Luchar contra la pandemia del coronavirus no ha sido ni está siendo fácil. Todas las residencias de personas mayores, ante la falta de ayuda de las administraciones sanitarias correspondientes, han tomado medidas, activado protocolos y, después, cumplieron con las normas que se imponían.
Todas han hecho cosas y, como siempre, unas mejor que otras. Hemos visto como en Estella y Lleida, por poner dos ejemplos, desde el primer momento, el personal decidió confinarse con los residentes para evitar que el virus entrara con los propios trabajadores. Pero incluso en las residencias en las que no se han registrado casos de infección, además de trabajar de forma eficiente y hacerlo bien, han tenido suerte.
Desde la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE), que agrupa a las empresas líderes del sector de la Dependencia, Jesús Cubero ha destacado a Dependencia.info que hay “bastantes” residencias en toda España que, efectivamente, se han mantenido “a cero” en infectados de coronavirus.
Ha puesto el acento en tres aspectos fundamentales en este logro: previsión, buen hacer y algo de suerte. En este sentido, Cubero ha subrayado el factor fortuna porque hay grupos que están “haciendo lo mismo en todas sus residencias, con los mismos protocolos y medidas de seguridad, y algunas están limpias del virus y otras, en cambio, no”.
Para el éxito de esos centros residenciales que se han mantenido a cero en fallecimientos e, incluso, contagios, el secretario general de AESTE cree que “la labor preventiva que se ha hecho en muchos centros y la profesionalidad de los trabajadores ha sido fundamental”, pero entiende que “la clave ha sido anticipar el momento en que han conseguido implantar las medidas y cortar las visitas”.
Eso y que, por razones que se desconocen, hay zonas geográficas que se han visto muy afectadas y otras en las que ha incidencia ha sido menor. Para este rsponsable de la patronal lo más difícil hasta ahora ha sido “poder mantener la moral alta de los trabajadores” y reforzarles que “lo están haciendo bien”, hacerles ver que “no es un problema de ellos, sino de la sociedad”.
“Ha sido una situación muy dura para los profesionales estar doblando turnos, dándolo todo, cobrar muy poco y, además, escuchar en las noticias que les están llamando asesinos de mayores... pues a pesar de ello, la gran mayoría ha seguido trabajando sin descanso”, concluye Cubero.
Unidades medicalizadas
Por otra parte, no deja de valorarse que desde Sanitas Mayores hayan pensado para luchar contra la pandemia del coronavirus lo mejor haya sido disponer de unidades medicalizadas de agudos, tests PCR a todos los residentes con síntomas y confinamiento una semana antes.
Es destacable que a lo largo de esta pandemia, el 5,37% (418 personas) de los 6.000 residentes que viven en Sanitas Mayores han dado positivo por COVID-19. Y no es menos reseñable que en el mismo periodo, ya más de 80 personas se han negativizado, es decir, han superado la enfermedad. A pesar de las medidas tomadas, han tenido que lamentar el fallecimiento de 178 personas positivas de COVID-19.
6 residencias de la compañía han contado con unidades medicalizadas para casos positivos confirmados, con instalación de oxígeno y atención sanitaria. Además, los 47 centros han sido medicalizados y han contado con los materiales de protección (EPIs) necesarios tanto para el personal como para los residentes.
Adelantarse y sectorizar
En el caso concreto de Cataluña hay residencias que han conseguido mantener a raya al coronavirus. La Fundación Vella Terra gestiona 13 centros residenciales y sólo han tenido casos puntuales en dos. Su director ejecutivo, Sergio Osuna, cree que “ha habido un factor de suerte, como siempre”, pero también subraya que “las medidas de prevención y de aislamiento” que han utilizado “han funcionado muy bien”.
“Hemos tenido casos puntuales de covid-19 que se han solucionado, por lo que la foto que tenemos actualmente es muy positiva”, apunta Osuna, que añade: “Lo que creemos que nos ha funcionado es adelantarnos y prepararnos para la crisis en España cuando empezamos a escuchar los problemas en Italia”.
Así, destaca que “ha sido fundamental la sectorización de las residencias, trabajar en grupos pequeños, la asignación de los mismos trabajadores a unidades de convivencia pequeños, evitar que el mismo profesional trabaje con diferentes grupos, poder adelantarnos en las compras y hacer acopio de material de protección antes de que el estallido de la crisis provocara desabastecimiento y trabajar talleres con residentes, familias y vecinos para hacer mascarillas que nosotros homologábamos como correctas”.
Del mismo modo, Sergio Osuna considera que ha sido “indispensable” la creación de equipos de retén: “Desde el minuto cero teníamos un volumen importante de profesionales dentro de la organización que estaban en su casa con un permiso retribuido a la espera de ser activados en el caso de que cualquier profesional estuviera en contacto con alguna persona con covid-19 o tuviera algún síntoma”. Esto les permitió una “sustitución inmediata” de las posibles bajas.
