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CÓMO CONSEGUIR EL CONFORT TÉRMICO

Frío o calor: ¿Qué criterio utilizan las residencias para determinar la temperatura idónea de las instalaciones?

viernes 12 de julio de 2019, 13:09h
Residencia en verano.
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Residencia en verano. (Foto: Amavir)

En invierno hace frío y en verano hace calor. Además de esta incontestable verdad, no es lo mismo mantener una temperatura ambiental idónea en una residencia que está ubicada en Navarra que en otra de Zamora, Badajoz, Cádiz o Tenerife. Además, al margen del frío o del calor de cada provincia y la orientación de la propia estructura de la residencia (norte, sur…), existe la subjetividad de cada persona que, lógicamente, es la forma que tiene cada uno de tolerar unas determinadas condiciones ambientales.

Todo esto dificulta acordar cuál es el confort térmico al que debe aproximarse cada centro residencial y cuál es la temperatura adecuada según las circunstancias. En lo que coinciden los responsables de diferentes grupos residenciales es en vigilar siempre que las condiciones sean lo más óptimas posible para cada tipo de usuario, con sus condiciones particulares, pero también el personal laboral.

“Esa percepción no es igual en una persona de 80 años que en un trabajador de 35 y hay que trabajar para mantener una situación de confort para todos”, afirma a Dependencia.info el director de Comunicación de Grupo Amavir, Roberto Rodríguez, que añade: “En Amavir contamos con un protocolo de climatización cuyo objetivo es doble: por un lado, garantizar el máximo confort para los usuarios, familiares y trabajadores y, por otro, reducir el impacto ambiental derivado del uso del sistema de climatización”.

Tecnología al servicio del confort térmico

Roberto Rodríguez explica que “en este protocolo incorporan medidas de eficiencia energética, medidas de sensibilización, buenas prácticas y herramientas de gestión para mejorar el rendimiento de las instalaciones de calefacción, refrigeración y ventilación”. Para el control de los consumos energéticos, cuentan en Amavir con una herramienta de telemedida implantada junto a Telefónica. “El departamento de mantenimiento, tanto de central como de los centros, va controlando las temperaturas para ir ajustando el sistema. Se hacen mediciones periódicas tanto en zonas comunes como en habitaciones”, apunta el responsable del Grupo.

En esta línea tecnológica, el responsable de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores, David Curto, llama también la atención sobre el hecho de que siendo conscientes hace tiempo de la necesidad de determinar a qué temperatura mantener las instalaciones, desde 2011 tienen instaladas “sondas en las zonas comunes” que les permiten “monitorizar la temperatura y humedad cada 15 segundos”.

“Adicionalmente, se ha instalado un sensor que además mide la velocidad del aire y temperatura de globo. Con todo ello, y fijando en cada caso el nivel de ropa y el metabolismo en cada caso, tenemos los datos necesarios para determinar los datos ambientales en el centro”, destaca Curto.

Hay que recordar que Sanitas participa junto a la Universitat Politècnica de Catalunya- BarcelonaTech en un estudio para determinar el confort térmico de las personas mayores en las residencias.

La temperatura ideal

En Amavir inciden en que “la guía de actuación viene marcada por las temperaturas óptimas (tanto máximas como mínimas) que marca la propia legislación para este tipo de centros”.

Por su parte, desde DomusVi, su responsable del Departamento de Infraestructuras y Facilities, Maria Luisa Guerra Rodríguez, también apunta a este periódico que “la temperatura ideal para una instalación de climatización en una residencia tiene en cuenta el carácter de sedentarismo y las condiciones específicas de una persona con poca actividad metabólica”. Y recuerda que “normativamente existe reglamentación por la que todos los centros DomusVi se rigen” y que “estas reglamentaciones sitúan los parámetros de temperatura ideal en invierno entre los 21ºC y los 23ºC, como mínimo, mientras que en verano la sitúa entre los 23ºC y los 25ºC como máximo”.

En el caso que nos ocupa, en DomusVi, basándose en “recomendaciones reconocidas para este tipo de espacios”, Guerra Rodríguez considera que “la temperatura en invierno debe estar en los 21ºC mientras que las condiciones para verano se fijan en los 24ºC”. “En cualquier caso –aclara–, los sistemas tienen un margen que permite que, en función de una casuística específica, se puedan corregir dichas temperaturas con un pequeño margen”.

