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EL PRESIDENTE DE LARES CREE QUE "LO SANITARIO HA ARROLLADO A LO SOCIAL"

Juan Vela, presidente de Lares.
Juan Vela, presidente de Lares. (Foto: Lares)

Juan Ignacio Vela: "No podemos convertir las residencias en hospitales. Nadie quiere vivir en un hospital"

miércoles 15 de julio de 2020, 04:19h
"La falta de respuesta adecuada de lo sanitario ha arrollado por completo a lo social y las personas más débiles". El presidente nacional de Lares, Juan Ignacio Vela Caudevilla, lo tiene claro y por eso cree que "no podemos convertir las residencias en hospitales" porque "nadie quiere vivir en un hospital".
Así, es de la opinión de que hay que ser activos y proactivos, y no reactivos, y "debemos anticipar lo que sea necesario para proteger a los mayores y dependientes". Para Vela, "es lamentable que muchos sigan sin ver que el principal problema de esta pandemia ha sido la dejación de funciones del ámbito sanitario". Su apuesta es "crear centros Intermedios de COVID-19 para cortar las cadenas de contagio dentro de las residencias".
Por otra parte, el responsable de las entidades del sector solidario cree que el servicio y esfuerzo realizado pasará factura y "muchas entidades del Tercer Sector no podrán superar la falta de apoyo de las Administraciones Públicas".
De lo que ha pasado, de cómo prevenirlo y de cómo evitar y afrontar rebrotes habla Juan Ignacio Vela:
¿Qué valoración hace de lo que ha pasado en los últimos 4-5 meses en España con el sector residencial?
Ha sido una crisis sanitaria sin precedentes que ha derivado en una crisis humanitaria y de valores. La falta de respuesta adecuada de lo sanitario ha arrollado por completo a lo social y las personas más débiles, que lo han sufrido especialmente con una incidencia muy virulenta de la enfermedad, primero, y con unas condiciones de aislamiento brutales, después.
Desde nuestro punto de vista, no se tuvo en cuenta a los centros residenciales, al principio, porque se priorizó a los hospitales y se obviaron las especiales condiciones de los mayores. Lo más grave es que, tampoco, se está atendiendo ahora, en el teórico final.
¿Saca algo positivo de la experiencia vivida?
En LARES, hemos demostrado el por qué de nuestra existencia. Y lo hemos hecho en los peores momentos de la historia de la Humanidad de los últimos 100 años.
Cuando se fundó LARES, hace 25 años, nadie podía imaginar una situación tan extrema como la que hemos vivido. Pues bien, en estas circunstancias, nunca vistas, nuestros 35.000 profesionales han sido ejemplo de entrega y compromiso, con máxima generosidad y eficacia.
Hemos hecho todo lo que teníamos que hacer, para cumplir con nuestro objetivo: Personas que cuidan a personas y que no dejan a nadie atrás. Nunca. Estamos muy orgullosos de nuestra labor, y del reconocimiento que hemos recibido de nuestros residentes y de sus familias. La experiencia acumulada en los centros siempre será un punto fuerte en caso de que haya rebrotes y ante cualquier otra epidemia.
¿Cree que todo esto puede ser una oportunidad y servirá para que las administraciones apuesten más y gasten más en los servicios de atención y cuidado a las personas mayores, como por ejemplo en el concierto de plazas residenciales?
De esta experiencia, que ha sido muy dura y traumática, debemos aprender todos. Pero algunos, más. No se pueden volver a repetir los errores del pasado, por parte de las Administraciones Públicas, que han mirado hacia otro lado. En el principio de la pandemia, la excusa de "nunca nos hemos enfrentado a esto", podía colar. Ahora, conociendo lo que conocemos, repetir errores, sería inaceptable.
LARES es la única garantía real de colaboración entre lo público y lo privado. Somos ejemplo de cooperación y durante estos casi 4 meses hemos demostrado nuestra capacidad de marcar por dónde había que ir y estaremos encantados de seguir colaborando para encontrar las mejores soluciones. ¡Ojalá, ahora, nos hagan más caso! Es una obligación de todos, estar presentes en todas las mesas de debate y reflexión. En LARES, pedimos que nos inviten a todas, y allí estaremos.
Nosotros, por nuestra cuenta, ya hemos puesto en marcha encuentros internacionales de reflexión para adelantarnos y estar preparados. Los mejores expertos ya han dicho cómo hay que actuar y lo han dicho en marcos propiciados por LARES. Estamos manos a la obra, como siempre, y cualquier ayuda, será bien recibida. Hay que ser activos y proactivos, y no reactivos. Debemos anticipar lo que sea necesario para proteger a los Mayores y Dependientes. Nos preocupa el conformismo sobre nuestro sistema de dependencia y es lamentable que muchos sigan sin ver que el principal problema de esta pandemia ha sido la dejación de funciones del ámbito sanitario, en la que muchos ven un espacio que les beneficia.
El sistema de dependencia mejorará pero no tiene pinta de que lo haga en la cantidad necesaria para atender todas nuestras necesidades de acuerdo a los requerimientos de Lares. Tenemos al ventaja de una dirección general del IMSERSO que transmite compromiso con esa mejora. Todo sigue centrado en las necesidades del ámbito sanitario y sus reivindicaciones.
¿Qué hay que hacer desde las administraciones para evitar que mueran más personas en las residencias si se produjera un rebrote masivo y generalizado?
Hay que mirar dónde no se miró hace cuatro meses. Y contar con el criterio de quienes conocemos las necesidades porque las vivimos en primera persona. Las residencias de mayores han sido unas grandes desconocidas. Desde lo público, se han tomado decisiones que nos afectaban sin contar con nosotros. Esto no puede volver a suceder. Debemos establecer mesas de expertos y comités de seguimiento para tratar a los mayores como se merecen, y así, cuidarles, y al mismo tiempo, prevenirles de que, de nuevo, sean los más indefensos.