“También, algo que hemos hecho, que da mucho trabajo y es una inversión en material, es que aquella persona de la que no tenemos confirmación de positivo por coronavirus, la tratamos como probable, por lo que tenemos unos EPIs para trabajar con esa persona en aislamiento y cuando salimos de la habitación, la bata y la mascarilla quirúrgica se cuelgan en la puerta de la habitación e intervenimos en otra persona con otros equipos nuevos”, añade como elemento clave.
Para terminar, el director de la Fundación Vella Terra lamentaba que “hay datos suficientes como para confirmar de forma objetiva que las residencias han sido olvidadas hasta muy tarde”. “Hemos trabajado sin equipos homologados, sin ningún tipo de garantía sanitaria y, justamente después, lo que se ha hecho es culparnos de tener problemas cuando los problemas vienen de no tener los equipos necesarios”, concluye.
"Buena suerte" en Madrid
En Madrid, en la Residencia Avenida San Luis no han tenido ningún fallecido. Uno de los socios, José Nieto, explicaba a Dependencia.info que “contagiados, solo dos, y eran trabajadores, ningún residente”.
Desde primera hora, en este centro lo más importante ha sido la seguridad de los trabajadores: “El día 6 de marzo restringimos las visitas prácticamente al cien por cien y a todos los empleados se les obliga desde entonces a entrar por la puerta de los vestuarios, donde se les obliga a cambiarse de ropa, se les toma la temperatura y se les da guantes, mascarillas y elementos de protección”.
Precisamente conseguir este material ha sido lo más difícil: “Nos hemos vuelto locos para conseguir los EPIs, hemos comprados tests en dos ocasiones y uno de los problemas más gordos que hemos tenido es que hemos estado trabajando durante 7 u 8 días con las mascarillas defectuosas que nos ha dado el Gobierno”.
En este sentido, ha criticado la gestión que se ha hecho desde la Administración: “A las residencias, no es que no nos hayan ayudado, es que nos abandonado. Hemos tenido tres fallecidos en este mes y medio por causas naturales, porque la gente también se muere de otras cosas que no son el coronavirus, y no nos han dejado derivar a ningún residente a un hospital y una vez fallecidos, tardaron 28 horas en venir a recogerlos y nos dijeron que habíamos tenido suerte porque en otros casos habían tardado hasta dos y tres días”.
En definitiva, José Nieto valora que “ha habido una buena gestión y una buena previsión, pero acompañada de mucha suerte, porque hemos tenido dos compañeros positivos asintomáticos y no ha pasado nada”.
Tasa menor de mortalidad en residencias de la Comunidad Valenciana
Otro modelo que ha funcionado bien ha sido el utilizado por residencias de la Comunidad Valenciana, donde la tasa de mortalidad del COVID19 en la Comunidad Valenciana para personas mayores de 80 años, según datos desglosados del 11 de abril en la web de la Consellería de Sanidad Universal y Salud Pública, es del 28,92%. En las residencias, sin embargo, está en el 22,75%, cuando las personas residentes, además, tienen un nivel de salud más frágil, por pluripatologías previas.
El presidente de la patronal de residencias en esta comunidad (AERTE), José María Toro, lo tiene claro: “Esta diferencia de un 6,19% pone en valor el trabajo que se está haciendo en las residencias, donde casi siete de cada diez no tienen ningún caso confirmado. En el resto, la evolución ha sido muy diferente pero se ve que las medidas que se han tomado están ayudando a reducir el impacto del coronavirus en las personas mayores”.
La propia patronal informa de que según los datos de la consellería, el 69,11% de las residencias de la Comunidad Valenciana no tiene ningún caso confirmado de coronavirus, es decir, en hasta 226 centros sobre los 327 que hay en total. Otro dato es que el 95,57% de los residentes no tienen diagnóstico positivo de coronavirus (25.519 sobre 26.700 plazas). Hay 1.181 positivos entre los usuarios de residencias.
Pero es que se puede decir otro tanto del personal. El 97,96% está libre del virus (13.083 sobre 13.350 trabajadores). Hay 272 casos positivos.
Es destacable igualmente que la Fiscalía General del Estado ha hecho constar en su último informe que no hay ninguna investigación penal abierta por la situación de las residencias en la Comunidad Valenciana.
Para terminar, es importante tener en cuenta que en España hay más de 5.400 residencias y muchas lo han hecho muy bien frente a la pandemia. Con las que hablamos en esta información son solo una muestra de una realidad mucho más amplia que son todos esos grupos, grandes y pequeños, empresas, fundaciones y centros que se están dejando la salud para sacar esta situación adelante.