Una oportunidad que todo argentino que trabaje en el sector debería tener.
En el mes de noviembre tuve la oportunidad de realizar un viaje gerooasistencial por la zona de Andalucía organizado por
Inforesidencias.com. Una oportunidad única de conocer el sector y poder comparar con Argentina. Actualmente soy directora de dos residencias en el sur de la provincia de Santa Fe, ambas enclavadas en una zona netamente agrícola-ganadera.
Mi experiencia personal fue de aprendizaje absoluto. Fueron 5 días compartidos con Josep de Martí, alguien que admiro y a quién miraba por
Youtube en forma constante con ansias de aprender, y con más de 20 compañeros dueños y trabajadores de residencias, quienes me compartieron todo su saber hacer y luego de finalizado el viaje me recibieron en sus residencias.
Lo que más me impactó, hasta dejarme perpleja en algunos momentos, fue la tecnología aplicada al sector, que permite hacer la vida más fácil tanto de residentes como del personal que se encuentra a cargo.
En Argentina estamos 30 años atrasados con respecto al funcionamiento de los servicios para la tercera edad; con muy pocos centros de día y geriátricos que recién ahora se están transformando en residencias de larga estadía con atención centrada en la persona; con falta de servicios de atención a domicilio organizados, teleasistencia y la inexistencia de viviendas tuteladas; y pasando de su casa al geriátrico en cuestión de días, cosa que genera muchísimo rechazo por parte de los usuarios.
Entre los principales problemas de funcionamiento dentro de las residencias en Argentina encuentro la falta de aplicación de software, camas sin tecnología, ni hablar de las camas que vi cota cero, los chips en la ropa que terminan con el problema de las pérdidas y los cambios y los sectores de rehabilitación con tecnología punta que hace que, realmente, el residente pueda vivir mejor dentro de la residencia.
Con respecto a los diferentes modelos, quiero destacar la residencia con el
método I feel, donde pudimos observar la felicidad de quienes viven allí y hacia donde realmente creo querer ir en las residencias donde trabajo. Que estos lugares sean la verdadera casa de quienes lo habitan y que vayan a vivir la vida y no a pasar los últimos momentos de su vida.
Agradecer a Anna Cebrian porque fue mi nexo en toda esta experiencia y quién me acompañó a visitar residencias y viviendas tuteladas en la zona de Barcelona, luego de terminado el viaje geroasistencial, permitiéndome aprovechar al máximo la oportunidad.
Mucho para aprender, poco para aportar y muchas ideas para copiar. Una experiencia que me va a permitir innovar en las residencias que dirijo y soñar con un sector que está en pleno crecimiento y que merece ser tenido en cuenta.