No puede volver a suceder que el colapso sanitario se lleve por delante derechos fundamentales de los mayores. Nosotros creemos que es necesario estar preparados con pruebas de detección periódicas realizadas desde el ámbito sanitario a todos los trabajadores y residentes, así como planificar y crear centros Intermedios de COVID-19, para cortar las cadenas de contagio dentro de las residencias y no saturar más las urgencias.
Quienes apuestan por una privatización encubierta del ámbito sanitario u otras ventajas de representación prefieren mirar a otro lado. Nuestra experiencia, vivida en primera persona, nos confirman que esas son alternativas reales y eficientes.
¿Y desde las propias residencias?
En la misma línea que le acabo de comentar. La Administración de Salud no puede pedirnos a nosotros que hagamos lo que ellos no han podido o querido hacer. Somos hogares, no hospitales. Algunos solo lo dicen de boquilla, por contentar a la opinión pública o defenderse, no por convicción. Y es clave que se garantice la Salud Pública Universal y Gratuita, la Atención Primaria.
Nuestros profesionales están preparados para lo que haga falta, pero si no hay EPIS para la Administración de Salud Pública, ¿cómo quieren que los consigamos nosotros? Ahora mismo, se está consintiendo la especulación con guantes de nitrilo. Nadie hace nada. Las EPIS sanitarias debe proveerlas Sanidad y no derivar resppnsabilidades.
Repetir el mal trato del aislamiento tal y como se ha hecho, incluso la prohibición del uso de jardines, definiría nuestra prioridad en las preocupaciones. Tenemos la esperanza depositada en las iniciativas de análisis, evaluación y diagnóstico del IMSERSO para los próximos dos meses.
Entretanto, desde la experiencia acumulada y la persona en el centro de atención se elaboran Planes de Contingencia y se planifica. A veces, paralelamente se sobrevive: muchas entidades del Tercer Sector no podrán superar la falta de apoyo de las Administraciones Públicas. No se puede volver a repetir que no se mire hacia dónde están los más débiles, los mayores.
¿Algún temor al respecto de responsabilidades judiciales por la gestión de las residencias?
Nuestro ejercicio de compromiso en el servicio, y entrega a los demás, cuidando con mimo y respeto, ha sido máximo, ha sido sobresaliente. Nuestros residentes, y sus familias, así nos lo han manifestado en todos los contactos que hemos tenido con ellos. En todo caso, si alguien considera que ha habido alguna mala práctica (puntual), y piensa que se debe reclamar alguna responsabilidad, que se haga, y caiga todo el peso de la ley. Hay que comprender el dolor de las familias, ponerse en su lugar, mirar en su tristeza.
Desde luego, lo que no se puede hacer es una criminalización de un sector que ha dado la vida por los demás. No vale eso tan facilón de que "si se muere en un hospital, hablamos de héroes; y si se muere en una residencia, es que ha habido algo raro". Eso ya no cuela, y es un insulto a los profesionales que han dado todo, también, en las Residencias de Mayores.
¿Por dónde cree que pasa irremediablemente el futuro del sector residencial?
Nosotros, desde LARES, entendemos que el sector residencial tiene que ser lo más parecido a un hogar. Por eso, nuestras residencias son hogares y no hospitales. Los cambios necesarios vienen por esto, no por la pandemia. Algunos dicen que somos hogares pero lo dicen con la boca pequeña: su modelo es la sanitarización de las residencias desde el prejuicio de quien solo ha trabajado en lo sanitario o el juicio de quien ha valorado la expectativa de negocio de esa sanitarización.
Entendemos que la clave en las personas mayores es socializar en un entorno lo más parecido a su casa. Y no hay nada más parecido a una casa, que la propia casa.
Estamos convencidos del cuidado a domicilio, del cuidado comunitario, y solo cuándo las circunstancias lo hagan imposible, y solo en ese caso, deberemos ir a los centros residenciales. Los agentes sociales se empeñan en defender el actual modelo de ayuda a domicilio en su brocha gorda. Es un error, si bien es entendible que nadie quiera desmontar lo que ha construido. Sin ese cambio, seguirá sin primar la atención en el domicilio sobre los servicios residenciales.
No podemos convertir las residencias en hospitales. Nadie quiere vivir en un hospital. Basta con que la Atención Primaria y, por supuesto, los hospitales funcionen bien cuando los mayores -que viven en su casa o en una residencia, que también es su casa-, puedan usar cuando lo necesiten como cualquier ciudadano español de pleno derecho.
¿Algo más que añadir?
¡No nos hagan invisibles! Necesitamos que la Opinión Pública y las Administraciones de Salud y Servicios Sociales pongan el foco en nosotros y nos den la oportunidad de poder ilustrar con nuestra experiencia para encontrar la mejor fórmula de colaboración. Estamos abiertos a todo tipo de encuentros y mesas de análisis. Queremos construir y ser decisivos, de la Atención Social del Tercer Sector.
Nuestro compromiso es que nadie se quede atrás, de verdad. Necesitamos voz y que nos apoyen para cuidar y hacerlo con un trato digno y humanizante, que en estos cuatro meses tan terribles, no siempre se ha tenido como una prioridad por parte de algunos. Lares es la Voz de Mayores y Cuidadores. Somos la voz de la dependencia.
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