Escribo a nivel personal de cómo estoy viviendo yo esto, como parte del sector al que me dedico (sanidad) y en el que permanezco ayudando a cubrir las primeras necesidades .
A nivel residencial es algo que lo explicaré, pero no recomiendo que nadie lo viva en primera persona por que no es agradable lo que se ve.
Lo que reclamamos y la lucha que tenemos los que trabajamos atendiendo es por los EPIS (equipamiento de protección individual). Luchamos por ellos porque si tenemos que cuidar, primero debemos cuidarnos nosotros para después cuidar a los demás.
La poca comprensión de los usuarios ante esta situación hace difícil hacerles entender por qué no reciben visitas de sus seres mas queridos, por qué tienen que estar encamados y también confinados.
También la falta de recursos, como respiradores, algo esencial porque esta enfermedad repercute en ella como también en fiebres bien altas de 37 a 42. Entonces, es un cúmulo de cosas con las que un profesional no trabaja cómodo y aquí habla un servidor que lo esta viviendo .
¿Cómo nos afecta todo esto? Pues igual que a ellos a nivel psicológico. A mí, personalmente, es porque trabajo vocacionalmente y me enamoro cada día más de mi profesión. Quiero tratarles como se debe, pero no es posible por la falta de personal y los pocos que somos no damos abasto con todo.
Para ellos, psicológicamente es duro. Día a día encerrados en la residencia viviendo una situación de este tipo sin recibir el cariño de sus seres mas queridos. Fallecen sin el ultimo adiós de nadie. Eso también es duro.
Al personal nos afecta también a nivel psicológico porque nos sobrepasa verlos a ellos sufrir sin recursos para poder ayudar como se debe y, lo peor, que trabajas con ese miedo y esa inseguridad de saber si también vas a coger la enfermedad en un puesto de trabajo donde hay más riesgo que en otra parte.
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