones mecánicas, habrá que vigilar la polimedicación, las sujeciones químicas o cómo de bien alimentada está la persona institucionalizada.

¿Y trabajan también en la Junta de Andalucía en un cambio de modelo de residencias de mayores?

No, trabajamos en un cambio de modelo de atención. Las residencias serán como tengan que ser y habrá que respetar, también por seguridad jurídica, la disposición que tienen las residencias. Tenemos que dar una garantía de que mañana no va a haber una nueva normativa y todo el esfuerzo realizado por instituciones y sociedades mercantiles para iniciar proyectos va a saltar por los aires.

Me gusta hablar de modelo de atención, de que al final podamos evaluar la calidad asistencial real que hay en un centro.

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