En este grupo residencial, entienden que para el confort térmico no solo hay que tener en cuenta las temperaturas que se consiguen en cada uno de los centros sino los sistemas empleados en conseguirlas: “Parámetros como las velocidades del aire si el sistema de climatización se consigue por ese medio, tipología de emisores para calefacción (suelo radiante, radiadores, fan-coils,…), humedades relativas de los locales, así como la propia vestimenta del usuario son factores que condicionan que un residente tenga una buena sensación térmica. Nuestra experiencia nos ha llevado a parametrizar de una manera correcta los sistemas así como a elegir, en fase de diseño y en aquellos centros de nueva creación, los más adecuados para el tipo de residente de cada centro”.

¿Se tiene en cuenta lo que demanda el residente?

“Evidentemente”, explica David Curto desde Sanitas Mayores, “la atención centrada en la persona se fundamenta en recoger necesidades y deseos de los residentes y a través de un proceso de decisión compartida (clínico-residente) llegar a un punto de encuentro que equilibre esas necesidades con la situación clínica del mismo”. En este sentido, apunta, “hay que pensar que en las residencias, hay entornos comunes en los que conviven diferentes residentes con sus deseos y características”.

El responsable de Edificios y Medioambiente de Sanitas Mayores, Marc Vallet, explica igualmente que lo más difícil para que el confort térmico sea óptimo es que, “por un lado, hay una subjetividad de cada persona que dificulta que se pueda acordar unas condiciones ambientales sin datos robustos detrás”. “Por otro lado –añade– en cada edificio, dependiendo de su orientación, se comportan diferentes (ej.: la zona norte y la zona sur), y además el clima interior viene condicionado por el clima exterior, que es absolutamente dinámico y cambiante. Por tanto, lo que buscamos es modelo dinámico de adaptación continua”.

También se tiene en cuenta la opinión del usuario en Amavir. Roberto Rodríguez recuerda que “tanto los residentes como los familiares rellenan anualmente una encuesta de satisfacción, donde uno de los elementos que se pregunta es precisamente por la climatización”. “Además, desde el Servicio de Atención al Usuario (SAU) de Amavir se atienden también peticiones en este sentido de usuarios y familares, que se trasladan tanto al departamento de mantenimiento como a los directores de los centros”, apunta.

En DomusVi también miran por le residente, pero su responsable de Facilities aclara: “Los sistemas, especialmente aquellos que dependen de unidades individuales, tienen un margen de regulación que, bajo petición del usuario, pueden regularse. Sin embargo, y de manera general, los sistemas se adecuan a lo que la residencia establece basándose siempre en recomendaciones óptimas y reconocidas para la tipología de residente que nos ocupa”.

Recomendaciones

Desde DomusVi, Maria Luisa Guerra Rodríguez insiste en que, “la ventilación natural es siempre el mejor medio y hay que realizarla sea cual sea la época del año para evitar humedad, higiene, eliminar olores y renovar el aire para evitar ácaros, bacterias, hongos etc”. Explica que ellos “procuran ventilar unos 10 minutos dependiendo del tamaño de la estancia”, que “en verano se intenta ventilar en las horas de menos calor y en invierno las de más calor”. Incluso, destacan, “en verano cuando no están los residentes en una determinada área se realiza ventilación cruzada”.

Otras recomendaciones a tener en cuenta son no ajustar una temperatura más baja o más alta de lo normal: “Es mejor tener más tiempo el aire acondicionado/calefacción que ponerlo a muy baja temperatura mientras están los mayores, ya que es mucho más fácil que por con aire directo o por demasiada temperatura puedan enfermar (resfriados, neumonías, bronquitis etc.), con todos los riesgos que acarrean. Así como enfriar/calentar antes de que estén en el recinto para que no ocurran los problemas ya descritos y poner temperatura de mantenimiento mientras estén en una determinada área”.

Por último, se recomiendan del mismo modo, “la instalación de toldos, cortinas, estores, puertas automáticas de entrada a los edificios y utilización de las persianas como medios de aislamiento”.

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